martes, 2 de mayo de 2017

Mensaje del Comité Ejecutivo con motivo del centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima

El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española ha hecho público un Mensaje con motivo del Centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima. El texto se aprobó en la última reunión del Ejecutivo, el jueves 20 de abril, y lleva por título “Junto al Papa Francisco, peregrinos de esperanza y de paz”. Con motivo de este Centenario, el papa Francisco, viajará al Santuario de Nuestra Señora de Fátima del 12 al 13 de mayo.
COMITÉ EJECUTIVO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA
 MENSAJE CON MOTIVO DEL CENTENARIO DE LAS APARICIONES DE LA VIRGEN DE FÁTIMA
Junto al Papa Francisco, peregrinos de esperanza y de paz
1.- Con motivo del centenario de las apariciones de la Virgen María en Cova da Iría (Portugal) el Papa Francisco irá como peregrino al Santuario de Nuestra Señora de Fátima del 12 al 13 de mayo de 2017.
Los obispos españoles queremos unirnos a esta peregrinación del Sucesor de Pedro interpretando así el sentir común de nuestro pueblo que tiene en la advocación y acontecimiento mariano de Fátima una de las devociones más arraigadas y populares. Junto con el Papa Francisco deseamos hacer realidad lo que reza el lema elegido: «Con María, peregrino en la esperanza y en la paz».
Como señalaba san Juan Pablo II, “no sólo los individuos o grupos locales, sino a veces naciones enteras y continentes buscan el encuentro con la Madre del Señor. Tal vez se podría hablar de una específica «geografía» de la fe y de la piedad mariana, que abarca todos estos lugares de especial peregrinación del pueblo de Dios” (Redemptoris Mater, 28).
  Fátima es uno de esos lugares destacados, especialmente en la historia contemporánea de la Iglesia, en los que se hace realidad la súplica y alabanza a la Madre de Dios preanunciada por ella misma. Efectivamente, María toma conciencia de lo que Dios ha hecho en ella y anuncia en el canto del Magníficat su bienaventuranza a lo largo de los siglos: “Me felicitarán todas las generaciones” (Lc 1,48). Es un hecho innegable: María aparece en todos los rincones de la geografía católica con la fuerza del encanto de su maternal intercesión (cf. Marialis Cultus, 56).
Este convencimiento tan constatable en nuestro pueblo nos lleva a unirnos con alegría a la celebración del centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima. Tres pastorcitos (Lucía, Francisco y Jacinta) fueron los agraciados con la aparición de la Nuestra Señora. La novedad de estas apariciones de Fátima y núcleo de su mensaje consiste en la devoción al Corazón Inmaculado de María como un camino hacia el encuentro con Dios, concretando en este título su intercesión materna. Por medio de los sencillos María transmite un mensaje destinado a la Iglesia y a la humanidad.
Los papas peregrinos
2.- El Santuario de Fátima se ha convertido en estos cien años en un lugar privilegiado de peregrinaciones y entre los peregrinos destacan tres papas. Así el 13 de mayo de 1967, a los 50 años de las apariciones de la Virgen, el beato Pablo VI viajó a Fátima. Allí pronunció unas proféticas palabras sobre uno de los males que iba a padecer la Iglesia por “ideologías diseñadas para quitar de la fe todo lo que el pensamiento moderno no entiende o no acepta”. Pablo VI dijo también estas palabras: “Venimos de Roma para elevar, en Cova de Iría, nuestra ardiente súplica por la paz de la Iglesia y del mundo”; intención que sigue estando plenamente vigente en la actualidad y que hemos de hacer especialmente nuestra.
La relación de san Juan Pablo II con Nuestra Señora de Fátima fue muy intensa. Hay un momento especial el 13 de mayo de 1981, cuando –según cuenta él–, la Virgen le salvó de morir en un atentado perpetrado por Alí Agca en la Plaza San Pedro. Un año después de este suceso, el 13 de mayo de 1982, Juan Pablo II viajó por primera vez a Fátima para “agradecer a la Virgen su intervención en la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi salud”. En 1991 el Santo Padre regresó al Santuario, donde afirmó que “la Virgen me regaló otros diez años de vida” y volvió por última vez a Fátima para beatificar a los niños videntes Francisco y Jacinta el 13 de mayo del Año Jubilar del 2000.
Benedicto XVI, por su parte, acudió como peregrino a Fátima en el año 2010 en el décimo aniversario de la mencionada beatificación. Decía el papa Ratzinger: “He venido a Fátima para gozar de la presencia de María y de su protección materna (…). He venido a rezar, con María y con tantos peregrinos, por nuestra humanidad afligida por tantas miserias y sufrimientos”. Una vez más, la finalidad gozosa de estar junto a la Madre llevaba consigo el propósito de orar por los pesares de todos los hijos, por los sufrimientos de la toda la humanidad.
El papa Francisco, que consagró el mundo a María el 13 octubre de 2013, acudirá ahora a Fátima para celebrar el centenario de las apariciones y canonizar a los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto.
Sentido de las apariciones
3.- Para entender el sentido de las apariciones marianas que conmemoramos hay que relacionarlas con las maravillas que Dios ha hecho por su Pueblo, dado que Dios sigue actuando en la historia. En Cristo resucitado se cumplieron todas las promesas divinas, pero todavía la humanidad sigue esperando el retorno definitivo de Cristo y, hasta que Él venga, vivimos en el tiempo inaugurado por su resurrección, un período de esperanza, pero a la vez están presentes muchas lacras y sufrimientos.
Las apariciones se sitúan en el contexto del plan salvador de Dios, en el que el papel de María resulta esencial por su intercesión materna en el misterio de Cristo (cf. Lumen Gentium, 62). Las que conmemoramos de Fátima, en plena I Guerra Mundial, confirman que María, como buena madre, acude allí donde el corazón de sus hijos padecen todo tipo de sufrimientos y los horrores de la persecución o la guerra. “No tienen vino” (Jn 2,3), dice también en nuestro tiempo la Madre ante su Hijo, intercediendo por una humanidad necesitada.
La conversión a Dios que, junto con la oración, forma parte esencial del mensaje de Fátima, “trae consigo -como señalábamos los obispos- una esmerada solicitud por los pobres desde el encuentro con Cristo” (CEE, Iglesia servidora de los pobres, 34).
Impulso evangelizador
4.- La Virgen utiliza un lenguaje sencillo con los videntes, acomodándose a sus formas de hablar. Siguiendo la lógica de Dios (Cf. 1Co 1, 26-28), esta elección de los pequeños, de los pobres, de los insignificantes, es una constante que se repite en las apariciones marianas, sobre todo en las especialmente reconocidas de la época moderna. Está en total acuerdo con la doctrina evangélica que los pobres sean los predilectos para entrar en el Reino y que Dios escoge los lugares olvidados por los poderosos de este mundo. Así se realiza el dicho evangélico: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños” (Mt 11,25).
Qué gran recordatorio éste cuando la Iglesia en este momento de la historia, en el pontificado del Papa Francisco y en continuidad con sus últimos predecesores, está llamada a un nueva etapa evangelizadora (cf. Evangelii Gaudium, 15).
La Virgen descubre a unos videntes sencillos y pobres que los grandes acontecimientos de nuestro mundo están ligados a su fuente y raíz más profunda, que es el corazón del hombre en su apertura o cerrazón ante Dios.
“Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5)
5.- María, durante su vida en la tierra, sólo dirigió a la humanidad una única palabra: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5), y es muy significativo que todo el mensaje mariano de las apariciones se reduzca a esta sencilla afirmación, porque no hay nada nuevo en las embajadas de Nuestra Señora.
María, en Fátima, llama –como su Hijo– a la conversión, a la reconciliación, a la renovación de la vida cristiana, a la reforma de las costumbres, a la oración y al sacrificio por la conversión de los pecadores o en reparación de los propios pecados. Así lo recordaba el Papa Francisco al señalar que en las apariciones de Fátima “María nos invita una vez más a la oración, a la penitencia y a la conversión. Nos pide que no ofendamos más a Dios. Advierte a toda la humanidad sobre la necesidad de entregarse a Dios, fuente de amor y de misericordia” (Audiencia, 11-5-2016; cf. también Catecismo de la Iglesia Católica, n. 67).
En comunión eclesial con el Papa Francisco, pastores y fieles somos peregrinos en la esperanza y en la paz.
Exhortamos a los fieles a vivir con verdadero espíritu cristiano y afán evangelizador este acontecimiento eclesial del centenario de las apariciones de Fátima y deseamos que se renueve  en todos la verdadera devoción a la Virgen María, que “no consiste ni en un sentimentalismo estéril y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica, que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes” (Lumen Gentium, 67).
Finalmente, nos consagramos a Nuestra Señora de Fátima con la misma oración que el Papa Francisco pronunció el 13 de mayo de 2013:
Bienaventurada María, Virgen de Fátima,
con renovada gratitud por tu presencia maternal
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.

Celebramos en ti las grandes obras de Dios,
que nunca se cansa de inclinarse
con misericordia hacia la humanidad,
afligida por el mal y herida por el pecado,
para curarla y salvarla…

Custodia nuestra vida entre tus brazos:
bendice y refuerza todo deseo de bien;
reaviva y alimenta la fe;
sostén e ilumina la esperanza;
suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros por el camino de la santidad.

Enséñanos tu mismo amor de predilección
por los pequeños y los pobres,
por los excluidos y los que sufren,
por los pecadores y los extraviados de corazón:
congrega a todos bajo tu protección
y entrégalos a todos a tu dilecto Hijo,
el Señor nuestro Jesús. Amén.                                     

Madrid, 20 de abril de 2017


IV Jornadas de Nueva Evangelización




Con la Misa de clausura y el envío misionero, finalizaban en la tarde de este domingo las IV Jornadas Nueva Evangelización. En esta ocasión, esta importante cita pastoral estuvo muy vinculada a la Misión Diocesana en marcha. Alrededor de quinientos participantes venidos de toda la diócesis vivieron esta experiencia de formación, capacitación y oración a través de ponencias, diversos talleres, herramientas evangelizadoras y espacios de oración e intercambio.
www.canariasevangeliza.es

Intención de oración del Papa para el mes de mayo 2017: Cristianos de África

Testigos de la paz, tomando como modelo Jesús Misericordioso
popesprayer.net CAFOD

La intención de oración del Papa Francisco del mes de mayo es por los cristianos de Africa, informa la Red mundial de la oración del Papa: que imiten a Jesús misericordioso y den testimonio.
Para la evangelización : Cristianos de África, testigos de la paz
“Por los cristianos de África para que den un testimonio profético de reconciliación, de justicia y de paz, tomando como modelo a Jesús Misericordioso.”
La presentación de esta intención de oración por el Papa Francisco mismo en un vídeo será publicado más tarde.
Puede conocer a la Red mundial de oración del Papa Francisco por la aplicación Click To Pray.

Cómo enseñar a nuestros hijos que nadie puede tocar su cuerpo



El asunto es incómodo pero forma parte de esas cuestiones que la gente no puede dejar de enfrentar

Estoy hablando objetivamente de cómo enseñar a nuestros hijos, incluso pequeños, a no volverse víctimas de abuso físico o sexual. Por favor, este artículo es un servicio. No lo tomes a la ligera.
Al pensar en mis hijos y en los tuyos, investigué al respecto de lo que los estadounidenses –que dan mucha importancia al asunto– tratan de manera inteligente. Ya pasó el tiempo en que pensaba que esto era exagerado, hoy estoy muy de acuerdo en que es mucho mejor prevenir. Entonces, vamos a los consejos que logré reunir:
1 – Mi cuerpo es mío: el niño debe entender que su cuerpo le pertenece, que nadie tiene derecho, ni jugando, a tocarlo de forma que lo obligue. Sé que la cultura latinoamericana acepta los besos y los abrazos sin fin. Yo soy así y mis hijos también. Pero es necesario sinceramente evitar abrazos y besos de desconocidos o poco conocidos. Un niño jamás debe ser obligado a tener contacto físico con quien no quiere.
2 – La lista de las personas confiables: el niño necesita tener la certeza de en quién puede confiar. ¿Quiénes son estas personas: el papá, la mamá, los abuelos, la profesora? Quienes sean. Pero será muy importante para él que los padres identifiquen a estas personas dejando bien claro que el niño tiene a quien recurrir, que tiene realmente en quien confiar.
3 – Partes íntimas: nadie toca mis partes íntimas es un mensaje muy importante que los niños necesitan recibir. Nadie puede pedir que yo toque las partes íntimas de él tampoco. Otra información importante para los niños es que nadie debe mostrar fotos de sus partes íntimas. El niño necesita saber que puede contar con su lista de personas de confianza si algo sucediera.
4 – Nadie puede tener secretos incómodos: el niño tiene que saber que no debe tener secretos con nadie que le pida no contar algo y que lo haga sentir mal o incómodo por eso. Si eso sucediera, tiene que enseñársele a hablar con alguien de su grupo de personas de confianza sobre ese secreto.
5 – Ningún adulto desconocido pide ayuda al niño: me parece una regla de oro. Los padres deben aclararles a los hijos que no existe tal cosa como que un adulto desconocido pida ayuda al niño (sea en la puerta de la escuela, en la plaza, en el parque,…). Que quede bien claro en su cabeza: los adultos no necesitan ayuda de los niños, eso no existe.
El adulto pide ayuda a otro adulto. Con eso en mente, los niños no titubean en decir que no, aunque los padres les hayan enseñado a los hijos que deben ser amables. Así, si alguien los aborda de esa forma, ellos jamás deben seguir o creer en esa persona.

Papa en Santa Marta: La Iglesia sufre por las personas que no practican la ternura

En su homilía en Casa Santa Marta el Papa Francisco invitó a los cristianos a abrir el corazón para poder ser testigos del amor de Dios como lo fue Jesús.

FRANCISCO
"Fijémonos en la ternura de Jesús: el testimonio de la obediencia, el Gran Testigo, Jesús, que ha dado su vida nos hace ver la ternura de de Dios con respecto a nosotros, a nuestros pecados, a nuestras debilidades. Entremos en este diálogo y pidamos gracia para que el Señor suavice los corazones de estas personas rígidas”.

Francisco dijo que las personas rígidas subestiman el poder de Dios y añadió que solo "la ternura de Dios es capaz de reemplazar un corazón de piedra por uno de carne”.

EXTRACTO DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)

"El cristiano es un testigo de obediencia y si nosotros no vamos por este camino de crecimiento en el testimonio de la obediencia, no somos cristianos. Al menos caminar por este camino: testigo de obediencia. Como Jesús. No es testigo de una idea, de una filosofía, de una empresa, de un banco, de un poder: es testigo de obediencia. Como Jesús”

"Sólo el Espíritu puede hacernos testigos de obediencia. 'No, yo voy a ver a aquel maestro espiritual, yo leo este libro…'. Todo está bien, pero sólo el Espíritu puede cambiarnos el corazón y puede hacernos a todos testigos de obediencia. Es una obra del Espíritu y debemos pedirlo, es una gracia que hay que pedir: 'Padre, Señor Jesús, envíenme su Espíritu para que yo llegue a ser un testigo de obediencia', es decir un cristiano" .

"Las consecuencias del testigo de obediencia son las persecuciones. Cuando Jesús enumera las Bienaventuranzas termina diciendo: 'Bienaventurados ustedes cuando son perseguidos, insultados'. La cruz no se puede quitar de la vida de un cristiano. La vida de un cristiano no es un estatus social, no es un modo de vivir una espiritualidad que me hace bueno, que me hace un poco mejor. Esto no basta. La vida de un cristiano es el testimonio de obediencia y la vida de un cristiano está llena de calumnias, habladurías y persecuciones". 

Sencilla oración para pedir paz en la familia


“Revístenos de sentimientos de misericordia, de bondad, de humildad, de dulzura y de paciencia”

Señor, Dios nuestro, nos elegiste para ser santos. Revístenos de sentimientos de misericordia, de bondad, de humildad, de dulzura y de paciencia.
Ayúdanos a perdonarnos los unos a los otros, así como Tú, Señor, nos has perdonado. Sobre todo, danos caridad, que es el vínculo de la perfección, y que la paz de Cristo brille en nuestros corazones. Esa paz que debe reinar siempre entre los que confían en Ti.
Que todo lo que hagamos, en palabras y obras, sea en nombre del Señor Jesús, a quien damos gracias, Dios Padre y Señor nuestro.
Amén.

Oración a Nuestra Señora en un mundo que tiembla y se derrumba


“Tú, sin embargo, Madre Santísima, tómanos de la mano y llévanos hacia Él”

¡Oh Santísima Reina del Cielo y de la Tierra!
Tú, madre, que bajo los pies sentiste la tierra temblar cuando estabas al pie de la Cruz de Jesús, tu Hijo, y la espada del dolor traspasaba tu alma para que te volvieras la madre de todos los vivientes, ayuda a tus hijos que gimen, asustados, con los temblores del mundo.
Retumba la tierra en violentos rugidos, se desmoronan a nuestro alrededor el presente y el pasado, y nuestras almas perdidas se preguntan: “¿Qué es el hombre, Señor, para que te acuerdes de él?”.
Hecho a imagen y semejanza de Dios y rodeado de gloria él devoró, como un hijo disoluto, los tesoros del Padre; traicionó el amor de Jesús; calló la voz del Espíritu Santo; se mereció el castigo divino.
Tú, sin embargo, Madre Santísima, llena de gracia y de misericordia, intercede por nosotros junto a tu Hijo: tómanos de la mano y llévanos hacia Él, para que convierta nuestro corazón y perdone nuestros pecados.
Libres de la inquietud y la desesperación, tengamos la gracia de seguir el camino de salvación y cantar para siempre, junto a ti, Madre, las maravillas de Dios.
Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Martes de la tercera semana de Pascua


Libro de los Hechos de los Apóstoles 7,51-60.8,1a. 

Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas: "¡Hombres rebeldes, paganos de corazón y cerrados a la verdad! Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo y son iguales a sus padres.
¿Hubo algún profeta a quien ellos no persiguieran? Mataron a los que anunciaban la venida del Justo, el mismo que acaba de ser traicionado y asesinado por ustedes,
los que recibieron la Ley por intermedio de los ángeles y no la cumplieron".
Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él.
Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios.
Entonces exclamó: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios".
Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre;
y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu".
Después, poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado". Y al decir esto, expiró.
Saulo aprobó la muerte de Esteban.

Salmo 31(30),3cd-4.6ab.7b.8a.17.21ab. 
Sé para mí una roca protectora,
un baluarte donde me encuentre a salvo,
porque tú eres mi Roca y mi baluarte:
por tu Nombre, guíame y condúceme.

Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
Confío en el Señor.
¡Tu amor será mi gozo y mi alegría!

Que brille tu rostro sobre tu servidor,
sálvame por tu misericordia.
Tú los ocultas al amparo de tu rostro
de las intrigas de los hombres.


Evangelio según San Juan 6,30-35. 
La gente dijo a Jesús: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo".
Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo;
porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo".
Ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan".
Jesús les respondió: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.