sábado, 5 de agosto de 2017

Fiesta de la Transfiguración del Señor


Libro de Daniel 7,9-10.13-14. 

Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente.
Un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros
Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta él.
Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido.

Salmo 97(96),1-2.5-6.9. 
¡El Señor reina! Alégrese la tierra,
regocíjense las islas incontables.
Nubes y Tinieblas lo rodean,
la Justicia y el Derecho son

la base de su trono.
Las montañas se derriten como cera
delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra.
Los cielos proclaman su justicia

y todos los pueblos contemplan su gloria.
Porque tú, Señor, eres el Altísimo:
estás por encima de toda la tierra,
mucho más alto que todos los dioses.


Epístola II Carta de San Pedro 1,16-19. 
Porque no les hicimos conocer el poder y la Venida de nuestro Señor Jesucristo basados en fábulas ingeniosamente inventadas, sino como testigos oculares de su grandeza.
En efecto, él recibió de Dios Padre el honor y la gloria, cuando la Gloria llena de majestad le dirigió esta palabra: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección".
Nosotros oímos esta voz que venía del cielo, mientras estábamos con él en la montaña santa.
Así hemos visto confirmada la palabra de los profetas, y ustedes hacen bien en prestar atención a ella, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro hasta que despunte el día y aparezca el lucero de la mañana en sus corazones.

Evangelio según San Mateo 17,1-9. 
Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado.
Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz.
De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo".
Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor.
Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: "Levántense, no tengan miedo".
Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo.
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos". 

La Virgen de las Nieves y la devoción del Papa Francisco


Cada 5 de agosto se recuerda la increíble nevada que llevó a la construcción de Santa María la Mayor

Hoy, día de su Dedicación, una tradicional cascada de pétalos dentro de la Basílica de Santa María la Mayor revive la memoria del milagro que, a mitad del siglo IV, llevó a la construcción del más antiguo templo mariano de Occidente. Una iglesia querida a muchos Pontífices, entre ellos el Papa Francisco.
 
“Me construirás una Iglesia en el lugar donde mañana encuentres nieve fresca”. El prodigio al que la tradición atribuye el origen de Santa María la Mayor tiene lugar la noche anterior al clamoroso descubrimiento. Imaginad una nevada en Roma, a principios de agosto, hoy podría ser una broma del “clima-ficción”. Y no sería muy distinto en la Roma del fin del imperio. Pero es lo que la Virgen comunica en sueños, al mismo tiempo, la noche del 4 de agosto del año 358 al Papa Liberio y a un tal Juan, patricio de la Urbe: una Iglesia donde mañana haya nieve fresca. El patricio Juan la mañana del 5 corre donde el Papa para comunicarle la increíble visión nocturna y poco después la confirmación del milagro: la colina del Esquilino amanece blanca por una nevada de agosto.
 
La tradición afirma que precisamente sobre la nieve, el Papa trazó el perímetro de la Iglesia, y que el rico Juan financió su construcción. El edificio sagrado que hoy admiramos fue mandado construir en cambio por Sixto III en el 431, erigido sobre el anterior, con el fin de dejar esculpido en piedra lo que se había decidido en el Concilio de Éfeso, es decir, que había de considerarse a la Virgen “Madre de Dios”. Durante siglos la Basílica, la tercera en considerarse “papal”, fue ampliada y embellecida por el arte de célebres maestros. En resumen, se puede decir que desde el Papa Liberio en adelante, no ha habido Pontífice que no haya querido dejar en este templo un signo de su propia devoción. No es una excepción el Papa Francisco, que se dirigió allí a rezar el día después de su elección al Solio pontificio, y de nuevo al volver de la JMJ de Río, y que rezó allí el Rosario el pasado 4 de mayo, acompañándolo con una reflexión sobre el sentido de la maternidad:
 
“Una mamá ayuda a los hijos a crecer y quiere que crezcan bien; por eso les educa a no ceder a la pereza – que deriva también de un cierto bienestar – a no abandonarse en una vida cómoda que se contenta sólo con tener cosas. La mamá cuida a los hijos para que crezcan cada vez más, crezcan fuertes, capaces de asumir responsabilidades, de comprometerse en la vida, de tender a grandes ideales (…) La Virgen hace esto mismo con nosotros, nos ayuda a crecer humanamente y en la fe, a ser fuertes y a no ceder a la tentación de ser hombres y cristianos de modo superficial, sino a  vivir con responsabilidad, a tender siempre a lo alto”. (Rosario en S. María la Mayor, 4 de mayo de 2013)
 
En la célebre Capilla Paulina que se abre en la Basílica, hay en particular un icono sagrado y milagroso, muy querido a la Ciudad eterna, la Salus Populi Romani, a la que también el Papa Francisco ha mostrado mucho afecto:
 
“La Salus Populi Romani es la mamá que nos da la salud en el crecimiento, nos da la salud para afrontar y superar los problemas, nos da la salud al hacernos libres para las elecciones definitivas, la mamá que nos enseña a ser fecundos, a estar abiertos a la vida y a ser siempre fecundos en el bien, fecundos de alegría, fecundos de esperanza, a no perder nunca la esperanza, a dar la vida a los demás, vida física y espiritual”. (Rosario en Santa María la Mayor, 4 de mayo de 2013)

Directo de los actos de celebración de la Patrona palmera.


El Milagro de la nieve en Roma: origen de la Basílica Santa María la Mayor

El sábado 5 de agosto Roma celebra la dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, como primera Iglesia de Occidente ofrecida a la Virgen María. El Papa Liberio encargó su construcción, hacia el año 360. Quería un santuario construido en el lugar donde se produjo la aparición de la Virgen María ante un patricio local, que según cuenta la tradición, pidió que se construyera una Iglesia en lo alto de una colina que ella misma señalaría con una "milagrosa nevada" el 5 de agosto del año 358, en pleno período estival.
En esta Basílica dedicada a la Virgen María también conocida como "Nuestra Señora de las Nieves", los católicos locales conmemoraban "este milagro" en cada aniversario, lanzando pétalos de rosa blanca desde la bóveda durante la misa festiva; una tradición que aún hoy se mantiene viva.
El valor de este templo cristiano, el más antiguo erigido en Occidente, no sólo reside en la historia de sus orígenes sino que actualmente conserva la imagen de la Salus Populis Romana, icono bizantino de la Virgen y el Niño, que procede de las primeras comunidades cristianas. 
Ante ella, el Papa Francisco deposita habitualmente una ofrenda floral y reza, antes de cada uno de sus viajes apostólicos, encomendando a la Madre de Dios las actividades que realizará durante sus visitas al extranjero y pidiendo su maternal protección.
Siguiendo los pasos de Francisco hoy invitamos a nuestros oyentes a compartir con nuestra audiencia, qué intenciones ponen en manos de la Virgen María. Escuchemos.
"Paz para Venezuela, consuelo para los familiares que han perdido a sus seres queridos, protección para el Papa Francisco, salud para las familias y bendiciones para los más desamparados del mundo", son algunas de las intenciones que nuestra audiencia encomienda en este día, a la acción intercesora de Nuestra Señora. 
Por su parte, para conmemorar este "milagro de la nieve" que dio origen a la Basílica de Santa María la Mayor, esta tarde se llevará a cabo una recreación artificial con nieve sintética sobre la fachada del templo. Un espectáculo animado por música clásica, que se realiza desde 1983, ideado por el arquitecto Cesare Esposito, que pretende "evocar el misterio de este milagro mariano", y que este año estará especialmente dedicado al Papa Francisco, según han explicado los organizadores. 

Hoy celebramos a la Virgen de las Nieves y el milagro que regaló a unos esposos

Hoy celebramos a la Virgen de las Nieves y el milagro que regaló a unos esposos

Según la tradición, alrededor del siglo IV una piadosa pareja de esposos que vivía en Roma había sido bendecida por su formación cristiana y en muchos bienes materiales. Sin embargo, no tenían hijos con los cuales compartir aquellos dones.
Por años rezaron con la finalidad de que el Señor los bendijera con un hijo, a quien dejarle toda la herencia, pero no obtenían ningún resultado. Finalmente tomaron la decisión de nombrar a la Virgen María como heredera y le pidieron con gran fervor para que los guiara.
En respuesta, la Madre de Dios se les apareció la noche del 4 de agosto -en pleno verano- y les dijo que deseaba que se construyera una Basílica en el Monte Esquilino, una de las siete colinas de Roma, en el lugar donde ella señalaría con una nevada. De igual modo, la Virgen María se apareció al Papa Liberio con un mensaje similar.
El 5 de agosto, mientras el sol de verano brillaba, la ciudad se quedó admirada al ver un terreno con nieve en el Monte Esquilino. La pareja de esposos fue feliz a ver lo acontecido y el Sumo Pontífice hizo lo mismo en solemne procesión.
La nieve abarcó el espacio que debía ser utilizado para construir el templo y desapareció después. El Papa Liberio echó los primeros cimientos de la Basílica en el perímetro que él mismo trazó y la pareja de esposos contribuyó con el financiamiento de la construcción.
Más adelante, después del Concilio de Éfeso en que se proclamó a María como Madre de Dios, sobre la iglesia precedente el Papa Sixto III erigió la actual Basílica. Con el tiempo se han hecho remodelaciones, restauraciones, ampliaciones y nuevas edificaciones, pero todo en honor a la Santísima Virgen.
Los fieles para conmemorar el famoso milagro, en cada aniversario lanzan pétalos de rosas blancas desde la bóveda de la Basílica durante la Misa de fiesta.
Nuestra Señora de las Nieves se conmemora cada 5 de agosto. Esta festividad se extendió en el siglo XIV a toda Roma y luego San Pío V la declaró fiesta universal en el siglo XVII.