martes, 25 de febrero de 2020

¿Qué relación existe entre los carnavales y la Cuaresma?, este sacerdote lo explica

Imagen referencial. Crédito: Pixabay.

Los carnavales, celebrados días previos a la Cuaresma, tienen una fuerte relación con este tiempo de preparación. El Vicario de la parroquia Señor de la Paz en Lima (Perú), P. Marco Clavijo, nos explica el origen de estos festejos y cómo vivir bien esta alegría, acercando el corazón y el alma para el Miércoles de Ceniza.
Alrededor del mundo, diferentes carnavales se celebran entre los últimos tres días previos a Cuaresma, siendo los más conocidos los que tienen lugar en Venecia (Italia) y en Brasil. 
El P. Marco señaló a ACI Prensa que este tiempo nace en los primeros siglos, donde los católicos buscaban cambiar las fiestas paganas por otras que tuvieran relación con Jesús y la Iglesia.
El sacerdote indicó que frente a la concepción errónea que algunas personas tienen sobre la Cuaresma, que ven en el ayuno, la limosna, la penitencia y el arrepentimiento algo tedioso, los carnavales son una manera de resaltar la alegría “con la que se tiene que entrar al tiempo de Cuaresma”.
“Para que la gente no pensase mal del tiempo de Cuaresma, ‘ay qué tiempo tan feo, que tiempo tan aburrido’, los carnavales significan justamente esa alegría con la que el pueblo fiel tiene que entrar al tiempo de Cuaresma, para que no lo identifique como un tiempo en el que hay que estar tristes, un tiempo en el que tengo que pasármela llorando todo el tiempo”, indicó. 
Sin embargo, estas celebraciones han cambiado a lo largo del tiempo y actualmente se ha perdido el trasfondo católico, convirtiéndose en una fiesta que en medio de disfraces, danzas y desfiles, también ocurren muchos excesos entre los participantes, producto del alto consumo de alcohol y drogas.
Por ello, el P. Marco señaló que este tiempo, celebrado de manera correcta y enfocada en Dios, es un signo de vivir la Cuaresma con “la bendición, la alegría, la paz que Jesús nos quiere regalar en este tiempo de preparación, a la Semana Santa, al tiempo pascual”.
Los carnavales coinciden con la septuagésima, un periodo del calendario litúrgico del rito romano que comienza con el noveno domingo antes de Pascua, o el tercer domingo antes de la Cuaresma. 
Como detalla la Enciclopedia Católica, el nombre de este tiempo nace del periodo de ayuno que algunos cristianos comenzaban en Cuaresma, donde excluían los días jueves, sábados y domingos de la observancia.
El P. Marco señaló que estas fechas recuerdan que “el sufrimiento, cuando lo vivimos fuera de Dios, fuera de María, es una cosa insoportable, es un infierno en vida, pero cuando nos agarramos de Jesús y de María, las distintas dificultades, incluidas también los actos de penitencia” toman un sentido diferente.
El sacerdote hizo referencia a la frase de Santa Faustina Kowalska, “en cuanto empecé a amar el sufrimiento, dejó de ser sufrimiento para mí”, y comentó que tanto ella como todos los santos entendieron muy bien este aspecto.
“Las cosas que hacemos en la Iglesia no son una tortura, no son para aburrir a la gente que está muy contenta, al contrario, los carnavales resaltan la alegría con la que nosotros nos acercamos a Dios”, agregó. 
Finalmente, el sacerdote señaló que los fieles deben vivir de manera adecuada este tiempo, comenzando la Cuaresma preguntándose “cómo me siento realmente, con toda la sinceridad de sentimientos, si realmente estoy viviendo esa dicha con Jesús y María”.

5 datos para entender qué es y cómo se vive la Cuaresma


La Cuaresma es un tiempo litúrgico de penitencia y conversión en la que los fieles se preparan para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo que se recuerdan en Semana Santa.
La Cuaresma tiene una duración de 40 días y a lo largo de este tiempo los católicos hacen un esfuerzo por mantener un ritmo y estilo de vida de verdaderos creyentes hijos de Dios.
A continuación presentamos cinco puntos importantes a tener en cuenta:

1. Las tres prácticas cuaresmales

La primera práctica cuaresmal es la oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. Con ella, el cristiano dialoga con el Señor, deja que la gracia entre en su corazón y, como la Virgen María, se abre a la acción del Espíritu Santo dando una respuesta libre y generosa (Lc 1,38).
La segunda práctica es la mortificación que se realiza cotidianamente y sin necesidad de hacer grandes sacrificios. Con ella se ofrece a Cristo aquellos momentos que generan molestias y se acepta con humildad y alegría las adversidades.
La tercera práctica es la caridad y San Juan Pablo II explica que está enraizada "en lo más hondo del corazón humano: toda persona siente el deseo de ponerse en contacto con los otros, y se realiza plenamente cuando se da libremente a los demás".

2. El ayuno y la abstinencia

El ayuno consiste en ingerir una sola comida "fuerte" al día, mientras que la abstinencia consiste en no comer carne. Con ambos sacrificios se reconoce la necesidad de hacer obras por el bien de la Iglesia y en reparación de nuestros pecados.
En esta práctica también se dejan de lado las necesidades terrenales para redescubrir la sed de Dios. "No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4,4).
El ayuno es obligatorio desde los 18 hasta los 59 años y no prohíbe tomar un poco de alimento por la mañana y por la noche.
En el caso de la abstinencia, si bien se refiere a no comer carnes, no impide el consumo de huevos, lácteos y cualquier condimento con grasa animal. La abstinencia se observa todos los viernes del año y es obligatoria desde los 14 años.

3. Inicio y término de la Cuaresma

Con el Miércoles de Ceniza comienzan los 40 días de preparación para la Pascua. Ese día el sacerdote bendice e impone las cenizas hechas de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.
La ceniza representa un signo de humildad y le recuerda al cristiano su origen y su fin. Son impuestas haciendo la señal de la cruz en la frente y pronunciando las palabras bíblicas: «acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás» o «Conviértete y cree en el Evangelio». 
La Cuaresma termina en el Jueves Santo. Ese día la Iglesia conmemora la Última Cena en la que el Señor comió con sus apóstoles antes de ser crucificado el Viernes Santo.

 

4. Duración de la Cuaresma 

La Cuaresma dura 40 días. Un número especial en la Biblia ya que el número cuatro simboliza el universo material el que, seguido de ceros significa el tiempo de la vida en la tierra, con sus pruebas y dificultades.
En este tiempo, los 40 días recuerdan los días que Jesús pasó en el desierto antes de comenzar su vida pública. 

5. El color litúrgico de la Cuaresma 

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de conversión espiritual, de preparación al misterio pascual.

Lecturas del Martes de la 7ª semana del Tiempo Ordinario

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago (4,1-10):

¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones. ¡Adúlteros! ¿No sabéis que amar el mundo es odiar a Dios? El que quiere ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. No en vano dice la Escritura: «El espíritu que Dios nos infundió está inclinado al mal.» Pero mayor es la gracia que Dios nos da. Por eso dice la Escritura: «Dios se enfrenta con los soberbios y da su gracia a los humildes.» Someteos, pues, a Dios y enfrentaos con el diablo, que huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Dios se acercará a vosotros. Pecadores, lavaos las manos; hombres indecisos, purificaos el corazón, lamentad vuestra miseria, llorad y haced duelo; que vuestra risa se convierta en llanto y vuestra alegría en tristeza. Humillaos ante el Señor, que él os levantará.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 54,7-8.9-10a.10b-11.23

R/. Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará

Pienso: «¡Quién me diera alas de paloma
para volar y posarme!
Emigraría lejos,
habitaría en el desierto.» R/.

«Me pondría en seguida a salvo de la tormenta,
del huracán que devora, Señor;
del torrente de sus lenguas.» R/.

Violencia y discordia veo en la ciudad:
día y noche hacen la ronda
sobre sus murallas. R/.

Encomienda a Dios tus afanes,
que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. 
Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. 
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. 
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

Palabra del Señor