viernes, 8 de abril de 2016

El Papa tiende una mano a los divorciados vueltos a casar que quieran reconciliarse con la Iglesia.



Papa impulsa la integración de divorciados en la Iglesia, pincha el enlace.

Papa Francisco, divorciados vueltos a casar: discernimiento caso por caso Tres palabras clave: “acompañar”, “discernir” e “integrar”

Es un documento que no cambia la doctrina. La Exhortación post-sinodal “sobre el amor en la familia” titulada Amoris laetitia (“La alegría del amor”), es un llamado a la misericordia también para los divorciados vueltos a casar.
El documento que recoge los resultados de los dos Sínodos sobre la familia convocados por el Papa Francisco en 2014 y 2015, se ocupa de la actitud pastoral hacia quienes viven en segundas nupcias, sin ceder sobre el tema de dar la comunión, pero sí deja todas las puertas abiertas para un mayor integración.
El lenguaje de la misericordia
Es un cambio de lenguaje, recordó el cardenal alemán Schönborn, durante la presentación del documento en la Sala de Prensa del Vaticano.
El Papa Francisco, acogiendo las ideas del Sínodo, afirma que “los bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar civilmente deben ser más integrados en la comunidad cristiana en las diversas formas posibles, evitando cualquier ocasión de escándalo”.
No obstante, se habla de una atención pastoral para integrar a todos aquellos que participan de la vida de la Iglesia “de modo incompleto” o que viven una “situación compleja” o “irregular”.
El capítulo octavo insta a la misericordia y al discernimiento pastoral frente a situaciones que no responden plenamente a aquello que el Señor propone. Aquí se presentan tres palabras clave: “acompañar”, “discernir” e “integrar”.
Se explica que no son posibles reglas canónicas generales, válidas para todos, por lo que el camino es el del discernimiento caso por caso. Reiteramos queno hay un cambio en el tema de los sacramentos.
En la Iglesia – sostiene el Papa – “debe prevalecer” la lógica que siempre lleva a “comprender, a perdonar, a acompañar” y, sobre todo, “a integrar”.
El Evangelio no condena
La misericordia sobresale como un elemento que está por encima de la condena.
“Nadie puede ser condenado para siempre, ¡porque esa no es la lógica del Evangelio!”, escribe el papa Francisco.
Es decir, la iglesia tiene los brazos abiertos para acoger a los divorciados vueltos a casar, pero no se trata de reivindicar derechos, ni de auto-justificaciones públicas.
No excomulgados por siempre 
“Su participación puede expresarse en diferentes servicios eclesiales (…) Ellos no sólo no tienen que sentirse excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia (…) Esta integración es también necesaria para el cuidado y la educación cristiana de sus hijos, que deben ser considerados los más importantes” (AL 299).
Discernimiento 
En relación al “discernimiento” acerca de las situaciones “irregulares” el Papa observa que “hay que evitar los juicios que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones, y es necesario estar atentos al modo en que las personas viven y sufren a causa de su condición” (AL 296). 
Situación irregular 
En este sentido, “se trata de integrar a todos, se debe ayudar a cada uno a encontrar su propia manera de participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia “inmerecida, incondicional y gratuita”” (AL 297).
Normas no cambian y, novedad: discernimiento
En un planteamiento más amplio, el Obispo de Roma declina que este documento cambien las normas canónicas o la doctrina. Y agrega: “Si se tiene en cuenta la innumerable diversidad de situaciones concretas (…) puede comprenderse que no debería esperarse del Sínodo o de esta Exhortación una nueva normativa general de tipo canónica, aplicable a todos los casos”.
Entonces, caso por caso se verá la situación de cada persona y situación. Los obispos y los sacerdotes serán guías y puntos de referencia.
“Sólo cabe un nuevo aliento a un responsable discernimiento personal y pastoral de los casos particulares, que debería reconocer que, puesto que “el grado de responsabilidad no es igual en todos los casos”, las consecuencias o efectos de una norma no necesariamente deben ser siempre las mismas” (AL 300).
El Papa lo que hace es responsabilizar a cada persona, comenzando por los pastores, y para ello revaloriza el camino de acompañamiento y discernimiento en diálogo profundo entre fieles y pastores.
La Iglesia abraza a sus hijos alejados. La misericordia no mistifica la reflexión y la responsabilidad de la Iglesia “sobre los condicionamientos y circunstancias atenuantes” en lo que reguarda a la imputabilidad y la responsabilidad de las acciones.
Por otro lado, el tema normativo no cambia, el Papa indica: “aquello que forma parte de un discernimiento práctico ante una situación particular no puede ser elevado a la categoría de una norma” (AL 304).
Atención a divorciados, pero importante consolidar matrimonios
 En la última sección del capítulo: “la lógica de la misericordia pastoral”, Bergogoglio, para evitar mal entendidos, ratifica: “Comprender las situaciones excepcionales nunca implica ocultar la luz del ideal más pleno ni proponer menos que lo que Jesús ofrece al ser humano. Hoy, más importante que una pastoral de los fracasos es el esfuerzo pastoral para consolidar los matrimonios y así prevenir las rupturas” (AL 307).
El perdón prevalecerá 
Por último, el Papa invita a los “fieles que están viviendo situaciones complejas, a que se acerquen con confianza a conversar con sus pastores o con laicos que viven entregados al Señor. No siempre encontrarán en ellos una confirmación de sus propias ideas o deseos, pero seguramente recibirán una luz”.
Ahora bien, en la Exhortación se invita a “descubrir un camino de maduración personal”, al mismo tiempo, interpela a los pastores “a escuchar con afecto y serenidad, con el deseo sincero de entrar en el corazón del drama de las personas […]y a reconocer su propio lugar en la Iglesia” (AL 312).
Sobre la “lógica de la misericordia pastoral” Papa Francisco afirma con fuerza: “A veces nos cuesta mucho dar lugar en la pastoral al amor incondicional de Dios. Ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio” (AL 311).

“Amoris laetitia”, una nueva “constitución” para las familias Un resumen de la exhortación posterior a los sínodos de las familias firmada por el papa Francisco

Nueve capítulos en un documento de 264 páginas, largo y complejo: Amoris laetitia, la alegría del amor, es la exhortación con la que papa Francisco cierra el recorrido de dos Sínodos dedicados a la familia.
El primer capítulo ofrece un marco de citas bíblicas, el segundo traza una visión sobre la situación, el tercero habla sobre la vocación de la familia.
Dos capítulos, el cuarto y el quinto, están dedicados específicamente al tema del amor conyugal. El sexto habla de las perspectivas pastorales, el séptimo sobre la educación de los hijos.
En cambio, el octavo, que será seguramente el más discutido, contiene las indicaciones para la integración de los divorciados que se han vuelto a casar.
El amor, símbolo de las realidades íntimas de Dios
En el primer capítulo, el Papa recuerda que “la Biblia está poblada de familias, de generaciones, de historias de amor y de crisis familiares”.
La “pareja que ama y genera la vida es la verdadera “escultura” viviente —no aquella de piedra u oro que el Decálogo prohíbe—, capaz de manifestar al Dios creador y salvador. Por eso el amor fecundo llega a ser el símbolo de las realidades íntimas de Dios”.
Individualismo y disminución demográfica
En el segundo capitulo se afronta el tema de los “desafíos” de las familias. Existe el peligro “que representa un individualismo exasperado” que hace que prevalezca, “en ciertos casos, la idea de un sujeto que se construye según sus propios deseos asumidos con carácter absoluto”.
Francisco da la alarma sobre la disminución demográfica, debido “a una mentalidad antinatalista y promovido por las políticas mundiales de salud reproductiva”, y recuerda que “la Iglesia rechaza con todas sus fuerzas las intervenciones coercitivas del Estado en favor de la anticoncepción, la esterilización e incluso del aborto”.
Todas ellas medidas “inaceptables incluso en lugares con alta tasa de natalidad”, pero animadas por los políticos incluso en los países en donde nacen pocos niños.
La casa
Francisco escribe que “la falta de una vivienda digna o adecuada suele llevar a postergar la formalización de una relación”. Una “familia y un hogar son dos cosas que se reclaman mutuamente”.
Por este motivo, “tenemos que insistir en los derechos de la familia, y no sólo en los derechos individuales. La familia es un bien del cual la sociedad no puede prescindir, pero necesita ser protegida”.
Explotación infantil
La explotación sexual de los niños y niñas constituye “una de las realidades más escandalosas y perversas de la sociedad actual”.
Hay niños “de la calle” en las sociedades que sufren violencia, la guerra o la presencia del crimen organizado.
“El abuso sexual de los niños se torna todavía más escandaloso —denuncia Francisco— cuando ocurre en los lugares donde deben ser protegidos, particular- mente en las familias y en las escuelas y en las comunidades e instituciones cristianas”.
Miseria, eutanasia y otras plagas
Entre las “graves amenazas” para las familias en todo el mundo, el Papa cita la eutanasia y el suicidio asistido.
Y después reflexiona sobre la situación de las “familias sumidas en la miseria, castigadas de tantas maneras, donde los límites de la vida se viven de forma lacerante”.
También se refiere a la “plaga” de la drogodependencia, “que hace sufrir a muchas familias, y no pocas veces termina destruyéndolas. Algo semejante ocurre con el alcoholismo, el juego y otras adicciones”.
No debilitar la familia
Debilitar la familia no “favorece a la sociedad”, sino que “perjudica la maduración de las personas, el cultivo de los valores comunitarios y el desarrollo ético de las ciudades y de los pueblos”.
Francisco indica que “ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena”.
Mientras que “las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio.Ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad”.
Alquiler de úteros, infibulación, violencia
En el párrafo 54, el Papa habla sobre los derechos de las mujeres, e indica que es inaceptable “la vergonzosa violencia que a veces se ejerce sobre las mujeres, el maltrato familiar y distintas formas de esclavitud que no constituyen una muestra de fuerza masculina sino una cobarde degradación”.
La “violencia verbal, física y sexual que se ejerce contra las mujeres en algunos matrimonios contradice la naturaleza misma de la unión conyugal”.
Francisco también se refiere a la infibulación, la “grave mutilación genital de la mujer en algunas culturas, pero también en la desigualdad del acceso a puestos de trabajo dignos y a los lugares donde se toman las decisiones”.
Y recuerda la práctica del “alquiler de vientres o la instrumentalización y mercantilización del cuerpo femenino en la actual cultura mediática”.
El pensamiento único de la ideología gender
Unas cuantas líneas del documento están dedicadas al gender, ideología que “niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer”, presenta “una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer”.
Francisco dice que es “inquietante que algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños”.
No a la “fábrica” de niños
También se expresa preocupación por la “posibilidad de manipular el acto generativo”, independientemente de “la relación sexual entre hombre y mujer. De este modo, la vida humana, así como la paternidad y la maternidad, se han convertido en realidades componibles y descomponibles, sujetas principalmente a los deseos de los individuos o de las parejas”.
“No caigamos —advierte el Papa— en el pecado de pretender sustituir al Creador”.
Educar a los hijos, “derecho primario” de los padres
En el tercer capítulo de la exhortación, Francisco recuerda el magisterio de sus predecesores y explica que el sacramento del matrimonio “no es una convención social”, sino un “don para la santificación y la salvación de los esposos”, una verdadera “vocación”.
Por lo tanto, “la decisión de casarse y de crear una familia debe ser fruto de un discernimiento vocacional”.
El amor conyugal está abierto a la fecundidad. Y “la educación integral de los hijos” es “obligación gravísima, a la vez que derecho primario de los padres”, y que “nadie debería pretender quitarles”.
Instrucciones sobre el amor
En el cuarto capitulo, uno de los más innovadores, el Papa propone una paráfrasis del Himno a la caridad de San Pablo, sacando de él indicaciones concretas para los esposos.
Los invita a la “paciencia” recíproca, sin pretender que “las relaciones sean celestiales o que las personas sean perfectas”, y sin colocarse siempre a uno mismo “en el centro”.
Los invita a ser benévolos y a “donarse sobreabuntemente sin medir, sin reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir”.
Los invita a no ser envidiosos, a no enorgullecerse o “agrandarse”, porque “quien ama, evita hablar demasiado de sí mismo”, a no volverse “arrogantes e insoportables”, a ser humildes y a “volverse amables”, a no destacar “defectos y errores ajenos”.
Los invita a nunca acabar el día “sin hacer la paz en familia”, a personar sin rencores, a hablar bien recíprocamente, tratando de “mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores”, a tener confianza en el otro sin controlarlo, dejando “espacios de autonomía”.
E invita también a “contemplar” al cónyuge, recordando que “las alegrías más intensas de la vida brotan cuando se puede provocar la felicidad de los demás”.
Mensaje a los jóvenes
El Papa dice a los jóvenes que debido a la “seriedad” del “compromiso público de amor”, el matrimonio “no puede ser una decisión apresurada”, pero tampoco hay que dejarla pasar “indefinidamente”.
Comprometerse con otra persona exclusiva y definitivamente “siempre tiene una cuota de riesgo y de osada apuesta”. Hay que “darse tiempo» y saber escuchar al cónyuge, dejar que hable antes de «comenzar a dar opiniones o consejos”.
Muchas discusiones en la pareja no son por cuestiones muy graves”. A veces se trata de cosas pequeñas, “poco trascendentes, pero lo que altera los ánimos es el modo de decirlas o la actitud que se asume en el diálogo”.
Sexualidad, “regalo maravilloso”
Deseos, sentimientos, emociones, “ocupan un lugar importante en el matrimonio”.
Francisco, citando a Benedicto XVI, explica que la enseñanza oficial de la Iglesia “no ha rechazado el eros como tal, sino que declaró guerra a su desviación”, que lo “deshumaniza”.
Dios mismo “creó la sexualidad, que es un regalo maravilloso para sus criaturas”. Juan Pablo II rechazó la idea de que la enseñanza de la Iglesia implique “una negación del valor del sexo humano”, o que simplemente lo tolere “por la necesidad misma de la procreación”.
La necesidad sexual de los esposos no es “objeto de desprecio”. Pero, “no podemos ignorar que muchas veces la sexualidad se despersonaliza y también se llena de patologías“, convirtiéndose “cada vez más ocasión e instrumento de afirmación del propio yo y de satisfacción egoísta de los propios deseos e instintos”.
Por ello, el Papa insiste en que “un acto conyugal impuesto al cónyuge sin considerar su situación actual y sus legítimos deseos, no es un verdadero acto de amor”. Debe ser rechazada, por lo tanto, “toda forma de sometimiento sexual”.
Acoger la vida
El quinto capitulo recuerda que la familia es el ámbito “no sólo de la generación sino de la acogida de la vida”.
El Papa escribe que “si un niño llega al mundo en circunstancias no deseadas, los padres, u otros miembros de la familia, deben hacer todo lo posible por aceptarlo como don de Dios”.
Las familias numerosas son”una alegría para la Iglesia”, aunque esto no quiere decir olvidar una “sana advertencia” de Juan Pablo II: “la paternidad responsable no es procreación ilimitada”.
Francisco recuerda que es importante que “el niño se sienta esperado”. “Se ama a un hijo porque es hijo, no porque es hermoso o porque es de una o de otra manera; no, ¡porque es hijo! No porque piensa como yo o encarna mis deseos”.
El Papa se dirige a todas las mujeres embarazadas: “Ese niño merece tu alegría. No permitas que los miedos, las preocupaciones, los comentarios ajenos o los problemas apaguen esa felicidad de ser instrumento de Dios para traer una nueva vida al mundo”.
La presencia de una madre…
En el documento se dice que es “plenamente legítimo” y “deseable” que las mujeres estudien, trabajen, desarrollen las propias capacidades y los propios objetivos.
Pero, al mismo tiempo, “no podemos ignorar la necesidad que tienen los niños de la presencia materna, especialmente en los primeros meses de vida”.
La disminución de la presencia materna, “con sus cualidades femeninas es un riesgo grave para nuestra tierra”. “Valoro el feminismo —comenta Bergoglio— cuando no pretende la uniformidad ni la negación de la maternidad”.
… y los padres ausentes
El problema de nuestros días parece ser la “ausencia” de los padres. A veces el padre está “tan concentrado en sí mismo y en su trabajo, y a veces en sus propias realizaciones individuales, que olvida incluso a la familia. Y deja solos a los pequeños y a los jóvenes”.
La presencia paterna “se ve afectada también por el tiempo cada vez mayor que se dedica a los medios de comunicación y a la tecnología de la distracción”.
Pero pedir que el padre esté presente “no es lo mismo que decir controlador. Porque los padres demasiado controladores anulan a los hijos”.
Sí a las adopciones
La adopción “es un camino para realizar la maternidad y la paternidad de una manera muy generosa”.
El Papa escribe: “es importante insistir en que la legislación pueda facilitar los trámites de adopción”.
La familia “no debe pensar en sí misma como un recinto llamado a protegerse de la sociedad”, ni concebirse como asilada de todo lo demás.
“Dios ha confiado a la familia el proyecto de hacer ‘doméstico’ el mundo, para que todos lleguen a sentir a cada ser humano como un hermano”. Y esto implica también el compromiso hacia los pobres y quienes sufren.
El pequeño núcleo familiar “no debería aislarse de la familia ampliada, donde están los padres, los tíos, los primos, e incluso los vecinos. En esa familia grande puede haber algunos necesitados de ayuda, o al menos de compañía y de gestos de afecto, o puede haber grandes sufrimientos que necesitan un consuelo”.
Hacer que los ancianos se sientan en casa
“Debemos despertar el sentido colectivo de gratitud, de aprecio, de hospitalidad, que hagan sentir al anciano parte viva de su comunidad”.
Francisco observó que “la atención a los ancianos “habla de la calidad de una civilización”. El documento contiene también una invitación a no considerar como “competidores” o “invasores” a los suegros, a las suegras ni a los demás parientes del cónyuge.
Familias, “sujetos activos” de la pastoral
El sexto capítulo de la exhortación está dedicado a las perspectivas pastorales. Francisco pide “un esfuerzo evangelizador y catequístico dirigido a la familia”, además de una “conversión misionera” de toda la Iglesia, para que no se quede “en un anuncio meramente teórico y desvinculado de los problemas reales de las personas”.
La pastoral familiar “debe hacer experimentar que el Evangelio de la familia responde a las expectativas más profundas de la persona humana”.
Se insiste también en la necesidad de una mayor formación interdisciplinaria y no solo doctrinal de los seminaristas, para ocuparse de los complejos problemas de las familias de hoy.
La preparación para el matrimonio
El Papa insiste mucho en la exigencia de preparar mejor a los novios para el matrimonio, con una mayor participación de toda la comunidad. Cada Iglesia local debe elegir cómo hacerlo.
“Se trata de una suerte de “iniciación” al sacramento del matrimonio que les aporte los elementos necesarios para poder recibirlo con las mejores disposiciones y comenzar con cierta solidez la vida familiar”.
Pero no hay que olvidar “los valiosos recursos de la pastoral popular”, como, por ejemplo, el día de San Valentín, que “que en algunos países es mejor aprovechado por los comerciantes que por la creatividad de los pastores”.
El recorrido de preparación también debe dar la posibilidad de “reconocer incompatibilidades o riesgos. De este modo se puede llegar a advertir que no es razonable apostar por esa relación, para no exponerse a un fracaso previsible que tendrá consecuencias muy dolorosas”.
“Demasiado concentrados en los preparativos”
“La preparación La preparación próxima al matrimonio tiende a concentrarse en las invitaciones, los vestidos, la fiesta y los innumerables detalles que consumen tanto el presupuesto como las energías y la alegría. Los novios llegan agobiados y agotados al matrimonio”.
“Queridos novios: “Tengan la valentía de ser diferentes, no se dejen devorar por la sociedad del consumo y de la apariencia”.
Además, el matrimonio debe ser asumido como “un camino de maduración”, sin tener expectativas demasiado elevadas sobre la vida conyugal.
Sí a la Humanae vitae
Francisco pide volver a descubrir la encíclica de Pablo VI y la Familiaris consortio de Papa Wojtyla, “para contrarrestar una mentalidad a menudo hostil a la vida”.
Consejos a los jóvenes esposos
El Papa sugiere algunos “rituales cotidianos”. “Es bueno darse siempre un beso por la mañana, bendecirse todas las noches, esperar al otro y recibirlo cuando llega, tener alguna salida juntos, compartir tareas domésticas”.
Y también es bueno interrumpir “la rutina con la esta, no perder la capacidad de celebrar en familia, de alegrarse y de festejar las experiencias lindas”.
Las crisis se arreglan
Con la “ayuda adecuada y con la acción de reconciliación de la gracia, un gran porcentaje de crisis matrimoniales se superan de manera satisfactoria”.
“Saber perdonar y sentirse perdonados es una experiencia fundamental en la vida familiar”. Y por ello es necesaria “la generosa colaboración de familiares y amigos, y a veces incluso de ayuda externa y profesional”.
Nunca usar a los hijos como “rehenes”
Francisco pide a los padres separados: “¡nunca, nunca, nunca tomar al hijo como rehén!”.
Si se separaron “por muchas dificultades y motivos, la vida les ha dado esta prueba, pero que no sean los hijos quienes carguen el peso de esta separación, que no sean usados como rehenes contra el otro cónyuge”.
Los hijos deben crecer «escuchando que la mamá habla bien del papá, aunque no estén juntos, y que el papá habla bien de la mamá». El Papa afirma que el divorcio es «un mal», y define «alarmante» el aumento de los divorcios.
La homosexualidad en familia
La experiencia de tener en su seno personas con tendencias homosexuales es una experiencia “nada fácil ni para los padres ni para sus hijos”.
El Papa insiste en que “toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar todo signo de discriminación injusta”.
Por ello, se trata de “asegurar un respetuoso acompañamiento, con el de que aquellos que manifiestan una tendencia homosexual puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida”.
Y vuelve a insistir en que no se pueden comparar las uniones entre homosexuales con los matrimonios.
El “aguijón” de la muerte
El Papa recuerda la importancia de acompañar a las familias afectadas por un luto, afirmando que “hay que ayudar a descubrir que quienes hemos perdido un ser querido todavía tenemos una misión que cumplir, y que no nos hace bien querer prolongar el sufrimiento”.
¿Quién guía a nuestros hijos?
En el séptimo capítulo se habla sobre la educación de los hijos. Francisco invita a preguntarse “quiénes se ocupan de darles diversión”, quiénes “entran en sus habitaciones a través de las pantallas”, a quiénes los confiamos “en su tiempo libre”.
Siempre hay que vigilar. Los padres deben prepararlos para afrontar “riesgos, por ejemplo, de agresiones, de abuso o de drogadicción”.
Pero, si un padre “está obsesionado por saber dónde está su hijo y por controlar todos sus movimientos, sólo buscará dominar su espacio”, no lo educará ni lo “preparará para afrontar los desafíos”.
Por el contrario, hay que poner en marcha “procesos de maduración de su libertad, de capacitación, de crecimiento integral, de cultivo de la auténtica autonomía”.
¿Cómo educar?
La formación moral debería llevarse a cabo “intuitivamente”, para que el “hijo pueda llegar a descubrir por sí mismo la importancia de determinados valores, principios y normas, en lugar de imponérselos como verdades irrefutables”.
En el mundo de hoy, “en el que reinan la ansiedad y la prisa tecnológica, una tarea importantísima de las familias es educar para la capacidad de esperar. No se trata de prohibir a los chicos que jueguen con los dispositivos electrónicos, sino de encontrar la forma de generar en ellos la capacidad de diferenciar las diversas lógicas y de no aplicar la velocidad digital a todos los ámbitos de la vida”.
El peligro del “autismo tecnológico”
Los medios electrónicos a veces “alejan en lugar de acercar, como cuando en la hora de la comida cada uno está concentrado en su teléfono móvil, o como cuando uno de los cónyuges se queda dormido esperando al otro, que pasa horas entretenido con algún dispositivo electrónico”.
No hay que ignorar “los riesgos de las nuevas formas de comunicación para los niños y adolescentes, que a veces los convierten en abúlicos, desconectados del mundo real. Este ‘autismo tecnológico’ los expone más fácilmente a los manejos de quienes buscan entrar en su intimidad con intereses egoístas”.
La exhortación dice sí a la educación sexual, que tenga “un sano pudor”, y también a una educación que acostumbre a los niños a comprender que también los hombres pueden (y deben) hacer las tareas domésticas.
Para concluir, es indispensable que “los hijos vean de una manera concreta que para sus padres la oración es realmente importante”.

Por Andrea Tornielli
Artículo originalmente publicado por Vatican Insider

9 claves para leer la exhortación de Papa Francisco “La alegría del amor” En el esperado texto, el Pontífice invita a tener los brazos abiertos a los que sufren

En Amoris laetitia (AL), La alegría del amor: Sobre el amor en la familia, exhortación publicada hoy viernes 8 de abril por el Vaticano en medio de inmensa expectativa y luego de dos sínodos sobre la familia convocados en el 2014 y en el 2015, el papa Francisco invita a comprender, acompañar, integrar y tener brazos abiertos para los que sufren (AL 312).
En este esperadísimo documento pastoral, sale a relucir el ‘Papa párroco’, que abre las puertas del templo de la misericordia a todos. En efecto, ¿quién no es un hijo, hermano, o en su caso, padre o madre, abuelo o abuela, sin importar la situación o lo alejado que se pueda sentir de la Iglesia?
Se trata de un denso himno al amor que mezcla tradición y arrojo evangélico para poner la antorcha, en tiempos oscuros, en la belleza de la vida familiar, pero siempre con una visión esperanzadora en la construcción de un mundo “donde nadie se sienta solo” (AL 321), y conciliadora, porque al final la familia es el sueño de Dios.
Los simpatizantes de una postura u otra, antes de lanzar críticas gratuitas, tienen por delante un arduo trabajo de “discernimiento” (palabra clave de este texto), ya que recoge los resultados de dos sínodos, cuyas relaciones conclusivas son largamente citadas, junto a los documentos y enseñanzas de sus predecesores y a las catequesis sobre la familiadel mismo Francisco.
En este sentido, el Papa escribe que “no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben ser resueltas con intervenciones del magisterio”. Francisco no se presenta como un pontífice con la varita mágica.
A continuación, hemos elegido 9 cuestiones clavede la exhortación del papa Francisco La alegría del amorLógicamente, no tenemos la pretensión de abarcar todos los temas, además porque impresiona por su amplitud. Esta se subdivide en 9 capítulos, más de 300 párrafos y 270 páginas.

Para acceder al documento en español hacer clic aquí


 En la introducción, el mismo Pontífice invita a una lectura meditada y sin prisa para que las personas presten atención a lo que más corresponde a sus necesidades específicas.

La exhortación Evangelii Gaudium y la encíclica Laudato Sí eran documentos más a una voz: la del papa Francisco. En este hay un concierto pastoral, con un único director de orquesta.
  1. ¿A quién se dirige el Papa con La Alegría del amor
A todos los católicos y sus pastores. La Iglesia hace un esfuerzo para estar cerca de las parejas casadaslos padres de familia en la educación de sus hijos. En el capítulo primero pone el acento en el Evangelio. La Biblia “está poblada de familias, de generaciones, de historias de amor y de crisis familiares” (AL 8). La familia no es un ideal sino un “trabajo artesanal” (AL 16).
mame-Esortazione-Apostolica-Papa-Famiglia-1
  1. ¿Qué pasó con la comunión a los divorciados vueltos a casar?
No hay recetas es el mensaje concertado del Papa ¿Por qué? Cada caso es único y merece una atención personalizada.
Los divorciados vueltos a casar y las parejas que conviven sin casarse son invitados a la Iglesia, a entrar en diálogo con el párroco y el respectivo obispo. En un proceso de toma de decisiones en conciencia y caso por caso.
mame-Esortazione-Apostolica-Papa-Famiglia-2
  1. Entonces ¿cuál es la novedad?
Se trata de atender la vocación de la familia en tiempos difíciles. Una apertura más a la fragilidad.
Atención al octavo capitulo que es el más novedoso por tratar la misericordia y al discernimiento pastoral frente a situaciones “irregulares” o “complejas” (AL 298). Aquí, se presenta la necesaria gradualidad en la pastoral, la importancia del discernimiento, las normas y las circunstancias.
El Papa habla de la “lógica de la misericordia pastoral” y pide “evitar los juicios que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones” (AL 296). Y habla de que cada persona encuentre la manera de participar en la comunidad “inmerecida, incondicional y gratuita”” (AL 297).
mame-Esortazione-Apostolica-Papa-Famiglia-3
  1. ¿Qué significa discernir?
El Papa quiere una Iglesia que escucha a la persona que se siente herida. Una Iglesia que discierna en cada situación y evite los juicios (AL 296). Por eso, no hay recetas o trucos. Es una búsqueda humilde y sincera de la voluntad de Dios.
mame-Esortazione-Apostolica-Papa-Famiglia-4
  1. ¿Esto significa que hay cambios en la doctrina?
La tradición de la Iglesia no cambia. Ella se propone presentar la verdad y la caridad del Evangelio. Jesús tuvo misericordia con los pecadores y comía con ellos.
  1. ¿Qué pasa con los homosexuales? 
La Iglesia pide respeto y dignidad para ellos. No cambia la enseñanza. Así, condena toda injusta discriminación, agresión o violencia. Una atención a las familias que tienen en su interior personas con tendencia homosexual. Y se confirma, el matrimonio indisoluble es entre hombre y mujer (AL 251).
  1. ¿Y las personas qué no están casadas? 
El documento también se dirige a padres y madres solos, viudas y viudos, hombres y mujeres solterasTodo el mundo es un hijo o una hijatodo el mundo tiene una historia familiartodos han probado la alegría de la familia; Todos conocen a alguien que ha pasado situaciones difíciles y dolorosas.
a_mame-Esortazione-Apostolica-Papa-Famiglia-5
  1. ¿Tener muchos o pocos hijos?
El tercer capitulo está dedicado a algunos elementos esenciales de la enseñanza de la Iglesia a cerca del matrimonio y la familia. La respuesta: Humanae Vitae y paternidad responsable (AL 68). Son los esposos en diálogo y abiertos a la voluntad de Dios los que toman la decisión (AL 222).
9 ¿Cuál es el mayor desafío de Amoris laetitia?
El mayor reto es que se lea sin prisas y se ponga en práctica. Nos invita a ser comprensivos frente a situaciones complejas y dolorosas. El Papa Francisco quiere compasión y no juicios. Amor por los frágiles y descubrir la fuerza de la ternura (AL 308).
Además explica: “Hoy, más importante que una pastoral de los fracasos es el esfuerzo pastoral para consolidar los matrimonios y así prevenir las rupturas” (AL 307).
 En suma, “La alegría del amor” no es una lista de reglas o condenas. Una rápida lectura de sus contenidos nos confirma que cuando el papa Francisco habla de “trabajo artesanal”, lo hace en referencia a la riqueza y la complejidad de las relaciones familiares.
Es un documento de esperanza y de amor a la familia como signo de misericordia.
¡Buena lectura!
(Proyecto Gráfico: A. Scorzoni)

Exhortación apostólica Amoris Laetitia Texto completo

Publicamos a continuación el texto completo de la exhortación apostólica postsinodal “Amoris Laetitia” (La alegría del amor) publicada por el Papa Francisco como conclusión de los dos sínodos de obispos sobre la familia.

Viernes de la segunda semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 5,34-42. 
Un fariseo, llamado Gamaliel, que era doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en medio del Sanedrín. Después de hacer salir por un momento a los Apóstoles,
dijo a los del Sanedrín: "Israelitas, cuídense bien de lo que van a hacer con esos hombres.
Hace poco apareció Teudas, que pretendía ser un personaje, y lo siguieron unos cuatrocientos hombres; sin embargo, lo mataron, sus partidarios se dispersaron, y ya no queda nada.
Después de él, en la época del censo, apareció Judas de Galilea, que también arrastró mucha gente: igualmente murió, y todos sus partidarios se dispersaron.
Por eso, ahora les digo: No se metan con esos hombres y déjenlos en paz, porque si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo,
pero si verdaderamente viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios". Los del Sanedrín siguieron su consejo:
llamaron a los Apóstoles, y después de hacerlos azotar, les prohibieron hablar en el nombre de Jesús y los soltaron.
Los Apóstoles, por su parte, salieron del Sanedrín, dichosos de haber sido considerados dignos de padecer por el nombre de Jesús.
Y todos los días, tanto en el Templo como en las casas, no cesaban de enseñar y de anunciar la Buena Noticia de Cristo Jesús.



Salmo 27(26),1.4.13-14. 
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida,
¿ante quién temblaré?

Una sola cosa he pedido al Señor,
y esto es lo que quiero:
vivir en la Casa del Señor
todos los días de mi vida,
para gozar de la dulzura del Señor
y contemplar su Templo.

Yo creo que contemplaré la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.
Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor.





Evangelio según San Juan 6,1-15. 
Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades.
Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos.
Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.
Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para darles de comer?".
El decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.
Felipe le respondió: "Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan".
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
"Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?".
Jesús le respondió: "Háganlos sentar". Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres.
Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron.
Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada".
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada.
Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: "Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo".
Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.