domingo, 17 de enero de 2016

Es la hora del Angelus

D: El Ángel del Señor anunció a María. 
T: Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. 
Ave María
D: He aquí la sierva del Señor. 
T: Hágase en mí según tu palabra.
Ave María 
D: Y el Verbo se hizo carne.
T: Y habitó entre nosotros. 
Ave María 
D: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
T: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Se rezan tres glorias
D: Oremos
Derrama Señor tu gracia sobre nuestros corazones y concede a quienes hemos conocido por el anuncio del Ángel la Encarnación de tu Hijo, que por su Pasión y su Cruz alcancemos la gloria de la Resurrección. Por el Señor Jesús, tu Hijo, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 
T: Amén

Rezando voy


domingo 17 de Enero

Preguntas y respuestas claves para crecer en la oración


Orar es tan importante que toma por lo menos toda una vida perfeccionarlo. Simplemente “oremos sin cesar” (1 Ts 5,17)

¿Por qué orar?
“Orar es a los cristianos como respirar es a los humanos”. Escuchar esas palabras puso la oración en otro nivel completamente nuevo para mí. Si eso es realmente lo que es orar entonces eso significa que necesito orar para sobrevivir. Orar no es sólo para los monjes y monjas de claustro sino para mí y para ti. Orar es esencial para que nosotros formemos una relación más profunda con Jesús. Orar entonces, debe ser parte de mi vida diaria y no sólo una hora el domingo. Pero ¿por qué? ¿Qué es tan importante acerca de orar? La razón principal por la que orar es tan importante es porque cuando alguien ora, eso lo lleva más cerca de Dios. A través de la oración le puedo hablar a Dios, escucharlo, y más importante aún desarrollar una relación más profunda con Él. Es nuestra relación con Dios lo que nos ayuda a ganarnos el Cielo, y la oración es nuestro medio para tener esa relación. Orar también ayuda a resistir tentaciones, a conocer la Voluntad de Dios, y a innumerables cosas más en la vida.
¿Cómo orar?
El primer paso para orar es deshacerse de las distracciones y del ruido. La vida está llena de ruido desde la mañana hasta la noche: el televisor, la radio, el internet, los amigos, la música, el teléfono. Ninguna de estas cosas es mala, pero si están constantemente encendidas entonces no hay manera de que me pueda concentrar lo suficiente como para decir algunas palabras en oración o el ambiente nunca estará lo suficientemente callado como para oír la voz de Dios. Piensa en ello como en un vaso de agua siendo agitado. El agua agitada es el ruido y las ocupaciones de la vida. Cuando lo pones en una superficie estable, eventualmente se calmará y dejará de dar vueltas. De igual manera, cuando me coloco en un lugar tranquilo, eventualmente seré capaz de tranquilizarme y calmar mi mente. No pasará inmediatamente. Tomará tiempo y práctica. Pero no necesito preocuparme. San José María Escrivá dice: “¿Qué no sabes orar? Ponte en la presencia de Dios, y en cuanto comiences a decir “Señor, ¡que no sé hacer oración!”, está seguro de que has empezado a hacerla”.
¿Qué orar?
Hay muchas maneras diferentes de orar. Puedo pedirle a Dios por intenciones específicas, agradecerle a Dios por oraciones escuchadas y bendiciones recibidas, alabarlo por Su generosidad, o simplemente recitar de memoria algunas oraciones. Si no sé qué decir, hay innumerables libros llenos de bellas oraciones por intenciones específicas, desde novenas hasta rosarios, o desde letanías hasta vísperas. Hay tantas oraciones a nuestro alcance para facilitarnos y darnos una guía por donde comenzar. Simplemente santiguarme con el signo de la cruz es ya una oración. Así, aunque sea corta y dulce, Dios está sonriéndome solamente porque escuchó mi voz. Bien, hablé sobre cómo hablarle a Dios, pero ¿qué hay con escucharle? Imagínate tener un amigo que habla todo el tiempo y nunca te da la oportunidad de hablar. ¿Sería difícil convertir esa amistad en una amistad profunda? Dios tiene muchas cosas que decirte y que decirme a mí; solamente está esperando que le escuchemos. Ahora, no es sólo cuestión de estirar mis oídos hacia Su voz, no funciona de esa manera. Una de las muchas maneras cómo Dios nos habla es a través de la lectura espiritual. San Isidoro de Sevilla no lo pudo haber dicho mejor:
“La oración nos purifica, la lectura nos instruye. Usemos una y
 otra, si es posible, porque las dos son cosas buenas. Pero, si no
fuera posible, es mejor orar que leer.
 Quien desee estar siempre con Dios, ha de orar y leer constantemente. Cuando rezamos, hablamos con el mismo Dios; en cambio, cuando leemos, es Dios el que nos habla a nosotros. Todo progreso [en la vida espiritual] procede de la lectura y de la meditación. Con la lectura aprendemos lo que no sabemos, con
la meditación conservamos en la memoria lo que hemos
aprendido.
 De la lectura de la Sagrada Escritura recibimos una doble
ventaja, porque ilumina nuestra inteligencia y conduce al hombre
al amor de Dios, después de haberlo arrancado de las vanidades
mundanas.”
¿Y ahora qué?
Apenas he arañado la superficie de la oración. Sin embargo, espero que sea al menos el punto de partida para ti también. Orar es tan importante que toma por lo menos toda una vida perfeccionarlo. Simplemente “oremos sin cesar” (1 Ts 5,17), pidamos sin cansancio.
Encuentra tiempo para orar y mostrarle a Dios que realmente quieres hacer crecer tu amistad con Él. Comienza cada mañana ofreciéndola a Dios y termina cada día dándole gracias por Sus bendiciones. Di “hola” a Dios a lo largo de tu día. Él está en todas partes y siempre tiene Sus oídos inclinados hacia ti. Reza antes de una prueba. Muchas veces he tratado de escribir un ensayo y he terminado frustrada. Pero luego rezo pidiendo ayuda y todo se soluciona.
San Antonio decía: “El demonio teme al ayuno, la oración, la humildad y las buenas obras, y queda reducido a la impotencia ante la señal de la cruz". Cuando tengas miedo, santíguate con la señal de la cruz. Aunque haya distracciones, no te des por vencido. Orar es una batalla de distracciones y mientras te mantengas al pie de la batalla y las ofrezcas, puedes convertirlas en oración. Ahora todo lo que tienes que hacer es simplemente orar.