miércoles, 5 de septiembre de 2018

El impactante simbolismo de un icono ortodoxo contra el aborto

icone ortodoxo aborto

Una representación gráfica de todo lo que implica este tremendo drama actual

Reproducimos a continuación una explicación publicada por el portal Ecclesia.org.br sobre el icono cristiano ortodoxo que exhorta contra el aborto.
Comencemos por su parte izquierda, cuyos colores de fondo son más claros (en contraste bastante evidente con la parte derecha, con colores oscuros representando las tinieblas, el mal y la muerte).
Jesucristo, vencedor de la muerte, surge protegiendo y bendiciendo, debajo de él, a una familia cristiana (nótense los trajes modernos que visten) – familia, además, numerosa (padre, madre y seis hijos).
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Igreja Ortodoxa
El padre carga a uno de los hijos (como San José, que carga al Niño Dios, tradicional imagen de la iconografía cristiana) y trae el alimento de la familia en la mano izquierda. La madre acuna al hijo aún bebé y alimenta a otro niño. Son figuras tradicionales del padre y de la madre cristianos, esencial para el desarrollo de los hijos.
Encima de la familia cristiana surge la Sagrada Familia de Nazaret. María carga, en su cuello, a Jesús nacido de su purísimo vientre. San José, a su vez, carga a un niño envuelto en paños blancos, símbolo, en la iconografía tradicional, del alma de los niños inocentes asesinados.
Debajo de la familia cristiana, en una imagen bastante contundente, tenemos a la “Arrepentida”, o sea, la madre que, habiendo cometido el monstruoso crimen del aborto, llora, ahora, al hijo que ella misma mató. Se viste de rojo, representando la sangre inocente por ella derramada.
En la parte izquierda inferior, está la figura de la madre soltera. Por un lado, ella pecó y consintió en relaciones sexuales (tal vez por esto parte de sus vestidos son rojos, color de la lujuria), pero por otro lado se mantuvo firme frente a la tentación de abortar y ahora carga (con la ayuda de Dios) la Cruz de ser madre sin la ayuda y el apoyo de un esposo. Cruz esta que, si se vive bien, será su puerta de entrada al cielo cuando termine su peregrinación terrestre.
Pasemos ahora a las tinieblas.
En la parte derecha del icono vemos sentada, en un trono rojo, una reina, llamada “Nueva Herodes”. Es el aborto personificado, que, como Herodes hizo antes, promueve la matanza de los inocentes en el mundo moderno. Ella despedaza y masacra a varios bebés y recibe aún a otros (todos en posición fetal) que las mujeres le ofrecen.
Estas mujeres están ante ella y personifican (de abajo arriba) la crueldad, la superficialidad, la indiferencia y la lujuria, sin las cuales la monstruosidad del aborto no sucedería.
En el fondo vemos un “médico”. En el original, la palabra también está entre comillas, pues, bajo la apariencia de un médico (que debería usar sus talentos solo para salvar vidas), se encuentra un frío asesino, que atraviesa con una espada el vientre de un bebé indefenso. Su bolsillo está lleno de dinero, pues se enriquece con la matanza. En el fondo, la imagen de un dragón, el Diablo o Satanás, el seductor del mundo entero, seduce al “médico” poniéndolo a sus servicio. Pues todos los que se ponen, de forma directa o indirecta, al servicio del aborto están al servicio directo de Satanás.

Miércoles de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario

Evangelio según San Lucas 4,38-44.

Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella.
Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba.
De muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!". Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos.
Pero él les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado".
Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.