miércoles, 28 de diciembre de 2016

6 datos que tal vez no conocías de los Santos Inocentes

El Triunfo de los Inocentes / Imagen: William Holman Hunt (Wikimedia Commons)

En el marco de la Fiesta de los Santos Inocentes, el SIAME publicó un artículo del P. Sergio Román, en el que presenta 6 datos que tal vez no conocías sobre estos mártires cuyas muertes siguen repercutiendo en la sociedad de hoy.
1. La muerte de los Santos Inocentes fue un genocidio
Herodes les dijo a los Magos de Oriente que estaba muy interesado en el rey que acababa de nacer y les pidió que a su regreso le informaran sobre éste para ir también a adorarlo. La estrella guio a los magos hasta el Niño, y cumplida su misión, regresaron a sus patrias por otros caminos, pues un ángel les avisó en sueños que Herodes quería matar a Jesús.
Engañado por los Magos, Herodes pidió matar a todos los niños menores de dos años con el deseo de acabar con aquel Rey nacido en Belén, que ponía en peligro su propio reinado.
Se produjo un genocidio conocido como la matanza de los inocentes. La Iglesia los recuerda el 28 de diciembre, unidos a la Navidad, porque ellos no murieron por Cristo, sino en lugar de Cristo.
2. El rey que los mandó a matar ya era conocido por sus crímenes
Así se hacía llamar aquel rey de Palestina, títere del imperio romano. Fue grande porque supo ganar guerras y conquistar tierras para su reino, pero también por sus crímenes: se casó con Mariamme, hija del sumo sacerdote Hircano II. Temeroso de que aspiraran a su reino, mandó matar a su yerno, José; a Salomé; al sumo sacerdote Hircano II; a su esposa Mariamme; a los hermanos de ella, Aristóbulo y Alejandra; a sus propios hijos, Aristóbulo, Alejandro y Antípatro.
Cuando se sintió enfermo mandó encerrar a todos los personajes importantes de Jericó con la orden de que tan pronto como muriera los mataran a flechazos. Muerto Herodes, no se cumplió esta orden. Con estos datos, podemos comprender que para él fue fácil mandar matar a los Santos Inocentes. ¿Cuántos fueron? Hoy se sabe que Belén no debió tener más de mil habitantes y que a ese número, probablemente, correspondería una población de 20 niños varones.
3. La cueva de Belén se dedicó a su memoria
Santa Elena, madre del emperador Constantino, que dio paz a los cristianos en el siglo IV, construyó una Basílica sobre la cueva de Belén en la que nació el Niño Jesús. Esa Basílica, reconstruida, todavía existe y guarda en su cripta la preciosa cueva en donde una estrella de plata señala el lugar del santo nacimiento. “Aquí nació Jesucristo de María la Virgen”, dice la inscripción en Latín.
La cueva de Belén es un sistema de cavernas que se prolongan debajo de la antigua basílica y del templo católico de Santa Catalina. En una de estas cavernas fueron encontrados restos de niños enterrados. El primer pensamiento fue que eran los restos de los Santos Inocentes, pero los féretros correspondían a una época muy posterior. De todos modos, esa caverna se dedicó a la memoria de los Santos Inocentes.
4. Juan el Bautista se salvó de la persecución
Ain Karen es un pueblo cercano a Jerusalén. Según la tradición, es el lugar de “La Visitación” y del nacimiento de Juan el Bautista. Éste era mayor que Jesús tan solo seis meses y existe la leyenda de que también iba a ser víctima de Herodes. Perseguida su madre, Isabel, por los soldados asesinos, buscó una roca en el monte detrás de la cual ocultó al pequeño Juan antes de que los soldados la alcanzaran.
Cuando los soldados le dieron alcance, la registraron y buscaron incluso detrás de la roca, pero no vieron nada. Cuando se fueron, Isabel corrió a buscar a su niño y descubrió que la roca se había ahuecado para dar lugar en su interior al pequeño perseguido y así se salvó Juan el Bautista. En la Basílica de la Visitación, sobre el monte, se guarda una extraña roca ahuecada que recuerda esta anécdota.
5. En la actualidad existen santos inocentes 
La celebración litúrgica debe recordarnos no solo a aquellos niños asesinados en lugar de Cristo, sino a todos aquellos inocentes perseguidos y asesinados en la actualidad. Los humanos somos capaces de monstruosidades que nos avergüenzan.
Seguimos asesinándonos por motivos religiosos, políticos, económicos y cada vez que denunciamos uno de estos crímenes clamamos indignados “¡Nunca más!”, para luego repetir la historia. No permanezcamos indiferentes ante estos genocidios, despertemos en nosotros la solidaridad y unamos nuestras voces y nuestras acciones a las de estos inocentes que siguen muriendo en lugar de Cristo.
6. Surgieron tradiciones populares a partir de esta fiesta litúrgica 
La vida cristiana hace surgir tradiciones populares que refuerzan la celebración de las fiestas y las hace memorables. En Hispanoamérica es costumbre realizar bromas de toda índole.



Hoy se celebra a los Santos Inocentes, los niños que murieron por Cristo

Hoy se celebra a los Santos Inocentes, los niños que murieron por Cristo


“Todavía no hablan, y ya confiesan a Cristo. Todavía no pueden entablar batalla valiéndose de sus propios miembros, y ya consiguen la palma de la victoria”, dijo una vez San Quodvultdeus al exhortar a los fieles sobre los Santos Inocentes, los niños que murieron por Cristo y cuya fiesta se celebra el 28 de diciembre.
De acuerdo al relato de San Mateo, el rey Herodes mandó a matar en Belén y sus alrededores a los niños menores de dos años, al verse burlado por los Reyes Magos, quienes regresaron a sus países por otra ruta para no revelarle dónde estaba el Mesías.
En el siglo IV se instituyó esta fiesta para venerar a estos niños que murieron como mártires. La tradición oriental los recuerda el 29 de diciembre, mientras que la latina, el 28.
Posteriormente, San Quodvultdeus, Padre de la Iglesia del Siglo V y Obispo de Cartago (norte de África), dio un sermón sobre este lamentable hecho.
“¿Qué temes, Herodes, al oír que ha nacido un Rey? Él no ha venido para expulsarte a ti, sino para vencer al Maligno. Pero tú no entiendes estas cosas, y por ello te turbas y te ensañas, y, para que no escape el que buscas, te muestras cruel, dando muerte a tantos niños”, expresó.
Más adelante el Santo le señala al rey asesino: “Matas el cuerpo de los niños, porque el temor te ha matado a ti el corazón. Crees que, si consigues tu propósito, podrás vivir mucho tiempo, cuando precisamente quieres matar a la misma Vida”.
“Los niños, sin saberlo, mueren por Cristo; los padres hacen duelo por los mártires que mueren. Cristo ha hecho dignos testigos suyos a los que todavía no podían hablar”, enfatizó San Quodvultdeus.
Más información en el especial de los Santos Inocentes.

¿Quieres protección para tu familia? Reza a Santa Marta La oración de las madres para pedir protección espiritual

¿Quieres protección para tu familia? Reza a Santa Marta


Marta era la hermana de María de Betania y de Lázaro, a quien Cristo resucitó. Sabemos muy poco de ella, sólo lo que está escrito en los evangelios de Lucas y Juan.
Según lo que podemos apreciar de los episodios evangélicos, Jesús amaba a Marta, María y Lázaro. Entre ellos había una especial relación de Jesús hacia esta familia muy devota (Cfr Juan 11,5)
Fue Santa Marta quien amorosamente sirvió y atendió al Señor Jesús y a sus discípulos cuando estuvo de visita en su casa. Así lo narra el Evangelio de Lucas (10,38-42):
Marta estaba preparando la comida para Jesús y sus discípulos a quienes ya los había recibido como huéspedes especiales. Ella se dio cuenta de que la tarea sería más fácil si su hermana le ayudara y observó que María estaba sentada en silencio a los pies de Jesús, escuchándolo. En eso, ella interrumpe a Jesús y le dice: “Señor, dile a mi hermana para que venga a ayudarme“… Jesús estaba muy satisfecho con el servicio amoroso y desprendido que había tenido Marta para con todos ellos, sin embargo, Él quería que ella se diese cuenta de que la escucha de la Palabra de Dios y la oración es aún mucho más importante. Así que Jesús le responde muy cariñosamente, “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas. Sin embargo, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”
No es que el servicio no sea importante, por supuesto que lo es, pero para ello, primero debemos asistir a la invitación del Señor, a escuchar su palabra para luego ponerla en práctica, tal como lo diría anteriormente a la multitud que lo seguía llamándolo: «Señor, Señor..»… Él respondería: “todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las practica… se parece al hombre que construyó su casa sobre la roca” (Lc 6,47-48) O como cuando también dijo a su pueblo que “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”… Entonces aquí nos damos cuenta de lo importante que es escuchar al Señor primero, asistir a su llamado.

La oración de las madres de familia a Santa Marta

Oh Santa Marta dichosa, que
tantas veces tuviste el honor y la
alegría de hospedar a Jesús en el
seno de tu familia, de prestarle
personalmente tus servicios domésticos,
y que juntamente con tus santos
hermanos Lázaro y María Magdalena,
gozaste de su divina conversación
y doctrina, ruega por mí y por mi familia,
para que en ella se conserve la paz
y el mutuo amor, para que
todos sus miembros
vivan en la observancia de la
Ley de Dios, y para que sólo Dios,
y no el mundo ni el pecado,
reine en nuestro hogar.

Libra a mi familia de toda
desgracia espiritual y temporal,
ayúdame en el cuidado
de mis hijos y subordinados,
y concédeme la dicha de verlos
unidos bajo la mirada paternal de Dios
en la tierra, para volver a verles reunidos
en las moradas del cielo. Amén


Fiesta de los Santos Inocentes, mártires


Epístola I de San Juan 1,5-10.2,1-2. 

La noticia que hemos oído de él y que nosotros les anunciamos, es esta: Dios es luz, y en él no hay tinieblas.
Si decimos que estamos en comunión con él y caminamos en las tinieblas, mentimos y no procedemos conforme a la verdad.
Pero si caminamos en la luz, como el mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad.
Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo.
El es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Salmo 124(123),2-3.4-5.7b-8. 
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,
nos habrían devorado vivos.
Cuando ardió su furor contra nosotros,

las aguas nos habrían inundado,
un torrente nos habría sumergido,
nos habrían sumergido las aguas turbulentas.
de la trampa del cazador

Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

Evangelio según San Mateo 2,13-18. 
Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.
Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías:
En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen.