lunes, 7 de noviembre de 2016

Cuando el mayor soberano de Europa se arrodillaba ante su único verdadero rey Una foto histórica del emperador Carlos y la emperatriz Zita, los últimos soberanos del imperio austrohúngaro, explicada por uno de sus descendientes

Cuando el mayor soberano de Europa se arrodillaba ante su único verdadero rey


¿Quién podría imaginar que la pareja que asiste a la misa y aparece a la derecha de esta foto, vestidos con unas simples ropas de viaje, arrodillados en los raíles de una vía después de comulgar, con la cabeza inclinada, eran el emperador Carlos y la emperatriz Zita de Habsburgo-Lorena, los últimos soberanos del imperio austrohúngaro?
Su biznieto el archiduque Imre de Habsburgo-Lorena, de 30 años, descifra para Aleteia esta histórica fotografía de sus ilustres antepasados, el beato Carlos y la Sierva de Dios Zita, cuyo proceso de canonización y de beatificación están actualmente en curso en Roma.
“Esta foto siempre me ha conmovido muchísimo. Muestra a mis bisabuelos, el beato Carlos de Austria y la Sierva de Dios Zita, de rodillas junto a un tren detenido, celebrando una misa al aire libre.
 Un momento trágico
Fue tomada en octubre de 1921 durante el segundo intento de restauración en Hungría. En efecto, Carlos, rey legítimo de Hungría, había sido coronado y consagrado rey en 1916 y, para él, esta coronación representaba prácticamente un sacramento. Dios le había confiado Hungría y Carlos quería honrar su compromiso hasta su término.
La misa a la que asistía la pareja tenía lugar justamente antes de un momento trágico. El almirante Horthy, en el poder en Hungría, estaba decidido a no dejar a Carlos subir de nuevo al trono, él que sin embargo había jurado fidelidad a mi bisabuelo unos años antes.
Mientras el tren avanzaba hacia Budapest, voluntarios reclutados en el último minuto por Horthy se involucraron en un fusilamiento sin saber que se trataba de su rey. Los soldados de Carlos respondieron rápidamente, pero cuando supieron que estaba herido, ordenó inmediatamente el alto al fuego.
Poco tiempo después, Carlos y Zita fueron apresados y finalmente embarcados en un barco que debía conducirles al exilio en la isla de Madeira, en Portugal. Allí, desprovisto de sus bienes y sin dinero para recibir cuidados, el beato Carlos de Austria murió unos meses más tarde, con grandes sufrimientos.
Dios en el centro de la vida de los soberanos
Esta foto dice mucho de la manera como Carlos y Zita vivían su fe. Ambos asistían a misa cada día. Dios era claramente el centro de sus vidas, tanto en las alegrías como en las penas. Durante el reinado de Carlos (1916-1918, n.d.r.), la pareja vivió momentos muy difíciles.
Desde su ascenso al trono, el emperador no dejó de promover la paz en una Europa que se rasgaba. Había sido además el único monarca que aceptó la propuesta de paz del papa Benedicto XV.
Pero conoció la traición, a veces incluso de sus mismos familiares, y la humillación de ver el imperio disolverse después de más de 600 años de vínculo entre una familia, los Habsburgo, y sus pueblos.
A pesar de los momentos difíciles y la pobreza en la isla de Madeira, el emperador nunca cultivó el rencor. A sus hijos les repetía sin parar que tenían que estar agradecidos por lo que tenían y por la generosidad de los habitantes de la isla con ellos.
Mi abuelo (el archiduque Carlos-Luis de Austria (1918-2007), hijo de Carlos y Zita, n.d.r.) nos repetía a menudo que su madre había seguido este impuso, es decir, nunca albergar rencor ni nostalgia.
Para ella, la voluntad de Dios era perfecta, había un plan. Por tanto intentaba acoger cada uno de los episodios de su vida como los frutos de la voluntad divina.
Humildad y servicio
Esta foto ilustra también una cierta humildad. Poco importa su nivel social y su statusAnte Dios, Carlos y Zita tenían conciencia de no ser más que pequeños instrumentos.
El emperador Carlos dirigía un imperio gigantesco que cubría, totalmente o en parte, 12 estados de la actual Unión Europea. Él siempre vivió esta misión con un gran sentimiento de servicio. En este sentido, el bien de sus pueblos pasaba sistemáticamente antes que el suyo. Esta dimensión de servicio se palpa en esta foto.
Un modelo para las parejas
Su ejemplo está todavía muy presente en nuestra familia. El 3 de octubre de 2004, estuvimos todos presentes en la plaza de San Pedro para la beatificación de Carlos. Su fiesta es el 21 de octubre, día de su matrimonio.
Carlos y Zita son una fuente de inspiración para todas las parejas. El día de su compromiso, ante el Santísimo Sacramento, se prometieron el uno al otro que se ayudarían a convertirse en santos.
Como padre de familia (ya padres de una hija de 2 años, el archiduque Imre y su mujer Kathleen esperan su segundo hijo, n.d.r.), son un modelo en el día a día para nuestra pareja.
Siguiéndolos a ellos, intentamos poner a Dios en el centro de nuestra vida, especialmente rezando el rosario en familia. Después, como todo cristiano, intentamos servir al bien común en nuestras actividades de cada día.
A pesar de los grandes desafíos de nuestra sociedad, estamos animados por una gran esperanza en el futuro, que deseamos transmitir a nuestros hijos”.

¿Qué hace que un matrimonio en la Iglesia Católica sea nulo?

Anillos de Boda / Flickr de Jef Belmonte Cuiabá (CC-BY-2.0)

Las afirmaciones del Papa Francisco sobre los matrimonios nulos a mediados de este año pusieron sobre el tapete el tema de la nulidad matrimonial, un asunto que preocupa al Santo Padre y para el cual estableció una reforma.
Un matrimonio es nulo cuando existe alguna de las causales que permiten probar que entre un hombre y una mujer, por diversas razones, nunca existió matrimonio.
“Es importante que la gente recuerde que la Iglesia siempre presume la validez de un matrimonio a menos que se demuestre lo contrario”, dijo en diálogo con ACI Prensa, J.D. Flynn, un especialista en derecho canónico de Nebraska en Estados Unidos.
El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) precisa, en el numeral 1625, que para que exista matrimonio los protagonistas deben ser libres, es decir, que debe realizarse plena voluntad y consentimiento de los contrayentes. Los que participan no deben “obrar por coacción” y no deben estar “impedidos por una ley natural o eclesiástica”.
Se debe tener claro que “el vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, de modo que el matrimonio celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás”, señala el numeral 1640.
La Iglesia tiene procesos muy específicos para evaluar los posibles casos de nulidad y para ello se debe presentar ante el juez competente las pruebas pertinentes y deben intervenir las dos personas que forman parte del proceso. “El hecho de que una pareja tenga dificultades no significa que el matrimonio sea nulo”, precisó Flynn.
“El proceso de nulidad de la Iglesia es en el fondo por buenas razones. Es muy difícil saber lo que una persona se había propuesto en su día de boda, es por ello que el proceso de la Iglesia para declarar la nulidad es tan exhaustivo y difícil", agregó.
El Código de Derecho Canónico divide las causales en tres grandes grupos. El primero corresponde a los “impedimentos” o causa externas que imposibilitan contraer matrimonio; el segundo se refiere a los “vicios de consentimiento” o aquellas circunstancias que afectan la voluntad de quienes contraen matrimonio; y finalmente “los defectos de forma”, es decir, algunas formalidades que no se siguieron para que la unión sea tal.
Aquí presentamos las causales de nulidad más comunes divididas en estos tres grupos: 
Impedimentos
1. Cuando hay impotencia en el varón y/o en la mujer (canon 1084)
En pocas palabras, cuando cualquiera de las dos partes no puede realizar el acto conyugal (sexual) naturalmente.
2. Si existe un vínculo matrimonial anterior (canon 1085)
El matrimonio es nulo si es que uno de los contrayentes ya estaba casado antes, incluso si esta unión anterior no se consumó a través de las relaciones sexuales. No es lícito contraer otro matrimonio si es que la nulidad de la unión anterior no es legítima y certera.
Vicio de consentimiento
3. Por carecer de uso de razón (canon 1095, 1°)
Cuando una persona adulta no tenga uso de razón a consecuencia de una enfermedad psíquica. “Los ‘graves defectos psicológicos’ o el ‘grave defecto en la voluntad o cognición’ de una persona, pueden mitigar su capacidad de elegir”, explicó el experto J.D. Flynn.
4. Si existe un grave defecto que impida conocer los derechos y deberes esenciales del matrimonio (canon 1095, 2°)
Por ejemplo, este caso sucede, en algunas ocasiones, cuando los contrayentes son obligados a casarse –tal vez por un embarazo– y desconocen lo que significa a cabalidad el matrimonio dentro de la Iglesia. El matrimonio puede declararse nulo si durante el proceso se prueba que uno o los dos no aceptaron la unión libremente y sin su consentimiento.
5. Si se es incapaz de asumir las obligaciones esenciales del matrimonio por causas de naturaleza psíquica (canon 1095, 3°)
Pueden existir diversos trastornos de personalidad que deben ser corroborados mediante pruebas psicológicas o psiquiátricas. Por ejemplo, la grave inmadurez del contrayente o una dependencia psicológica excesiva hacia la madre, padre, hermano o amigo, que impida a la persona desarrollar sus deberes dentro del matrimonio.
6. Ignorar la naturaleza del matrimonio (canon 1096)
Como explica J.D. Flynn, otro factor de nulidad es la "ignorancia" de la naturaleza del matrimonio como "una unión permanente entre un hombre y una mujer, que de alguna manera se forma para la procreación de niños a través de la cooperación sexual". Esta ignorancia no se presume después de la pubertad.
7. Si se contrae el matrimonio engañando, solo para obtener el consentimiento (canon 1098)
Existen muchos casos de engaños solo con la intención de que se lleve a cabo el matrimonio. Por ejemplo, si una persona es estéril y no lo dice a su pareja antes del matrimonio. O cuando se desconoce que uno de los contrayentes tiene otra familia o es un criminal.
8. Si se simula por completo el matrimonio o se excluye de forma intencionada una de sus propiedades esenciales (canon 1101)
Estas propiedades son la apertura a la vida, la fidelidad y la indisolubilidad.
Por ejemplo, para que ocurra esta causal “uno de los contrayentes debe tener la intención directa de no conceder a la otra persona el derecho a tener niños en ningún momento del matrimonio”, como explica el abogado J.D. Flynn .
“Por otra parte, si una persona se casa con la intención de no ser fiel, el matrimonio no sería válido. Esto es diferente cuando alguien que prometió ser fiel engañe luego a su cónyuge”.
También es motivo de nulidad si "una persona atenta directamente contra la indisolubilidad pretendiendo poner fin a la unión cuando se crea conveniente", acotó el especialista en derecho canónico.
Por defecto de forma
9. Por la forma en la que fue celebrado el matrimonio (canon 1108)
Es uno de los casos menos comunes. “Solamente son válidos aquellos matrimonios que se contraen ante el Ordinario del lugar o el párroco, o un sacerdote o diácono delegado por uno de ellos para que asistan, y ante dos testigos, de acuerdo con las reglas establecidas en los cánones que siguen, y quedando a salvo las excepciones (…)”.

¿Existe un rosario exclusivo para matrimonios? La devoción aprobada por la Iglesia es el rosario que se reza desde el siglo XIII


¿Existe un rosario exclusivo para matrimonios?



Fuera del rezo del Santo Rosario como la Iglesia ha establecido no hay ningún otro rosario que tenga aprobación eclesiástica.
Puede que exista alguna devoción parecida al rosario o relacionada con él indicada expresamente para ser rezada por y para las parejas de esposos, pero no es una devoción aprobada por la Iglesia.
No hay necesidad de recurrir a devociones de dudosa procedencia, aunque a veces puede ayudar.
El rezo oficial del Santo Rosario lo pueden hacer todos los fieles (entre ellos los esposos) por diferentes intenciones.
Se puede rezar de manera alternada o al unísono; así como también puede ser un rosario meditado o intercalando cantos marianos, etc.; las posibilidades son varias.
Yo animo el Santo Rosario completo y en la forma actual, tal como lo ha hecho la Iglesia desde hace casi un milenio, desde que la Virgen María, en el año 1208 o 1214 durante una aparición se lo enseñó a rezar a santo Domingo.

Lunes de la trigésima segunda semana del tiempo ordinario


Carta de San Pablo a Tito 1,1-9. 

Carta de Pablo, servidor de Dios y Apóstol de Jesucristo para conducir a los elegidos de Dios a la fe y al conocimiento de la verdadera piedad,
con la esperanza de la Vida eterna. Esta Vida ha sido prometida antes de todos los siglos por el Dios que no miente,
y a su debido tiempo, él manifestó su Palabra, mediante la proclamación de un mensaje que me fue confiado por mandato de Dios, nuestro Salvador.
A Tito, mi verdadero hijo en nuestra fe común, le deseo la gracia y la paz que proceden de Dios, el Padre, y de Cristo Jesús, nuestro Salvador.
Te he dejado en Creta, para que terminaras de organizarlo todo y establecieras presbíteros en cada ciudad de acuerdo con mis instrucciones.
Todos ellos deben ser irreprochables, no haberse casado sino una sola vez y tener hijos creyentes, a los que no se pueda acusar de mala conducta o rebeldía.
Porque el que preside la comunidad, en su calidad de administrador de Dios, tiene que ser irreprochable. No debe ser arrogante, ni colérico, ni bebedor, ni pendenciero, ni ávido de ganancias deshonestas,
sino hospitalario, amigo de hacer el bien, moderado, justo, piadoso, dueño de sí.
También debe estar firmemente adherido a la enseñanza cierta, la que está conforme a la norma de la fe, para ser capaz de exhortar en la sana doctrina y refutar a los que la contradicen.

Salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6. 
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella,
el mundo y todos sus habitantes,
porque El la fundó sobre los mares,
Él la afirmó sobre las corrientes del océano.

¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor
y permanecer en su recinto sagrado?
El que tiene las manos limpias
y puro el corazón;

él recibirá la bendición del Señor,
la recompensa de Dios, su Salvador.
Así son los que buscan al Señor,
los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.



Evangelio según San Lucas 17,1-6. 
Jesús dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona!
Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo.
Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: 'Me arrepiento', perdónalo".
Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe".
El respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería."