sábado, 23 de julio de 2016

Las siete gracias que la Virgen María le dió a Santa Brígida

La Santísima Virgen María manifestó a Santa Brígida que concedía siete gracias a quienes diariamente le honrasen considerando sus lágrimas y dolores y rezando siete Avemarías:
  • Pondré paz en sus familias.
  • Serán iluminados en los Divinos Misterios.
  • Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
  • Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
  • Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.
  • Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el rostro de su Madre.
  • He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría.
 



¿La soltería es una vocación? ... o ¿estar soltero significa no estar comprometido?

¿Es la vida en soltería una vocación? Para responder a esta pregunta, primero tenemos que aclarar qué entendemos por “vida en soltería” y “vocación”.
Desde tiempos de los apóstoles, la Iglesia siempre ha valorado la libre elección del celibato o de no contraer matrimonio “para servicio del Reino de los Cielos” (Mateo 19:12).
Los primeros Padres de la Iglesia dejaron constancia de cómo tanto hombres como mujeres podían elegir sacrificar el gran don del matrimonio para centrarse en exclusiva en amar y servir al Señor.
Durante el transcurso de la historia de la Iglesia, dicha elección pasó a ser reconocida más oficialmente por el establecimiento de varias formas de vida consagrada, desde la antiquísima Orden de las Vírgenes hasta las últimas evoluciones de comunidades religiosas organizadas, pasando por el desarrollo de formas modernas de dedicación, como la pertenencia a institutos seculares.
Además, también es posible practicar una devoción completa al Señor a través de un compromiso exclusivamente privado, como ya hicieran tantos santos en la historia de la Iglesia.
Aun así, la mayoría de estudios contemporáneos sobre “la vida en soltería” no tratan formas reconocidas de vida consagrada (ni siquiera necesariamente formas informales de consagración de facto, como los votos privados), sino que suelen referirse a vidas laicas fuera del matrimonio que no participan de ningún compromiso deliberado.
En este caso la pregunta que cabe hacerse es: ¿puede considerarse una vocación legítima el simple hecho de permanecer soltero o soltera?
La palabra vocación significa “acción de llamar” y, en el contexto católico, una vocación es una llamada de Dios. Sin embargo, la palabra alberga otros matices y significados diferentes.
Tal vez el uso más frecuente del término “vocación” en nuestro contexto se produce en referencia a un llamamiento de Dios a hacer algo relativamente inusual, como entrar en el sacerdocio o en la vida consagrada.
También hay veces en que “vocación” puede significar una inspiración o una misión especial de Dios, como la fundación de una nueva comunidad religiosa.
En un sentido similar, un individuo podría experimentar una llamada especial y personal de Dios para vivir en soltería en pos de un propósito mayor, como una mayor libertad para involucrarse en actividades evangélicas u obras de misericordia.
Sin embargo, podríamos considerar este tipo de llamada personal especial para seguir soltero como algo bastante similar a la vida consagrada, tanto que dejaría de guardar relación con el concepto general que tenemos de la “vida en soltería” normalmente.
En algunos casos, también podríamos usar la palabra “vocación” para referirnos a una acción concreta que Dios pide de nosotros en nuestras circunstancias particulares.
Pudiera ser que, a causa de la situación vital específica de un individuo, permanecer soltero y sin compromiso sea un tipo de “vocación”, en tanto que supone una respuesta prudente a la voluntad de Dios.
Por ejemplo, una persona con unas responsabilidades familiares abrumadoras podría percibir con toda legitimidad que Dios le llama a permanecer soltero o soltera, al menos durante un tiempo.
Lo mismo podría decirse de los que luchan contra una enfermedad o contra una situación personal compleja.
Por otro lado, la palabra “vocación” a veces se usa como referencia abreviada al estado de vida de cada uno. “Estado de vida” es un término descriptivo que refiere a nuestra función y responsabilidades específicas dentro de la comunidad cristiana.
El estado de vida de un individuo puede describir su estatus marital, en términos de casado, soltero o viudo. También puede describir si uno es laico, ordenado o consagrado. Obviamente, “soltero laico” es claramente un estado de vida.
No obstante, a menudo la palabra “vocación” puede referirse al ingreso en un nuevo estado vital que implica un compromiso permanente y que, consecuentemente, exige adoptar todas las responsabilidades que se derivan del mismo.
Por ejemplo, una pareja casada realiza compromisos mutuos y es responsable del cuidado de los potenciales hijos que resulten de su unión; también, un sacerdote se compromete con su obispo y asume una serie de obligaciones derivadas de su ministerio.
En este sentido, sería difícil considerar una vocación la vida en soltería sin compromisos, puesto que sería una contradicción obvia el hecho de clasificar como una forma de compromiso el permanecer no comprometido.
Esto podría dar pie a otra pregunta: ¿deberíamos alentar a las personas a percibir una vocación en la vida en soltería sin compromiso de la misma forma que animamos a los jóvenes a distinguir una vocación en el sacerdocio o la vida consagrada o a estar abiertos a la vocación del matrimonio?
La respuesta parece ser un rotundo “no”, puesto que la Iglesia enseña que el auténtico florecer humano sólo puede surgir a través del amor abnegado y servicial.
Tal y como se declara en el documento Gaudium et spes del Concilio Vaticano II, “el hombre (…) no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás” (GS24).
A la luz de esto, no tendría sentido guiar a los jóvenes hacia una vida de no compromiso deliberado.
Aun con todo lo dicho, a nivel pastoral es fundamental tener en mente que las personas solteras y sin compromiso no pueden ser consideradas nada menos que miembros de pleno derecho de la Iglesia.
En cualquier debate sobre la vocación, lo más importante es recordar que la principal vocación de todos los cristianos es el bautismo.
Incluso si la soltería sin compromiso en sí no es una vocación en el sentido normal de la palabra, los católicos solteros siguen estando llamados a la santidad y a la plenitud de la vida cristiana.

Hoy es la fiesta de Santa Brígida, patrona de Europa


Hoy es la fiesta de Santa Brígida, patrona de Europa

 Cada 23 de julio se recuerda a Santa Brígida, Patrona de Suecia, fundadora de la Orden del Santísimo Salvador, madre de Santa Catalina de Suecia y proclamada por San Juan Pablo II como Patrona de Europa.
A esta santa mística, el Señor le reveló unas oraciones con grandes promesas para la conversión y salvación de las almas.
El Sumo Pontífice Emérito Benedicto XVI señaló en el 2010, al hablar de la santa, que su vida muestra el papel y la dignidad de la mujer en la Iglesiay que se caracterizaba siempre por su “actitud de respeto y de fidelidad plena al Magisterio de la Iglesia, en particular al Sucesor del apóstol Pedro".
Santa Brígida nació en Suecia en el año 1302 y falleció en Roma (Italia) a la edad de 70 años el 23 de julio de 1373, siendo canonizada a 18 años de su muerte.  
Esposa y madre de ocho hijos, al quedar viuda decide renunciar a un segundo matrimonio y dedicarse a la oración, la penitencia y a obras de caridad. Vendió lo que tenía e ingresó sin la consagración religiosa al monasterio cisterciense de Alvastra, en su país natal.
En sus experiencias místicas recibió de la Santísima Virgen María la devoción diaria a los Siete Dolores, que consiste en rezar siete Ave María diariamente meditando las lágrimas y los dolores de la Madre de Dios, prometiendo que quien las haga, la Virgen concederá paz, dará cuanto le pidan, siempre y cuando no sea contrario a la voluntad de Dios, defenderá a las almas en el combate espiritual, entre otras promesas.
Por su parte, el Señor le reveló quince oraciones que se rezan por un año acompañadas también de grandes promesas, así como las oraciones por doce años. En la iglesia de San Pablo en Roma se encuentra arriba del sagrario, en la Capilla del Santísimo Sacramento, el Crucifijo Milagroso esculpido por Pierre Cavallini, ante el cual la santa recibió arrodillada las oraciones.
Para leer más de Santa Brígida de Suecia y las oraciones ingrese a los siguientes enlaces:

Ayuno, ¿de que te sirve no comer carne, si devoras a tu hermano? ¡Si tú ayunas, que lo prueben tus obras!

San Juan Crisóstomo:
El valor del ayuno consiste no solo en evitar ciertas comidas, pero en renunciar a todas las actitudes, pensamientos y deseos pecaminosos. Quien limita el ayuno simplemente a la comida, esta minimizando el gran valor que el ayuno posee. ¡Si tu ayunas, que lo prueben tus obras!
Si ves a un hermano en necesidad, ten compasión de el. Si ves a un hermano siendo reconocido, no tengas envidia. Para que el ayuno sea verdadero no puede serlo solo de la boca, sino que se debe ayunar de los ojos, los oídos, los pies, las manos, y de todo el cuerpo, de todo lo interior y exterior.
Ayunas con tus manos al mantenerlas puras en servicio desinteresado a los demás. Ayunas con tus pies al no ser tan lenta en el amor y el servicio. Ayunas con tus ojos al no ver cosas impuras, o al no fijarme en los demás para criticarlos. Ayuna de todo lo que pone en peligro tu alma y tu santidad. Seria inútil privar mi cuerpo de comida, pero alimentar mi corazón con basura, con impureza, con egoísmo, con competencias, con comodidades.
Ayunas de comida, pero te permites escuchar cosas vanas y mundanas. También debes ayunar con tus oídos. Debes ayunar de escuchar cosas que se hablan de tus hermanos, mentiras que se dicen de otros, especialmente chismes, rumores o palabras frías y dañinas contra otros.
Además de ayunar con tu boca, debes de ayunar de no decir nada que haga mal a otro. Pues ¿de que te sirve no comer carne, si devoras a tu hermano?
¿Que nos dice San Juan Crisóstomo con esta reflexión?
Que los días de ayuno deben de ser especialmente días de abstenernos del uso desordenado o incluso exagerado de los otros sentidos: No fijarme en lo que no debo, no hablar lo que no debo, no oír lo que no debo, no desear lo que no debo, no buscar satisfacer todas mis necesidades emocionales, espirituales; no buscar saciar mi soledad, buscando inmediatamente compañía; no querer saberlo todo; no requerir respuestas inmediatas a todo lo que se me ocurre en la mente, etc.
Ayunamos buscando conversión. Por lo tanto, ayunemos de todas esas actitudes contrarias a la virtud. Quizás tu ayuno va a consistir de ser mas servicial, (ayuna de tu pereza, comodidad), pues así como la Virgen nos pide que recemos con el corazón, debemos de ayunar con el corazón. Puede ser que tengamos que ayunar de nuestra ira, siendo los días de ayuno, mas amables, mas dulces, mas dóciles. Quizás tengo que ayunar de la soberbia,buscando activamente ser humillada, o hacer actos concretos de humildad, etc.
Artículo originalmente publicado por corazones.org

Decimoséptimo domingo del tiempo ordinario( fin de semana, 23 y 24 de julio)

Libro de Génesis 18,20-32. 
Luego el Señor añadió: "El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y su pecado tan grave,
que debo bajar a ver si sus acciones son realmente como el clamor que ha llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré".
Dos de esos hombres partieron de allí y se fueron hacia Sodoma, pero el Señor se quedó de pie frente a Abraham.
Entonces Abraham se le acercó y le dijo: "¿Así que vas a exterminar al justo junto con el culpable?
Tal vez haya en la ciudad cincuenta justos. ¿Y tú vas a arrasar ese lugar, en vez de perdonarlo por amor a los cincuenta justos que hay en él?
¡Lejos de ti hacer semejante cosa! ¡Matar al justo juntamente con el culpable, haciendo que los dos corran la misma suerte! ¡Lejos de ti! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no va a hacer justicia?".
El Señor respondió: "Si encuentro cincuenta justos en la ciudad de Sodoma, perdonaré a todo ese lugar en atención a ellos".
Entonces Abraham dijo: "Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor.
Quizá falten cinco para que los justos lleguen a cincuenta. Por esos cinco ¿vas a destruir toda la ciudad?". "No la destruiré si encuentro allí cuarenta y cinco", respondió el Señor.
Pero Abraham volvió a insistir: "Quizá no sean más de cuarenta". Y el Señor respondió: "No lo haré por amor a esos cuarenta".
"Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no lo tome a mal si continúo insistiendo. Quizá sean solamente treinta". Y el Señor respondió: "No lo haré si encuentro allí a esos treinta".
Abraham insistió: "Una vez más, me tomo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Tal vez no sean más que veinte". "No la destruiré en atención a esos veinte", declaró el Señor.
"Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no se enoje si hablo por última vez. Quizá sean solamente diez". "En atención a esos diez, respondió, no la destruiré".



Salmo 138(137),1.2a.2b.2c.2d.2e-3.7c.8. 
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
te cantaré en presencia de los ángeles.
Me postraré ante tu santo Templo.
y daré gracias a tu Nombre

por tu amor y tu fidelidad.
poque tu promesa ha superado tu renombre.
Me postraré ante tu santo Templo,
y daré gracias a tu Nombre

por tu amor y tu fidelidad,
porque tu promesa ha superado tu renombre.
Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma.

Tu derecha me salva.
El Señor lo hará todo por mí.
Tu amor es eterno, Señor,
¡no abandones la obra de tus manos.




Carta de San Pablo a los Colosenses 2,12-14. 
En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos.
Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas.
El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz.



Evangelio según San Lucas 11,1-13. 
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos".
El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino;
danos cada día nuestro pan cotidiano;
perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación".
Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes,
porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle',
y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?
¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!".



Leer el comentario del Evangelio por : Santa Catalina de Siena  
“Pedid y recibiréis”

¿Quién fue María Magdalena? Historia, tradiciones y leyendas sobre esta mujer que se encontró con Jesús resucitado


Appearance of Jesus Christ to Maria Magdalena - Alexander Andreyevich Ivanov - es



Los datos que nos ofrecen los evangelios son escuetos. Lc 8,2 nos informa que entre las mujeres que seguían a Jesús y le asistían con sus bienes estaba María Magdalena, es decir, una mujer llamada María, que era oriunda de Migdal Nunayah, en griego Tariquea, una pequeña población junto al lago de Galilea, a 5,5 km al norte de Tiberias.
 
De ella Jesús había expulsado siete demonios (Lc 8,2; Mc 16,9), que es lo mismo que decir “todos los demonios”. La expresión puede entenderse como una posesión diabólica, pero también como una enfermedad del cuerpo o del espíritu.


 
Los evangelios sinópticos la mencionan como la primera de un grupo de mujeres que contemplaron de lejos la crucifixión de Jesús (Mc 15,40-41 y par.) y que se quedaron sentadas frente al sepulcro (Mt 27,61) mientras sepultaban a Jesús (Mc 15,47).
 
Señalan que en la madrugada del día después del sábado María Magdalena y otras mujeres volvieron al sepulcro a ungir el cuerpo con los aromas que habían comprado (Mc 16,1-7 y par); entonces un ángel les comunica que Jesús ha resucitado y les encarga ir a comunicarlo a los discípulos (cf. Mc 16,1-7 y par).

San Juan presenta los mismos datos con pequeñas variantes.
 
María Magdalena está junto a la Virgen María al pie de la cruz (Jn 19,25). Después del sábado, cuando todavía era de noche se acerca al sepulcro, ve la losa quitada y avisa a Pedro, pensando que alguien había robado el cuerpo de Jesús (Jn 20,1-2).
 
De vuelta al sepulcro se queda llorando y se encuentra con Jesús resucitado, quien le encarga anunciar a los discípulos su vuelta al Padre (Jn 20,11-18). Esa es su gloria. Por eso, la tradición de la Iglesia la ha llamado en Oriente isapóstolos (igual que un apóstol) y en Occidente apostola apostolorum (apóstol de apóstoles).
 
En Oriente hay una tradición que dice que fue enterrada en Éfeso y que sus reliquias fueron llevadas a Constantinopla en el siglo IX.


 
María Magdalena ha sido identificada a menudo con otras mujeres que aparecen en los evangelios. A partir de los siglos VI y VII, en la Iglesia Latina se tendió a identificar a María Magdalena con la mujer pecadora que, en Galilea, en casa de Simón el fariseo, ungió los pies de Jesús con sus lágrimas (Lc 7,36-50).
 
Por otra parte, algunos Padres y escritores eclesiásticos, armonizando los evangelios, habían identificado ya a esta mujer pecadora con María, la hermana de Lázaro, que, en Betania, unge con un perfume la cabeza de Jesús (Jn 12,1-11; Mateo y Marcos, en el pasaje paralelo no dan el nombre de María, sino que dicen que fue una mujer y que la unción ocurrió en casa de Simón el leproso: Mt 26,6-13 y par.).
 
Como consecuencia, debido en buena parte a San Gregorio Magno, en Occidente se extendió la idea de que las tres mujeres eran la misma persona. Sin embargo, los datos evangélicos no sugieren que haya que identificar a María Magdalena con María, la que le unge a Jesús en Betania, pues parece que ésta es la hermana de Lázaro (Jn 12,2-3).
 
Tampoco permiten deducir que sea la misma que la pecadora que según Lc 7,36-49 ungió a Jesús, aunque la identificación es comprensible por el hecho de que San Lucas, inmediatamente después del relato en que Jesús perdona a esta mujer, señala que le asistían algunas mujeres, entre ellas María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios (Lc 8,2).
 
Además, Jesús alaba el amor de la mujer pecadora: “Le son perdonados sus muchos pecados, porque ha amado mucho” (Lc 7,47) y también se descubre un gran amor en el encuentro de María con Jesús después de la resurrección (Jn 20,14-18).
 
En todo caso, aun cuando se tratara de la misma mujer, su pasado pecador no es un desdoro. Pedro fue infiel a Jesús y Pablo un perseguidor de los cristianos. Su grandeza no está en su impecabilidad sino en su amor.


 
Por su papel de relieve en el evangelio fue una figura que recibió especial atención en algunos grupos marginales de la primitiva Iglesia. Son fundamentalmente sectas gnósticas, cuyos escritos recogen revelaciones secretas de Jesús después de la resurrección y recurren a la figura de María para trasmitir sus ideas. Son relatos que no tienen fundamento histórico.
 
Padres de la Iglesia, escritores eclesiásticos y otras obras destacan el papel de María como discípula del Señor y proclamadora del Evangelio.
 
A partir del siglo X surgieron narraciones ficticias que ensalzaban su persona y que se difundieron sobre todo por Francia. Allí nace la leyenda que no tiene ningún fundamento histórico de que la Magdalena, Lázaro y algunos más, cuando se inició la persecución contra los cristianos, fueron de Jerusalén a Marsella y evangelizaron la Provenza. Conforme a esta leyenda, María murió en Aix-en- Provence o Saint Maximin y sus reliquias fueron llevadas a Vézelay. 


 
Bibliografía: V. Saxer, Maria Maddalena, en Biblioteca Sanctorum VIII, Roma 1966, 1078-1104; M. Frenschkowski, “Maria Magdalena”, en Biographisch-Bibliographischen Kirchenlexikons.
 
Por Juan Chapa

Qué está haciendo Francisco para frenar el islamismo radical

El Papa Francisco intervino públicamente para frenar una acción militar americana en Siria y en privado para restablecer el diálogo entre Cuba y Estados Unidos. Ahora uno de sus grandes retos es poner freno al extremismo islámico.

CARD. ZENON GROCHOLEWSKI
Prefecto, Congregación para la Educación Católica
"O la guerra o el diálogo. Hoy la cuestión más importante para el Papa es que retomemos el diálogo. Es la única solución. Resultados, probablemente, los hay, aunque no tantos como querríamos. Querríamos mucho más”.

El Papa ha pedido a los líderes musulmanes de todo el mundo que condenen la violencia yihadista y que trabajen en buscar soluciones. 

MONS. MICHAEL FITZGERALD
Ex nuncio en Egipto
"Los musulmanes están reflexionando. Creo que, por ejemplo, la formación del Estado Islámico ha sido un shock para el mundo musulmán”.

YAHYA SERGIO YAHE PALLAVICINI
Vicepresidente, Comunidad Islámica de Italia
"Hay una gran crisis en la comunidad islámica actual. Teólogos y personas de sabiduría necesitan analizar, afrontar y resolver esta crisis interna, este debate”.

En el Vaticano también aumentó el número de encuentros interreligiosos, como este organizado por el Pontificio Instituto de Estudios Árabes y de Islamística. En él expertos y diplomáticos están reflexionando sobre cómo mejorar la relación entre el Islam y el mundo.

MONS. JUSTO LACUNZA BALDA
Rector emérito Pontificio Instituto de Estudios Árabes
"Tenemos una religión diferente, una fe diferente, tenemos ritos diferentes, símbolos diferentes pero compartimos la vida y en esa vida compartimos la cultura, compartimos lengua, compartimos problemas y si el aire está enrarecido no afecta más a un musulmán que a un católico”.

Los cristianos de Oriente Medio son quienes están pagando más caro el islamismo radical. En el 2003 había 1.600.000 cristianos en Irak. Ahora no llegan a 300 mil.

5 películas que me han acercado a la santidad Muchas películas sobre santos les hacen parecer demasiado "héroes inaccesibles". No sucede con estas

“Un problema a día de hoy es que se puede hacer parecer la santidad como el privilegio de un puñado de héroes espirituales, y no el objetivo ordinario de la vida cristiana. Todo lo que quiere la Iglesia – sacerdocio, Misa, sacramentos, buena predicación, obras de misericordia corporales y espirituales – es hacer santos. Sólo hay una tristeza real en la vida: no ser un santo” (Obispo Robert Barron)
En el mundo del cine católico, hay un cierto tipo de películas sobre santos que parece que es cosa sólo de “píos” y de “bienintencionados”.
No me gustan, en primer lugar porque yo no soy ni pío ni particularmente bienintencionado, pero creo que si no me gustan es por una razón más profunda y problemática: perpetua la que considero la teoría ateniense de la santidad – la noción por la que un santo sale ya así de la cabeza de Dios, y su objetivo principal es ser una especie de ejemplo, un ejemplo al que aspirar, más que un guía – o, más importante, un compañero de camino – en la vía a la santidad.
Demasiado a menudo la santidad parece desesperadamente fuera de nuestro alcance, algo que logran los semidioses más que los seres humanos normales.
Prefiero mis santos excéntricos e imperfectos que luchan, caen y se vuelven a levantar una vez más para tomar de nuevo su cruz. En otras palabras, prefiero que mis santos sean humanos.
La lista de hoy se concentra no en la vida de santos canonizados, sino en algunas películas que he visto en los últimos años y que me han impulsado a pensar en las luchas y virtudes “vividas” a través de las cuales cada uno puede llegar a la santidad en su propia vida.
  1. In America
En el fantástico film de Jim Sheridan sobre una joven familia irlandesa inmigrantes que lucha por abrirse camino en Nueva York, el embarazo inesperado (y no muy deseado) de la mujer Sarah es el catalizador que lleva al actor desocupado Johnny a afrontar el principal evento que les hizo dejar Irlanda y que corroía a la familia por dentro – la muerte de su único hijo. Con la ayuda de su misterioso vecino (el artista Mateo), la familia lucha por encontrar la paz en medio del miedo que acompaña a la nueva bendición.
Lleno de pequeños pero perspicaces momentos sobre la relación entre los esposos y los signos más tangibles de su amor (los hijos), esta película habla de manera profunda sobre los riesgos y las recompensas de estar abierto a la vida, reconociendo que la disponibilidad a abrazarla significa que uno debe estar también preparado para abrazar el sufrimiento redentor que la acompañará siempre.
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  1. Diario de un cura de campo
Basado en la cautivadora novela de Georges Bernanos, este film del legendario director Robert Bresson es un puñetazo en el estómago espiritual. El protagonista es el cura de Ambricourt, un joven sacerdote frágil y apenas ordenado que llega a un pequeño pueblo de la campiña francesa para tener su primera parroquia, para descubrir que su ministerio (en realidad, su misma presencia) es fuertemente rechazada – o aún peor, meramente tolerada por un rebaño dolorosamente indiferente.
Afectado por una salud que se deteriora rápidamente y afligido tanto por la cínica apatía de sus parroquianos como por sus propias inseguridades y dudas de fe, el sacerdote lucha por abrazar si vocación.
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La obra maestra de Bresson es una mirada sobria y austera a dos cosas que me asustan mucho sobre la santidad: la realidad de la noche oscura del alma y el reto de sacrificarse completamente y sin reservas, haciendo las cosas justas y virtuosas independientemente del hecho que gente lo note o lo alabe, y por la recompensa terrena.
Es un recuerdo doloroso del hecho de que esta vida es de verdad un valle de lágrimas, y que intentar vivir en la máxima plenitud siempre estará acompañado de dudas y sufrimientos. Pero al mismo tiempo, el buen cura recuerda que “Dios no es un torturador”, haciendo notar a una condesa obstinada que Dios “no es el dueño del amor, es el Amor mismo”.
  1. De dioses y hombres
La película más reciente de las que aparecen en la lista es un relato edificante de la vita (y de la muerte) de los monjes trapenses del monasterio argelino de Nuestra Señora del Atlas, asesinados por los extremistas a mediados de los Noventa, y destaca por una serie de razones.
En primer lugar, es un relato extraordinariamente conmovedor (y verdadero) de la vida comunitaria, en que los seres humanos chocan contra las manías de los demás y pelean por cosas insignificantes, aunque respetándose y amándose profundamente.
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En segundo lugar, es un recuerdo de la importancia de rezar para la perseverancia. Para muchos es difícil imaginar la perspectiva de aceptar el martirio por las propias convicciones.
Para mi – que me veo reflejado en los pensamientos de la joven heroína de Un templo del Espíritu Santo de Flannery O’Connor, que sabe que “nunca podrá ser una santa pero que cree que podría ser mártir si la matasen rápidamente” -, la idea de llegar al fin de la vida en el mismo acto que te asegura la salvación final, es extrañamente fascinante. También es improbable para la mayor parte de nosotros, por esto el regalo más grande del film es el hecho de recordarnos que debemos rezar a diario por la virtud de la perseverancia final.
  1. El hijo
El film de los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne se presenta como un sorprendente análisis de nuestro deseo a menudo inexplicable de perdonar y de ser perdonados. La historia es de lo más sencilla: Francis, un joven atormentado que acaba de salir de la prisión, es llevado al taller de carpintería de Olivier para reinsertarse en el mundo del trabajo. Olivier lo reconoce en seguida como el responsable de la muerte de su hijo, que se produjo unos años antes, y lo contrata, aunque no está claro por qué lo hace.
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Para el espectador, el reto del film (y su gran tensión) se basa en preguntarse su Olivier actuará en base a su comprensible tendencia a la venganza, que aunque está omnipresente, nunca es el primer pensamiento del hombre. Oliver busca un tipo de castigo completamente diverso.
En una de las escenas principales del film, la ex mujer de Olivier, Magali, descubre la identidad de Francis. Anonadada por la voluntad de Olivier de ayudar al responsable de sus sufrimientos, le echa en cara sus intentos de reconciliación. “Nadie lo haría”, dice. Cuando él le da la razón, ella pregunta: “¿Entonces por qué lo haces?” “No lo se”, replica él. Y nosotros tampoco, pero queremos ser como él: perdonar en lugar de dejarnos consumir por la venganza, aunque no comprendemos sus acciones.
  1. Tres Colores (Azul, Blanco, Rojo)
El último ejemplo parece un poco raro… OK, es raro porque se trata de tres films y no de uno solo. Y esto significa que resumirlos es más bien imposible. Estas tres obras del enigmático director polaco Krzysztof Kieślowski son extraordinarias – tanto individualmente como (más aún) como una unidad creativa.
Capturan una sorprendente gamma de problemáticas, luchas y (al final) redenciones humanas, y si los protagonistas de las historias son a menudo inquietantes y tristes – a veces incluso sórdidos –, las extraordinarias intuiciones sobre los altibajos de la condición humana me dejaron sin aliento cuando los vi por primera vez. Y cada vez que los veía me dejaban más afectado y conmovido que antes.
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No es tanto el hecho de que tengan que ver con la virtud (o incluso la espiritualidad). Hay una completez y una atención a la importancia de los pequeños detalles que me hacen sentir como si hubiese visto toda una vida – o muchas vidas – desplegarse ante mis ojos. Y si me pregunto a menudo si entiendo lo que Kieślowski está intentando decir en estas películas, me encuentro siempre con un aprecio más profundo por la complejidad y la interconexión de nuestra vida, y con un recuerdo de que tengo que tratar a los demás sabiendo que también luchan que también buscan verdad y virtud. Y que serán siempre la presencia más obvia y palpable de Cristo en mi vida.
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Joseph Susanka escribe en Patheos