viernes, 27 de mayo de 2016

Antes de dar dinero a un pobre, lee esto… La limosna debe ser justa, prudente, pronta, alegre, secreta, desinteresada, digna… debe venir del amor


Limosna a los pobres


La palabra limosna, de origen latino, tiene raíces en el griego y viene a significar compasión. Compadecer puede entenderse por sufrir con, es decir, comprender lo que está sufriendo mi prójimo y tratar de remediar su sufrimiento con mi ayuda, no sólo económica, sino sobre todo de solidaridad, de acompañamiento.
 
Podemos dar limosna para que el que pide ya no esté molestando. Podemos dar porque nos conviene por la deducibilidad de impuestos. Podemos dar porque es una buena propaganda para nuestro producto. Podemos dar para sentir que somos buenos o para que otros vean que somos buenos.
 
En estos casos, nos alzamos de hombros y decimos “que suelte la leche la vaca aunque respingue”. Qué bueno que estas personas ayudan aunque sea por interés propio, peor sería que no lo hicieran.
 
Podemos dar limosna porque nuestra naturaleza humana de por sí es buena y no soportamos que alguien sufra y podemos dar limosna por amor al prójimo y por el amor de Dios, tal como pedían nuestros limosneritos todavía hace poco tiempo: “una limosnita por el amor de Dios”.
 
La historia de san Martín Caballero, obispo de Tours, es un ejemplo de la limosna cristiana: un soldado romano que se compadece de un pordiosero que se muere de frío y partiendo su capa le da la mitad. Por la noche sueña a Cristo vestido con su media capa y diciendo: “Martín me ha dado su capa”. Jesús nos dice que es a Él al que socorremos cuando hacemos una obra de misericordia.
 
Los discípulos de Jesús estamos obligados a dar limosna tanto cuanto estamos obligados a amar a nuestro prójimo, por quien, a ejemplo del mismo Cristo, deberíamos estar dispuestos a dar hasta la vida.
 
La situación de nuestras grandes ciudades ha despersonalizado hasta a los pordioseros: ya no los conocemos, desconfiamos de su necesidad y de cada uno de ellos sospechamos que es un estafador. La ciudad nos ha deshumanizado. Preferimos dar nuestra ayuda por medio de alguna institución que vea por la promoción de los más necesitados, como el Teletón, la Cruz Roja o Cáritas.
 
La limosna es una forma de hacer penitencia por nuestros pecados, y el darla nos purifica y santifica, porque nos permite amar y hacer algo por nuestros hermanos.
 
Nos dice la Iglesia que la limosna debe ser JUSTA, es decir, que el que más tiene más debe dar; PRUDENTE, es decir, que debemos ver que el que la va a recibir realmente la necesita y no la va a usar para un mal fin; PRONTA, es decir, que no le hagamos perder su tiempo al que pide ni le demos falsas esperanzas; ALEGRE, porque Dios ama al que da con alegría; SECRETA, porque Jesús nos dice que no sepa nuestra mano izquierda lo que da la derecha; DESINTERESADA, es decir, que no tengamos segundas intenciones al dar, como, por ejemplo, esperar alguna ayuda del necesitado; y DIGNA, es decir que no ofenda la dignidad del que recibe, ni lo hagamos sentir mal.
 
Posiblemente digamos que hoy en día ya no podemos dar limosna porque ya no sabemos a quién; pero si abrimos bien los ojos nos daremos cuenta que hay muchas personas que necesitan nuestra limosna y que, quizá, nunca nos la van a pedir.
 
No necesitamos una trabajadora social que investigue para darnos cuenta de que un familiar o un vecino están pasando por momentos muy difíciles por la pobreza o por la desgracia.
 
No esperemos que nos pidan, acudamos generosamente en su ayuda sin lastimar sus sentimientos y sin esperar agradecimientos. Decían los limosneritos: “que Dios se lo pague”, y es muy cierto, Dios sabe pagar y paga muy bien.
 
Fragmento de un artículo publicado en el semanario Desde la Fe
 

¿Cómo y quién elige al padrino? Una elección importante que no hay que tomar precipitadamente


Célébration de la Pentecôte à Lille

 
  
   
    Date de création: 20/05/2013
  
 


 
  
   
    Légende: 20 mai 2013 : Célébration de la confirmation de 1500 personnes, lors de la messe de Pentecôte, au Grand Palais de Lille. Le diocèse de Lille fête son centenaire. Lille (59), France.
    
    May 20, 2013: Mass of Pentecost at the Grand Palais, Lille (59), France.
  
 

Référence: 237253Corinne SIMON/CIRIC


El derecho a escoger los padrinos es del bautizando adulto, o de los padres si es niño. En cualquier caso, la elección de los padrinos debe ser tomada con calma y sin prisas.
 
Si se trata de un niño, la decisión debe ser madurada y consensuada entre los padres; mediante esta elección se tiene que iniciar una buena relación con su ahijado(a), que se irá intensificando con el crecimiento y desarrollo del niño, y que dejará evidencia del cariño en fechas señaladas, como los cumpleaños.
 
El derecho canónico instituye al padrino como guía del nuevo bautizado, pretende que sea en cierto modo su modelo de vida cristiana.
 
Quien asume el encargo de padrino en un bautizo asume unas obligaciones graves con su ahijado(a), que deben empezar a desplegarse desde el primer momento, no en el momento en que faltaran los padres si esto sucediera.
 
Y se debe ayudar a quienes vayan a aceptar el encargo de ser padrino a que lo hagan con plena conciencia de la responsabilidad que asumen ante Dios y ante el niño.
 
El padrino se instituye en el momento del bautismo y por tanto las obligaciones del padrino nacen en ese momento, no antes.
 
Se recomienda que el catecúmeno o los padres piensen bien las personas a las que piensan designar para un encargo tan delicado.
 
Y las personas que vengan escogidas para el rol de padrino o madrina deben considerarlo como algo gratificante; nunca se debe considerar ser padrino como una carga o aceptarlo por compromiso.
 
Y los padres evitarán sentirse ofendidos si alguno de los familiares o amigos elegidos rechazan la invitación de ser padrinos.
 
¿Pueden ser padrinos o madrinas sólo dos hombres o dos mujeres a la vez? No. El Código de derecho canónico en el canon nº 873 especifica: “Téngase un solo padrino o una sola madrina, o uno y una”.
 
Por tanto la Iglesia no autoriza a que dos personas del mismo sexo actúen como padrinos o madrinas a la vez. Estas indicaciones son también válidas para el sacramento de la confirmación y del matrimonio eclesiástico.
 
Se podrá admitir como padrino o madrina un hermano o una hermana mayor del niño. Por el hecho de vivir juntos bajo el mismo techo, por lo general, son mucho mejores padrinos, y se ha de fomentar esta práctica.
 
Funciones del padrino o padrinos
 
*- Presentar, junto a los padres, al niño que va a recibir el bautismo. Y la presentación del niño se refiere no sólo a la ceremonia litúrgica sino en las gestiones previas.
 
El padrino debe participar en las catequesis de preparación al sacramento junto a los padres, pues debe conocer el  significado de los símbolos y rito del bautismo, con el fin de que participe de modo activo en la celebración.
 
Ya en la iglesia, la madrina sujetará al bebé en sus brazos, y el padrino sostendrá la vela bautismal.
 
*- El padrino ha de velar por el crecimiento espiritual del recién bautizado -niño o adulto-.
 
*- Acompañarle en sus primeros pasos en la fe, que aprenda, como de su mano, los fundamentos doctrinales y morales de la fe cristiana.
 
Duración del oficio de padrino
 
La designación de padrinos es de duración indefinida. El derecho canónico no prevé la revocación del nombramiento. Si a pesar de la atención puesta para escoger bien al padrino, este no corresponde con las expectativas puestas en él, no se puede revocar o anular su nombramiento. Ya en la confirmación se escogerá un padrino o una madrina distintos, pero esto no anula el nombramiento del padrino de bautismo. Es, simplemente, un padrino que se añade al padrino de bautismo sin sustituirlo.
 

Viernes de la octava semana del tiempo ordinario


Epístola I de San Pedro 4,7-13. 

Ya se acerca el fin de todas las cosas: por eso, tengan la moderación y la sobriedad necesarias para poder orar.
Sobre todo, ámense profundamente los unos a los otros, porque el amor cubre todos los pecados.
Practiquen la hospitalidad, sin quejarse.
Pongan al servicio de los demás los dones que han recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
El que ha recibido el don de la Palabra, que la enseñe como Palabra de Dios. El que ejerce un ministerio, que lo haga como quien recibe de Dios ese poder, para que Dios sea glorificado en todas las cosas, por Jesucristo. ¡A él sea la gloria y el poder, por los siglos de los siglos! Amén.
Queridos míos, no se extrañen de la violencia que se ha desatado contra ustedes para ponerlos a prueba, como si les sucediera algo extraordinario.
Alégrense en la medida en que puedan compartir los sufrimientos de Cristo. Así, cuando se manifieste su gloria, ustedes también desbordarán de gozo y de alegría.



Salmo 96(95),10.11-12.13. 
Digan entre las naciones: «El Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud.»

Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque.

Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
Él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad.





Evangelio según San Marcos 11,11-26. 
Jesús llegó a Jerusalén y fue al Templo; y después de observarlo todo, como ya era tarde, salió con los Doce hacia Betania.
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús sintió hambre.
Al divisar de lejos una higuera cubierta de hojas, se acercó para ver si encontraba algún fruto, pero no había más que hojas; porque no era la época de los higos.
Dirigiéndose a la higuera, le dijo: "Que nadie más coma de tus frutos". Y sus discípulos lo oyeron.
Cuando llegaron a Jerusalén, Jesús entró en el Templo y comenzó a echar a los que vendían y compraban en él. Derribó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas,
y prohibió que transportaran cargas por el Templo.
Y les enseñaba: "¿Acaso no está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las naciones? Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".
Cuando se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas, buscaban la forma de matarlo, porque le tenían miedo, ya que todo el pueblo estaba maravillado de su enseñanza.
Al caer la tarde, Jesús y sus discípulos salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, al pasar otra vez, vieron que la higuera se había secado de raíz.
Pedro, acordándose, dijo a Jesús: "Maestro, la higuera que has maldecido se ha secado".
Jesús le respondió: "Tengan fe en Dios.
Porque yo les aseguro que si alguien dice a esta montaña: 'Retírate de ahí y arrójate al mar', sin vacilar en su interior, sino creyendo que sucederá lo que dice, lo conseguirá.
Por eso les digo: Cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán.
Y cuando ustedes se pongan de pie para orar, si tienen algo en contra de alguien, perdónenlo, y el Padre que está en el cielo les perdonará también sus faltas".
Pero si no perdonan, tampoco el Padre que está en el cielo los perdonará a ustedes.




Leer el comentario del Evangelio por : San Jerónimo