lunes, 2 de enero de 2017

"SIGUIENDO LAS HUELLAS DE MARÍA". SALUDO DEL OBISPO A LOS HERREÑOS AL INICIARSE UN "AÑO DE BAJADA"

"SIGUIENDO LAS HUELLAS DE MARÍA". SALUDO DEL OBISPO A LOS HERREÑOS AL INICIARSE UN "AÑO DE BAJADA"


La tarde de este domingo el obispo presidió en la parroquia de la Concepción de Valverde, una eucaristía 'especial' al inicio de un Año de Bajada.  Durante la celebración se hizo entrega a los representantes de las parroquias y de las instituciones, de la bandera con el anagrama de la Virgen. Al finalizar la Misa se izó la misma en la parroquia y en el ayuntamiento de Valverde, lo que supone el arranque de la preparación de la cuatrienal cita de los herreños con la Patrona.
“Con gran alegría les participo que, con la gracia de Dios y fieles a una ya centenaria tradición, este año 2017 [del primero de julio al cinco de agosto], tendrá lugar la LXIX Bajada de la Virgen de los Reyes”. Así comienza el “saludo” del obispo, Bernardo Álvarez, a los herreños al iniciarse este primero de enero un Año de Bajada. 
“Siguiendo las huellas de María” es el título de la misiva y el lema pastoral de esta celebración mariana. Una vez más, “como viene ocurriendo desde hace 272 años, “La Bajada” se convierte en la manifestación religiosa más importante de la isla de El Hierro. Una gran celebración festiva, en la que se refleja el constante amor y devoción de los herreños a su “Madre Amada”, la Virgen María de los Reyes – expone-.  “Fieles al legado de nuestros antepasados, vamos a revivir unos actos firmemente arraigados en la tradición religiosa y cultural de nuestra isla. Pero, por encima de todo, nos disponemos a cumplir y renovar el Voto de 1741” – asevera Álvarez.
El obispo subraya que todo ha de hacerse en honor de María y que “la tradición es un dinamismo del tiempo, en el que se reviven las cosas del pasado para asumirlas en el presente y, enriqueciéndolas con la propia experiencia, transmitirlas a las nuevas generaciones”. “Los hombres y mujeres de hoy, somos tan creadores de tradición como nuestros antepasados, como aquellos que hicieron el Voto en 1741. Pero, para eso, es necesario involucrarnos de lleno, con alma, corazón y vida, en la celebración de esta Bajada de 2017 y vivirla como algo que nos afecta personalmente, es decir,  como un acontecimiento que hacemos todos y del que nos beneficiamos todos”.
Involucrarse es, precisamente, el horizonte pastoral de la diócesis, siguiendo la exhortación del Papa Francisco. Por ello, la Bajada no sea ajena “al  objetivo de ser verdaderos "discípulos misioneros" de Jesucristo. “Tanto la Madre como el Hijo se involucraron, siguen involucrados, en la salvación del mundo y en nuestra propia salvación. Y, ambos, Jesús y María, nos necesitan. Quieren que también nosotros nos involucremos, con ellos y como ellos, para que esta salvación llegue a todas las personas de nuestra isla y del mundo entero”- explica.
Esta edición de la cuatrienal Bajada de la Madre Amada, acogiendo la propuesta de la “Fundación Virgen de los Reyes”, tiene como lema: “Siguiendo las huellas de María". De este modo, se trata de poner de manifiesto que la imagen de Virgen de los Reyes, por así decir, en su recorrido desde La Dehesa hasta Valverde y en su peregrinación por los pueblos de la isla va dejando "unas huellas" y  los que la acompañan van siguiendo las mismas, siendo todo ello un símbolo del camino cristiano de cada uno.
Así, con el lema "siguiendo la huellas de María", explica el Obispo “se expresa el propósito de hacer de nuestra Bajada de 2017 una escuela de discipulado en la que la Virgen María es nuestra guía y el modelo a imitar. Con la celebración de la Bajada, la Virgen María se pone "en salida misionera", por todos los caminos y parroquias de la isla del meridiano.
Siguiendo al Papa,  indica el prelado nivarense que  “ hoy fijamos en ella la mirada, para que nos ayude a anunciar a todos el mensaje de salvación, y para que los nuevos discípulos se conviertan en agentes evangelizadores".
Documento íntegro.

«SIGUIENDO LAS HUELLAS DE MARÍA»
BAJADA DE LA VIRGEN DE LOS REYES ‘2017 – Saludo del Obispo a los herreños
Queridos herreños y devotos de  la Virgen María de los Reyes, nuestra Madre Amada:

Con gran alegría les participo que, con la gracia de Dios y fieles a una ya centenaria tradición, este año 2017 [del primero de julio al cinco de agosto], tendrá lugar la LXIX Bajada de la Virgen de los Reyes desde la Dehesa, en el municipio de La Frontera, pasando por el de El Pinar, hasta la Villa de Valverde y la posterior peregrinación de la Venerada Imagen por las parroquias de la isla de El Hierro.
Una vez más, como viene ocurriendo desde hace 272 años, “La Bajada” se convierte en la manifestación religiosa más importante de la isla de El Hierro. Una gran celebración festiva, en la que se refleja el constante amor y devoción de los herreños su “Madre Amada”, la Virgen María de los Reyes.

Fieles al legado de nuestros antepasados, vamos a revivir unos actos firmemente arraigados en la tradición religiosa y cultural de nuestra isla. Pero, por encima de todo, nos disponemos a cumplir y renovar el Voto de 1741: “[… que cada cuatro años que será el primero el año de mil setecientos cuarenta y cinco y de allí en adelante el mismo cómputo y respecto, pasará un Señor Beneficiado y los Clérigos que arbitran, los Señores Justicia y Regimiento y vecinos que no tuvieren legítimo impedimento al Santuario y Ermita de la Señora y con el mayor culto y veneración la conducirán a esta Villa…]”. Todo lo que hacemos: la música, el baile, la comida fraterna, los relevos en las rayas, la llegada a la Villa y la entrada de la imagen en la Iglesia de la Concepción, la novena, la Fiesta Real, la posterior visita a los pueblos… Todo ha de ser en honor de Nuestra Señora y Madre Amada,  la Virgen de los Reyes. Todo debemos hacerlo como expresión de nuestra fe y "con el mayor culto y veneración" que le corresponde a nuestra Celestial Patrona.

Y, todo ello, sin perder de vista el sentido de "una auténtica tradición". En el plano de la vida humana y su historia, tradición es "transmitir" lo que hemos recibido. Pero este "transmitir" no es la repetición mimética de lo que otros han hecho o vivido. Eso sería hacer teatro. En la práctica las personas somos siempre originales y creativas, cada uno percibe y experimenta las cosas de acuerdo con la época y las circunstancias que le toca vivir. De este modo, la tradición es un dinamismo del tiempo, en el que se reviven las cosas del pasado para asumirlas en el presente y, enriqueciéndolas con la propia experiencia, transmitirlas a las nuevas generaciones.

De no ser así, la tradición pierde su genuino valor y pasa a ser algo puramente arqueológico, es como conservar las cosas en un museo. Si queremos matar una tradición no tenemos más que copiar y repetir lo que hacían nuestros antepasados, sin hacerlo propio, sin asimilarlo de corazón y expresarlo con nuestra peculiaridad.La tradición entonces se convierte en espectáculo y apenas tiene que ver con la vida. 

Sería triste que, en nuestra Bajada de la Virgen los Reyes, se conserven y transmitan las costumbres externas y nos olvidemos del sentido y la vivencia profundamente religiosa de quienes las originaron. La "tradición" somos las propias personas viviendo la vida con pasión y haciendo las cosas con sentido profundo. 

Nosotros, los hombres y mujeres de hoy, somos tan creadores de tradición como nuestros antepasados, como aquellos que hicieron el Voto en 1741. Pero, para eso, es necesario involucrarnos de lleno, con alma, corazón y vida, en la celebración de esta Bajada de 2017 y vivirla como algo que nos afecta personalmente, es decir,  como un acontecimiento que hacemos todos y del que nos beneficiamos todos.

Involucrarse. Esta es la consigna que marca el ritmo pastoral de nuestra Diócesis para el año 2017. Nuestra Bajada de la Virgen no puede ser ajena al  objetivo de ser verdaderos "discípulos misioneros" de Jesucristo, el Hijo de Dios que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de la Virgen María. Tanto la Madre como el Hijo se involucraron, siguen involucrados, en la salvación del mundo y en nuestra propia salvación. Y, ambos, Jesús y María, nos necesitan. Quieren que también nosotros nos involucremos, con ellos y como ellos, para que esta salvación llegue a todas las personas de nuestra isla y del mundo entero.

Por eso, acogiendo la propuesta de la “Fundación Virgen de los Reyes”, para la Bajada de este año hemos elegido el lema“Siguiendo las huellas de María". La imagen de Virgen de los Reyes, por así decir, en su recorrido desde La Dehesa hasta Valverde y en su peregrinación por los pueblos de la isla va dejando "unas huellas" y nosotros, al acompañarla, vamos "siguiendo sus huellas". Pero, esto no es sino un signo del camino que cada uno debemos recorrer para ser "discípulos misioneros" de Jesucristo, que no es otro que el camino que siguió la Virgen María, la primera y más perfecta discípula de su propio Hijo. 

Así, con el lema "siguiendo la huellas de María", se expresa el propósito de hacer de nuestra Bajada de 2017 una escuela de discipulado en la que la Virgen María es nuestra guía y el modelo a imitar. Con la celebración de la Bajada, la Virgen María se pone "en salida misionera". Ella sale a "predicar el Evangelio" por los caminos de nuestra isla. Nosotros queremos escuchar su mensaje y seguir sus huellas. Queremos ser como ella "discípulos misioneros": "Nosotros hoy fijamos en ella la mirada, para que nos ayude a anunciar a todos el mensaje de salvación, y para que los nuevos discípulos se conviertan en agentes evangelizadores" (Papa Francisco). 

De este modo, hacemos nuestras aquellas palabras del Concilio Vaticano II: “Recuerden los fieles que la verdadera devoción a la Virgen María no consiste ni en un afecto estéril y transitorio, ni en vana credulidad, sino que procede de la fe verdadera, por la que somos conducidos a conocer la excelencia de la Madre de Dios y somos alentados a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes” (LG. 67). Con toda seguridad, será así como rendiremos "el mayor culto y veneración" a la Virgen María, Nuestra Señora de los Reyes.

Con mi afecto y la bendición del Señor para todos, les deseo un Feliz Año de la LXIX Bajada de la Virgen de los Reyes.

 Bernardo Álvarez Afonso

       Obispo Nivariense

Francisco en la primera misa de 2017: ‘María es nuestra madre, no somos huérfanos’

Iniciar el año haciendo memoria del rostro materno de María, aseguró Francisco, nos protege del corazón narcisista que piensa solamente en sus intereses.

La imagen de Nuestra Señora de las Gracias al costado del altar

Con paramentos color blanco y celeste en honor de la Virgen María, el papa Francisco presidió la misa del primer día del 2017, festividad de María Santísima Madre de Dios.
En el lado izquierdo del altar principal, estaba el cuadro de Nuestra Señora de las Gracias, traída el miércoles desde la iglesia de Sant’Andrea delle Fratte, para esta ocasión. La celebración eucarística contó con los cantos del coro de la Capilla Sixtina, que entonó al inicio el Kyrie y el Gloria  acompañado por el órgano. La basílica contaba con muchos adornos florales, entre los cuales se distinguía el puesto a los pies del cuadro de María, y se sentía el perfume del incienso.
La homilía del Santo Padre fue completamente dedicada a María, de quien “ desde sus entrañas aprendió a escuchar el latir del corazón de su Hijo ” y “regaló a Jesús la hermosa experiencia de saberse Hijo”. Una mujer, dijo, que “supo custodiar los albores de la primera comunidad cristiana” y en las situaciones más diversas “sembrar esperanza”, como nos recuerdan “tantas devociones, tantos santuarios y capillas en los lugares más recónditos, tantas imágenes esparcidas por las casas”.
“Celebrar la maternidad de María como Madre de Dios y madre nuestra, al comenzar un nuevo año, significa recordar una certeza que acompañará nuestros días: somos un pueblo con Madre, no somos huérfanos” y nos protege de la orfandad espirituales y del corazón narcisista que piensa solamente en sus intereses.
María nos ha dado el calor materno que nos envuelve hijos en medio de las dificultades, aseguró el Papa, porque donde hay una madre hay ternura. Además María con su maternidad nos muestra que la humildad y ternura “no son virtudes de los débiles sino de los fuertes” y “que no es necesario maltratar a los otros para sentirse fuerte”.
“Somos un pueblo con una madre, no somos huérfanos” señaló Francisco, precisando que “las madres son el antídoto” más fuerte que existe contra nuestras tendencias egoístas, y que una sociedad sin madre es fría, ha perdido el corazón y el calor de familia, en donde hay lugar solamente para el cálculo y las especulaciones.
El Santo Padre recordó también que en su vida ha aprendido mucho de esas madres que se ocuparon de sus hijos presos, o postrados en la cama de un hospital, o sometidos por la esclavitud de la droga, en los campos de refugiados, o incluso en medio de la guerra, que “no se dan por vencidas y siguen peleando para darles a ellos lo mejor”.
Esta actitud que es un “cáncer espiritual”, precisó el Papa, corroe y degrada el alma. Y así nos vamos degradando “no pertenecemos a nadie: degrado la tierra, porque no me pertenece, degrado a los otros, porque no me pertenecen, degrado a Dios porque no le pertenezco, y finalmente termina degradándonos a nosotros mismos porque nos olvidamos quiénes somos”.
Señaló así la disminución de los contactos físicos y no virtuales, del canto, del juego, del reírse, de la gratuidad. Porque solamente en una comunidad o en una familia las personas pueden crecer sin una visión de consumir y ser consumidos.
La fiesta de de María nos indica, aseguró el Pontífice, que no somos productos de comercio, sino hijos, familia, pueblo de Dios. Y a cuidar espacios comunes que nos haga sentir en casa en nuestra ciudad.
El Papa concluyó recordando que en la Cruz Jesús no quiso nada para sí, y al entregar su vida nos entregó también a su Madre que queremos recibirla en nuestros hogares, familias, comunidades e invitó a decir de pié como los fieles de Efeso, tres veces ‘Santa Madre de Dios’

HACER UN AÑO NUEVO


Para la Iglesia católica, el año 2016 estuvo marcado por la celebración del Jubileo de la Misericordia. Con tal motivo, el 6 de noviembre, tuvo lugar en Roma el “Jubileo de los presos”. El papa Francisco celebró una misa en la Basílica de San Pedro en la que participaron más de mil encarcelados de todo el mundo. Lo que les dijo el Papa me ayuda a expresar como entiendo esto del “Año Nuevo”.
Estos días se repasan los hechos más significativos del año que termina y se habla de lo que está previsto para el que comienza. De los presos, como cualquiera de nosotros, se conoce como ha sido el pasado y como es el presente. Pero, ¿cuál será su futuro y cuál será el nuestro? ¿Tienen remedio los presos? ¿Tenemos remedio nosotros? ¿Tienen remedio los males de nuestra sociedad?
Actualmente, dada la frecuente descalificación y la condena de los demás, es fundamental creer que “el otro puede ser otro”, es decir, creer que las cosas y las personas pueden cambiar. Lo que dijo el Papa a los presos, vale para todos: “Ninguno de vosotros, por tanto, se encierre en el pasado. La historia pasada, aunque lo quisiéramos, no puede ser escrita de nuevo. Pero la historia que inicia hoy, y que mira al futuro, está todavía sin escribir, con la gracia de Dios y con vuestra responsabilidad personal. Aprendiendo de los errores del pasado, se puede abrir un nuevo capítulo de la vida”.
Por eso les alentó a no perder la esperanza y a tener “la certeza de la presencia y de la compasión de Dios, no obstante el mal que hemos cometido. No existe lugar en nuestro corazón que no pueda ser alcanzado por el amor de Dios. Donde hay una persona que se ha equivocado, allí se hace presente con más fuerza la misericordia del Padre, para suscitar arrepentimiento, perdón, reconciliación, paz”. 
Todos nos deseamos un “feliz y próspero año nuevo”. Pero muchas veces es sólo “una frase hecha”, pronunciada superficialmente, sin ninguna esperanza de cambio y sin ningún compromiso concreto de trabajar para que el nuevo año sea feliz y próspero, especialmente para los que peor viven. 
No se puede desear un Feliz Año Nuevo y quedarse de brazos cruzados, como quien dice: “A ver si tenemos suerte y este año las cosas van mejor”. Desearle a cualquiera un “feliz y próspero año nuevo” nos compromete a trabajar para que su vida sea más próspera y feliz. Tú y yo podemos hacer mucho para que 2017 sea realmente un AÑO NUEVO, próspero y feliz, para los que nos rodean.

† Bernardo Álvarez Afonso
Obispo Nivariense

Feria de tiempo de Navidad (2 ene.)


Epístola I de San Juan 2,22-28. 

Queridos hermanos:
¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo: el que niega al Padre y al Hijo.
El que niega al Hijo no está unido al Padre; el que reconoce al Hijo también está unido al Padre.
En cuanto a ustedes, permanezcan fieles a lo que oyeron desde el principio: de esa manera, permanecerán también en el Hijo y en el Padre.
La promesa que él nos hizo es esta: la Vida eterna.
Esto es lo que quería escribirles acerca de los que intentan engañarlos.
Pero la unción que recibieron de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Y ya que esa unción los instruye en todo y ella es verdadera y no miente, permanezcan en él, como ella les ha enseñado.
Sí, permanezcan en él, hijos míos, para que cuando él se manifieste, tengamos plena confianza, y no sintamos vergüenza ante él en el Día de su Venida.

Salmo 98(97),1.2-3ab.3cd-4. 
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.



Evangelio según San Juan 1,19-28. 
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: "¿Quién eres tú?".
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: "Yo no soy el Mesías".
"¿Quién eres, entonces?", le preguntaron: "¿Eres Elías?". Juan dijo: "No". "¿Eres el Profeta?". "Tampoco", respondió.
Ellos insistieron: "¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?".
Y él les dijo: "Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías".
Algunos de los enviados eran fariseos,
y volvieron a preguntarle: "¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?".
Juan respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen:
él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia".
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.