jueves, 1 de agosto de 2019

Una oración de sanación a San Judas Tadeo


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San Judas es bien conocido como el santo patrón de las causas perdidas y los casos desesperados, y es además el patrón de los hospitales.
San Judas Tadeo fue uno de los doce apóstoles originales de Jesús, aunque poca información específica se sabe sobre su vida. A través de la historia y la tradición, podemos conocer que San Judas viene del línaje de David y es un primo directo de nuestro Señor Jesucristo. Su hermano fue Santiago el Menor
El pueblo judío, orgulloso de su linaje, mantienen registros exactos de sus antepasados, y vemos que el padre de San Judas Tadeo, Cleofás, era el hermano de San José. La madre de San Judas, María de Cleofás, era prima de la Santísima Virgen María
Probablemente ningún santo, después de a la Santísima Virgen, ha tenido tantos entusiastas seguidores a través de los siglos como lo tiene San Judas Tadeo.
San Judas Tadeo es bien conocido como el santo patrón de las causas perdidas y los casos desesperados, y es además el patrón de los hospitales.
A continuación te damos una oración en la que puedes invocar a San Judas pidiendo la sanación del algún mal o enfermedad.


Oracion de Sanación

Oh santísimo Apóstol San Judas Tadeo, me pongo en estos momentos bajo tu cuidado, confiando en tu ayuda fiel y generosa.
Ruega por mí, pobre pecador que estoy desesperado(a) y angustiado(a). Ayúdame a recordar que no estoy solo en mis luchas, que tú me acompañas y me guías a la plenitud de la luz y la verdad de Dios.
San Judas Bendito, te suplico que te unas mí en mi humilde plegaria para pedirle a Dios que me envíe esperanzas en este momento de prueba, consuelo en mi dolor, coraje en mis miedos, fe en la debidilidad y la sanación en medio de todos mis retos y contrariedades.
Por favor, solicítale a nuestro amoroso Padre celestial, que venga pronto a socorrerme, que en su inmensa misericordia se apiade de esta condición de salud que me lastima y no me permite llevar una vida plena junto a los míos.
- Pedir aquí la gracia que desea- 
Ven Señor, lléname de tu poderosa gracia para aceptar los sucesos de dolor que transcurren en mi vida y fortalece mi fe para que pueda superar este momento difícil
Te entrego ahora mis dolores, mis lamentos, todo lo que tengo y todo lo que soy, todas mis aflicciones y todas las cargas emocionales por las que estoy atravesando.
Ruego también a la Santísima Virgen, Madre Santísima del Verbo Encarnado para que sea mi gran auxilio en esta necesidad, para que me cobije bajo su manto de ternura y me levante esperanzado hacia una vida mejor
Y a ti, querido Apóstol del Señor, San Judas Tadeo, gracias por la promesa de la esperanza y fidelidad confiada a todos los que creen en tu devoción. Fortalece e inspírame para dar también este regalo de la esperanza a muchos otros.
Amén.

Lecturas del Jueves de la 17ª semana del Tiempo Ordinario

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (40,16-21.34-38):

En aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había mandado. El día uno del mes primero del segundo año fue construido el santuario. Moisés construyó el santuario, colocó las basas, puso los tablones con sus trancas y plantó las columnas; montó la tienda sobre el santuario y puso la cubierta sobre la tienda; como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Colocó el documento de la alianza en el arca, sujetó al arca los varales y la cubrió con la placa. Después la metió en el santuario y colocó la cortina de modo que tapase el arca de la alianza; como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario. Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la nube se había posado sobre ella, y la gloria del Señor llenaba el santuario. Cuando la nube se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, los israelitas esperaban hasta que se alzase. De día la nube del Señor se posaba sobre el santuario, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 83,3.4.5-6a.8a.11 

R/. ¡Qué deseables son tus moradas, 
Señor de los ejércitos!

Mi alma se consume 
y anhela los atrios del Señor, 
mi corazón y mi carne 
retozan por el Dios vivo. R/.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; 
la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: 
tus altares, Señor de los ejércitos, 
Rey mío y Dios mío. R/.

Dichosos los que viven en tu casa, 
alabándote siempre. 
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza; 
caminan de baluarte en baluarte. R/.

Vale más un día en tus atrios 
que mil en mi casa, 
y prefiero el umbral de la casa de Dios 
a vivir con los malvados. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,47-53):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?»
Ellos les contestaron: «Sí.»
Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.

Palabra del Señor