sábado, 6 de mayo de 2017

Cuarto Domingo de Pascua


Libro de los Hechos de los Apóstoles 2,14.36-41. 

El día de Pentecostés, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: "Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido.
Por eso, todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías".
Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente, y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: "Hermanos, ¿qué debemos hacer?".
Pedro les respondió: "Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo.
Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar".
Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa.
Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil.

Salmo 23(22),1-3a.3b-4.5.6. 
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,

Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;

unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.


Epístola I de San Pedro 2,20-25. 
En efecto, ¿qué gloria habría en soportar el castigo por una falta que se ha cometido? Pero si a pesar de hacer el bien, ustedes soportan el sufrimiento, esto sí es una gracia delante de Dios.
A esto han sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes, y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas. 
El no cometió pecado y nadie pudo encontrar una mentira en su boca. 
Cuando era insultado, no devolvía el insulto, y mientras padecía no profería amenazas; al contrario, confiaba su causa al que juzga rectamente. 
El llevó sobre la cruz nuestros pecados, cargándolos en su cuerpo, a fin de que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Gracias a sus llagas, ustedes fueron curados. 
Porque antes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de ustedes. 

Evangelio según San Juan 10,1-10. 
Jesús dijo a los fariseos: "Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. 
El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. 
El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir. 
Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. 
Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz". 
Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. 
Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. 
Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado. 
Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. 
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia." 

La Iglesia celebra a Santo Domingo Savio, patrono de las embarazadas

6 de mayo: La Iglesia celebra a Santo Domingo Savio, patrono de las embarazadas

“¡Quiero ser santo!”, solía decir Santo Domingo Savio, patrono de los niños cantores y también de las embarazadas por haber cumplido en su vida una misión de la Virgen María, mientras era guiado por San Juan Bosco.
Domingo Savio nació en Italia en 1842. Desde muy pequeño deseó ser sacerdote y al conocer a Don Bosco le pide ingresar al Oratorio de San Francisco de Sales en Turín.
Allí organizó la Compañía de María Inmaculada y con sus compañeros frecuentaba los sacramentos, rezaba el Rosario, ayudaba en los quehaceres y cuidaba a los niños difíciles. Además tenía un espíritu muy alegre, le gustaba jugar y estudiar.
San Juan Bosco escribió una biografía del joven santo y lloraba cada vez que la leía. En ella contaba que varias ocasiones vio a Domingo como arrobado después de recibir la Comunión hasta que cierto día, Don Bosco lo encontró en el coro del templo.
“Voy a ver –cuenta Don Bosco– y hallo a Domingo que hablaba y luego callaba, como si diese lugar a contestación; entre otras cosas entendí claramente estas palabras: ‘Sí, Dios mío, os lo he dicho y os lo vuelvo a repetir: os amo y quiero seguir amándoos hasta la muerte. Si veis que he de ofendemos, mandadme la muerte; sí, antes morir que pecar’”.
Cuando Don Bosco le preguntó qué hacía en esos momentos, Domingo le contestó: “es que a veces me asaltan tales distracciones que me hacen perder el hilo de mi oración, y me parece ver cosas tan bellas que se me pasan las horas en un instante”.
Durante el proceso de investigación para llevar a Domingo Savio a los altares, su hermana Teresa narró que cierta vez el Santo se presentó ante Don Bosco y le pidió permiso para ir a casa. Su formador le preguntó el motivo y el joven le contestó: “mi madre está muy delicada y la Virgen la quiere curar”.
Don Bosco le preguntó de quién había recibido noticias y Domingo contestó que de nadie, pero que él lo sabía. El sacerdote, que ya conocía de sus dones, le dio dinero para el viaje.
La mamá de Domingo estaba embarazada, pero sufriendo con fuertes dolores. Cuando el muchacho llegó a verla, la abrazó fuertemente, la besó y luego obedeció a su madre, quien le había pedido que fuera con unos vecinos.
Cuando llegó el doctor vio que la señora estaba repuesta de salud y mientras los vecinos la atendían, le vieron al cuello una cinta verde que estaba unida a una seda doblada y cosida como un escapulario. La sorprendente visita de Domingo a su madre se dio el 12 de septiembre de 1856, fecha del nacimiento de su hermana Catalina.
Tiempo después Domingo le dijo a su madre que conserve y preste aquel escapulario a las mujeres que lo necesiten. Así se hizo y muchas afirmaban después haber obtenido gracias de Dios con la ayuda del escapulario de la Virgen.
Domingo Savio retornó al oratorio salesiano, pero no por mucho tiempo. Su salud se resquebrajó más y a sugerencia de los médicos tuvo que despedirse de Don Bosco y sus compañeros para volver a su casa. Antes de morir, dijo: “¡Qué cosa tan hermosa veo!”. Partió a la Casa del Padre un 9 de marzo de 1857 con catorce años edad. Su fiesta se celebra cada 6 de mayo.


Tercer Día de la Novena a la Virgen de Fátima


Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, vaso insigne de devoción!, que te apareciste en Fátima teniendo pendiente de vuestras manos el santo Rosario, y que insistentemente repetías: «Orad, orad mucho», para alejar por medio de la oración los males que nos amenazan. Concédenos el don y el espíritu de oración, la gracia de ser fieles en el cumplimiento del gran precepto de orar, haciéndolo todos los días, para así poder observar bien los santos mandamientos, vencer las tentaciones y llegar al conocimiento y amor de Jesucristo en esta vida y a la unión feliz con Él en la otra.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Los siete grandes cambios que ha realizado el Papa Francisco

A lo largo de estos años de Pontificado, Francisco ha demostrado que no afronta los problemas a golpe de leyes sino "generando procesos”, involucrando a muchas personas. 

En vez de cortar por lo sano, afronta las crisis a largo plazo, con gestos simbólicos. Y así ha puesto en marcha un cambio cultural irreversible.

De esos cientos de gestos y palabras con los que está cambiando el mundo y la Iglesia, nos quedamos con estos siete:

PAGA FACTURA DE SU HOTEL

En su primer día como Papa fue personalmente a recoger su equipaje y a pagar su hotel. Así mostró que cada uno debe asumir su propia responsabilidad, y que se había acabado la época de los privilegios. 

VIVIR EN SANTA MARTA

Fijó su residencia en "Casa Santa Marta”. No quiere que el Papa viva en una torre de marfil. Necesita conocer los problemas de primera mano y no con intermediarios; y quiere que sea fácil acceder a él. 

ABRAZOS Y GLOBALIZACIÓN DE LA INDIFERENCIA 

Ante un mundo que pone en primer lugar el beneficio económico, y clasifica a las personas en función de cuánto ganan o cuánto son capaces de producir, el Papa apela al valor infinito de cada ser humano, y lo muestra a golpe de abrazos y sonrisas con los descartados de la sociedad. 

PERIFERIAS

Dice que la realidad se entiende desde las periferias. En Roma no ha visitado las parroquias del centro, sino las marginadas; en Europa sólo ha viajado a Albania y Bosnia Herzegovina.

Durante su viaje a México ha ido adonde nunca había estado un Papa: lugares como Chiapas, Chihuahua y Michoacán. 

Y cuando en Semana Santa, celebra la Misa del Jueves Santo va a lugares heridos, como una cárcel de menores o un centro de cuidados paliativos. 

Así ha abierto los ojos a muchas personas sobre situaciones que no sabía ni siquiera que existieran. 

RESPONDE A LAS PERSONAS

Cuando los grandes encuentros incluyen testimonios, el Papa no lee el discurso que llevaba preparado sino que se deja cambiar por lo que ha escuchado. 

Lo hizo cuando en Sarajevo escuchó cómo habían golpeado a este sacerdote.

"Perdono de corazón a todos los que me hicieron daño”.

También cuando en Kenia Emmanuel le habló sobre el drama de los jóvenes que se enrolan en milicias radicales.

FRANCISCO
"Háblale con cariño, con simpatía, con amor. Y con paciencia invítalo a ver un partido, invítalo a pasear, a estar juntos. No lo dejes solo”. 

O en Filipinas, cuando esta niña de la calle le dijo que estaban abandonados y que a nadie parecía importarle. 

"¿Por qué Dios permite que pase esto, si los niños no tienen la culpa?”.

VALENTÍA Y TRANSPARENCIA

En cada viaje, afronta ruedas de prensa en el avión sin miedo y sin censura. Responde a preguntas libremente formuladas, sin miedo a equivocarse, y sin miedo a afrontar cuestiones delicadas, como la corrupción en la Iglesia, la sexualidad o lo que él mismo lleva en el corazón. 

DECISIÓN

Ha tomado decisiones concretas y difíciles para simplificar la estructura del Vaticano. 

Ha creado un consejo de 9 cardenales que le ayudan a gobernar y facilitan que cualquier obispo tenga acceso directo al Papa; ha instituido una comisión para prevenir casos de abusos sexuales; y ha depurado la banca del Vaticano. 

ORACIÓN

Y aunque no es un cambio, no se entiende qué está haciendo el Papa Francisco sin mencionar que es un místico que se fía de Dios. Ante un bombardeo inminente en Siria, convocó una vigilia de 4 horas de oración en la plaza de San Pedro. 

La palabra que más veces ha repetido en estos años es la que usa para definir a Dios: "Misericordia”. Una palabra que encierra el lema y la fuerza del Pontificado.