lunes, 18 de junio de 2018

Esta es la reflexión del Papa Francisco por la fiesta de San Antonio de Padua

El Papa Francisco en la audiencia general de este miércoles. Foto: María Testinol / ACI Prensa / San Antonio de Padua. Imagen dominio público

El Papa Francisco recordó a San Antonio de Padua este miércoles 13 de junio, día en que la Iglesia celebra su fiesta.
“Hoy es la fiesta de San Antonio de Padua. ¿Quién  de vosotros se llama Antonio? Un aplauso para todos los Antonios”, dijo el Papa al iniciar la Audiencia General en la Plaza de San Pedro.
El Pontífice también se dirigió de manera especial a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados, a quienes aseguró que “San Antonio de Padua, Doctor de la Iglesia y patrono de los pobres, les enseña la belleza del amor sincero y gratuito”.
“Solo amando como él amó, ninguno a vuestro alrededor se sentirá marginado y, al mismo tiempo, serán siempre más fuertes en las pruebas de la vida”, concluyó.

¿Cómo es el amor de Dios? El Papa Francisco lo explica

El Papa Francisco en la Misa celebrada en Casa Santa Marta. Foto: Vatican Media

Durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este pasado viernes 8 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el Papa Francisco destacó en su homilía que “se podría decir que hoy es la fiesta del amor de Dios”, un amor que es como “un mar sin fondo”.
El Santo Padre destacó que antes de que ningún hombre pudiera haber amado a Dios, “fue Él quien nos amó en primer lugar. Él es el primero en amar”. “Dios es así: siempre es el primero en actuar. Es el primero en esperarnos, el primero en amarnos, el primero en ayudarnos”.
Este amor de Dios encierra un gran misterio: “Es un amor que no se puede comprender. Un amor que supera toda conciencia. Lo supera todo. Así de grande es el amor de Dios. Un poeta decía que era como ‘el mar sin orillas, sin fondo…’, un mar sin límites. Esto es el amor que debemos entender, el amor que recibimos”.
En la homilía, el Pontífice puso de relieve la forma en que Dios se fue revelando a la humanidad a lo largo de la historia, avanzando paso a paso para dar a entender la grandeza de su amor: “Ha sido un gran pedagogo”, dijo el Papa, que también destacó que ese amor lo reveló en las pequeñas cosas.
“¿De qué forma manifiesta Dios su amor? ¿Con las cosas grandes? No: mediante las pequeñeces, con gestos de ternura, de bondad. Se hace pequeño. Se acerca. Con esa cercanía, con ese empequeñecerse, Él nos hace entender la grandeza del amor. El grande se hace entender por medio del pequeño”.
Ese amor mostrado en lo pequeño se materializa en Jesucristo. “Cuando Jesús quiere enseñarnos cómo debe ser el comportamiento cristiano, nos dice pocas cosas. Nos hace ver aquel famoso protocolo según el cual todos seremos juzgados. ¿Y qué dice? No dice: ‘Creo que Dios es así. He entendido el amor de Dios’. No, no…, el amor de Dios se muestra en lo pequeño. He dado de comer al hambriento, he dado de beber al sediento, he visitado al enfermo, al encarcelado”.
“Las obras de misericordia son el camino de amor que nos enseña Jesús en continuidad con el amor de Dios”. Las obras de misericordia “son la continuidad del amor de Dios que se empequeñece, llega a nosotros y nosotros lo llevamos adelante”, finalizó el Santo Padre.

El Papa Francisco explica cómo alcanzar la santidad en la vida cotidiana

El Papa durante la Misa en Casa Santa Marta. Foto: Vatican Media

Durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta el pasado martes 29 de mayo, el Papa Francisco explicó en qué consiste la santidad y cómo alcanzarla.
“La llamada a la santidad, que es la llamada normal, es la llamada a vivir como cristiano, y vivir como cristiano es lo mismo que decir ‘vivir como santo’. Muchas veces pensamos en la santidad como una cosa extraordinaria, como si consistiera en tener visiones o rezar oraciones elevadísimas. Algunos piensan que ser santo significa tener una cara de imagen religiosa. No. Ser santo es otra cosa”.
El Pontífice se preguntó: “¿Qué es caminar hacia la santidad? Pedro lo dice: ‘Poned toda vuestra esperanza en aquella gracia que se os dará cuando Jesús se manifieste’”.
Por lo tanto, “caminar hacia la santidad consiste en caminar hacia aquella gracia que viene al encuentro, caminar hacia la esperanza, permanecer en tensión hacia el encuentro con Jesucristo”.
El Papa lo comparó con cuando se camina hacia una luz y esa luz evita que se vea bien el camino: “Pero no nos equivocamos porque vemos la luz y conocemos el camino”.
Por el contrario, “cuando caminamos con la luz a la espalda, se ve bien el camino, pero en realidad delante de nosotros hay sombras, no luz”.
Para caminar hacia la santidad, continuó el Pontífice, “es necesario ser libres y sentirse libres”. En este sentido, advirtió que “hay tantas cosas que nos esclavizan…”. Por eso, Pedro “exhorta a no conformarse con los deseos de los tiempos en que vivíais en la ignorancia”.
También Pablo, en la Primera Carta a los Romanos, “recomienda no caer en los esquemas humanos, en el modo de pensar mundano, en el modo de pensar y de juzgar que te ofrece el mundo, porque eso te quita la libertad, y para andar hacia la santidad es necesario ser libres: la libertad de caminar mirando la luz, de ir adelante. Y cuando regresamos al modo de vivir que teníamos antes del encuentro con Jesucristo, o cuando regresamos a los esquemas del mundo, perdemos la libertad”.
Además, recordó cómo en el Libro del Éxodo se narra que muchas veces el pueblo de Dios se negaba a mirar adelante, hacia la salvación, y preferían mirar hacia el pasado “lamentándose y recordando la buena vida que llevaban en Egipto, donde comían cebollas y carne. En los momentos de dificultad, el pueblo regresa atrás. Pierde la libertad. Es cierto que comían cosas buenas, pero en la mesa de la esclavitud”.
“En el momento de la prueba, siempre tenemos la tentación de mirar hacia atrás, de mirar a los esquemas del mundo, a los esquemas que teníamos antes de comenzar el camino de la salvación, sin libertad. Y sin libertad no se puede ser santo. La libertad es la condición para poder caminar mirando la luz hacia adelante”.
Francisco animó a “no entrar en los esquemas de la mundanidad. Hay que caminar adelante, mirando a la luz que es la promesa, con esperanza”.
Finalmente, el Santo Padre recordó que el Señor “llama todos los días a la santidad”, y señaló dos medidas para comprobar si se avanza hacia la santidad: “en primer lugar, si miramos la luz del Señor en la esperanza de encontrarlo. En segundo lugar, si cuando llegan las pruebas miramos adelante y no perdemos la libertad refugiándonos en los esquemas mundanos”.
Lectura comentada por el Papa Francisco:
I Pedro 1:10-16
10 Sobre esta salvación investigaron e indagaron los profetas, que profetizaron sobre la gracia destinada a vosotros,
11 procurando descubrir a qué tiempo y a qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les predecía los sufrimientos destinados a Cristo y las glorias que les seguirían.
12 Les fue revelado que no administraban en beneficio propio sino en favor vuestro este mensaje que ahora os anuncian quienes os predican el Evangelio, en el Espíritu Santo enviado desde el cielo; mensaje que los ángeles ansían contemplar.
13 Por lo tanto, ceñíos los lomos de vuestro espíritu, sed sobrios, poned toda vuestra esperanza en la gracia que se os procurará mediante la Revelación de Jesucristo.
14 Como hijos obedientes, no os amoldéis a las apetencias de antes, del tiempo de vuestra ignorancia,
15 más bien, así como el que os ha llamado es santo, así también vosotros sed santos en toda vuestra conducta,
16 como dice la Escritura: Seréis santos, porque santo soy yo.

Los 2 errores más habituales de quienes rezan el rosario

SIŁA RÓŻAŃCA

Habla de ellos uno de los más grandes apóstoles de la devoción a la Virgen de toda la historia

San Luis María Griñón de Monfort es uno de los grandes apóstoles de la devoción mariana, o sea, del amor a Nuestra Señora, la Santísima Virgen María, como Madre de Jesús, y por voluntad de Él madre nuestra.
Siendo el Rosario una de las manifestaciones más populares y una de las formas más profundas de contemplación de los misterios de nuestra Redención, lo recomienda con gran fervor y le dedica un lugar central en su obra.
En este fragmento tomado de su libro El Secreto Admirable del Santísimo Rosario para convertirse y salvarse, habla de los dos errores más habituales que se cometen al rezar el Rosario:
“Para recitar bien el Rosario, después de invocar al Espíritu Santo, ponte un momento en presencia de Dios(…).
Antes de empezar cada decena, detente un momento más o menos largo, –según el tiempo de que dispongas– a considerar el misterio que vas a contemplar en dicha decena. Y pide por ese misterio y por intercesión de la Santísima Virgen una de las virtudes que más sobresalgan en él o que más necesites.
Pon atención particular en evitar los dos defectos más comunes que cometen quienes rezan el Rosario.
El primero es el no formular ninguna intención antes de comenzarlo. De modo que si les preguntas por qué lo rezan, no saben qué responder. Ten, pues, siempre ante la vista una gracia a pedir, una virtud que imitar o un pecado a evitar.
El segundo defecto en que se cae al rezar el Rosario es no tener otra intención que la de acabarlo pronto. Procede este defecto de considerar el Rosario como algo oneroso y tremendamente pesado hasta haberlo terminado, sobre todo, si te has obligado a rezarlo en conciencia o te lo han impuesto como penitencia y a pesar tuyo”.
Resumiendo, en tu próximo Rosario no te olvides de:
  1. rezar por una intención concreta;
  2. recitarlo sin prisa, con calma, recogimiento y paz

Pequeñas oraciones para rezar al Inmaculado Corazón de María

Immaculate Heart of Mary

"Haced que nuestros corazones sean semejantes a los vuestros..."

Papa Pío XII en su encíclica Hauretis Aquas invitó a seguir con piedad al Sagrado Corazón de María: “Y para que la devoción al Corazón augustísimo de Jesús produzca más copiosos frutos de bien en la familia cristiana y aun en toda la humanidad, procuren los fieles unir a ella estrechamente la devoción al Inmaculado Corazón de la Madre de Dios.”
Sigue los consejos del santo padre Pío XII, y une tu corazón al de la Santísima Virgen María con fervoroso amor rezando estas pequeñas oraciones dedicada a Ella:

Lunes de la undécima semana del tiempo ordinario


Primer Libro de los Reyes 21,1-16. 

Nabot, el izreelita, tenía una viña en Izreel, al lado del palacio de Ajab, rey de Samaría.
Ajab dijo a Nabot: "Dame tu viña para hacerme una huerta, ya que está justo al lado de mi casa. Yo te daré a cambio una viña mejor o, si prefieres, te pagaré su valor en dinero".
Pero Nabot respondió a Ajab: "¡El Señor me libre de cederte la herencia de mis padres!".
Ajab se fue a su casa malhumorado y muy irritado por lo que le había dicho Nabot, el izreelita: "No te daré la herencia de mis padres". Se tiró en su lecho, dio vuelta la cara y no quiso probar bocado.
Entonces fue a verlo su esposa Jezabel y le preguntó: "¿Por qué estás tan malhumorado y no comes nada?".
El le dijo: "Porque le hablé a Nabot, el izreelita, y le propuse: 'Véndeme tu viña o, si quieres, te daré otra a cambio'. Pero él respondió: 'No te daré mi viña'".
Su esposa Jezabel le dijo: "¿Así ejerces tú la realeza sobre Israel? ¡Levántate, come y alégrate! ¡Yo te daré la viña de Nabot, el izreelita!".
En seguida escribió una carta en nombre de Ajab, la selló con el sello del rey y la envió a los ancianos y a los notables de la ciudad, conciudadanos de Nabot.
En esa carta escribió: "Proclamen un ayuno y en la asamblea del pueblo hagan sentar a Nabot en primera fila.
Hagan sentar enfrente a dos malvados, que atestigüen contra él, diciendo: 'Tú has maldecido a Dios y al rey'. Luego sáquenlo afuera y mátenlo a pedradas".
Los hombres de la ciudad, los ancianos y notables, conciudadanos de Nabot, obraron de acuerdo con lo que les había mandado Jezabel, según lo que estaba escrito en la carta que les había enviado.
Proclamaron un ayuno e hicieron sentar a Nabot en primera fila.
En seguida llegaron dos malvados que se le sentaron enfrente y atestiguaron contra él diciendo: "Nabot ha maldecido a Dios y al rey". Entonces lo sacaron fuera de la ciudad y lo mataron a pedradas.
Y mandaron decir a Jezabel: "Nabot fue apedreado y murió".
Cuando Jezabel se enteró de que Nabot había sido matado a pedradas, dijo a Ajab: "Ya puedes tomar posesión de la viña de Nabot, esa que él se negaba a venderte, porque Nabot ya no vive: está muerto".
Apenas oyó Ajab que Nabot estaba muerto, bajó a la viña de Nabot, el izreelita, para tomar posesión de ella.

Salmo 5,2-3.5-6.7. 
Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos;
oye mi clamor, mi Rey y mi Dios,
porque te estoy suplicando.

Tú no eres un Dios que ama la maldad;
ningún impío será tu huésped,
ni los orgullosos podrán resistir
delante de tu mirada.

Tu detestas a los que hacen el mal
y destruyes a los mentirosos.
¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor!


Evangelio según San Mateo 5,38-42. 
Jesús, dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.
Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto;
y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.