domingo, 13 de mayo de 2018

10 razones para rezar el Rosario


Una hermosa respuesta a la sed de paz, consuelo y belleza 

En su columna de Catholic Exchange, fray Ed Broom, un sacerdote Oblato de la Virgen María, da cuenta de diez razones para llevar a cabo una devoción o una acción cristiana. En esta ocasión, y tomando como referencia la insistencia de la Virgen de rezar el Rosario a los pastorcitos de Fátima, fray Ed nos comparte diez razones para rezar esta hermosa oración, en un mundo sediento de paz, de consuelo y de belleza.
1. ¡Nuestra Señora nos dijo que lo hiciéramos! Si una madre repite muchas veces a su hijo una orden es porque, en el fondo de su corazón, sabe muy bien que la orden que está dando es de gran importancia. A los videntes de Fátima se les apareció seis ocasiones, y las seis les pidió que rezaran el Rosario. Pero no nada más ellos, sino pidió que lo rezáramos todos por la salvación del mundo.
2. El Rosario es una oración bíblica. Muchos no católicos condenan la recitación del Santo Rosario. Sin embargo, pocos saben que el Rosario es una oración que, casi en su totalidad, tiene sus orígenes en los evangelios. Por ejemplo, la primera serie de Misterios, los Misterios Gozosos, provienen del Evangelio de Lucas, capítulos uno y dos. Así, meditando los misterios del Rosario, meditamos, también, sobre el amor de Dios.
3. Podemos aprender a conocer, amar e imitar a Cristo. San Ignacio de Loyola nos dice que existe un fruto cuando meditamos o contemplamos la vida de Cristo: el conocimiento y el amor a Él. Quien más ardientemente lo sigue, más cerca está de su Sagrado Corazón. De forma paralela, cuando nos habituamos a rezar el Rosario, nos acercamos a Jesús a través de las oraciones de intercesión de su primer discípulo: la Virgen María.
4. Es un resumen del Evangelio. Papas tan recientes como el beato Pablo VI o san Juan XXIII, han llamado al Rosario “un resumen del Evangelio”. Incluso antes que san Juan Pablo II introdujera los Misterios Luminosos. Así, tenemos la infancia de Jesús en los Gozosos, seguido de los Luminosos (que son un compendio de la vida pública del Señor); los Dolorosos hablan de la Pasión y Muerte y los Gloriosos de su Resurrección y de la Asunción de María.
5. El Rosario nos puede elevar a las alturas. Es una maravillosa oración que, si se reza bien y con perseverancia, nos puede conducir a las alturas de la santidad. La vocalización del Padre Nuestro y el Ave María la convierten en una meditación del misterio y de su aplicación en nuestra vida diaria. Es una oración contemplativa que nos hace penetrar los misterios de la vida de Jesús y de María. Y nos “asociamos” con ellos.
6. El Rosario puede llevar paz al mundo, al interior y al exterior.En un mundo como el nuestro necesitamos un programa de paz, expeliendo lo malo y entronizando lo bueno: a Jesús y a María como el rey y la reina del mundo, de nuestra provincia, Estado, ciudad, casa o familia. También de nuestra vida individual y de nuestro corazón. En Fátima la Virgen lo advirtió: rezar el Rosario es crear un mundo de paz.
7. Una oración para superar los vicios. El pecado nos puede convertir en esclavos. Jesús mismo dijo que el pecado era una esclavitud. Como lo demuestran muchas conversiones, el Rosario aleja de los vicios. Nuestra Señora nos pide pureza. Uno de los mensajes de Fátima es que muchos pierden la eternidad por la carne, por los pecados cometidos en contra de la pureza.
8. Oración por la unidad familiar. Una de las más dolorosas pérdidas de la actualidad es la ruptura de la familia, de la Iglesia doméstica. Si la familia va bien, la sociedad va bien, decía san Juan Pablo II. Él mismo pedía rezar el Rosario con dos intenciones: por la paz del mundo y por la unión de las familias. Y el padre Patrick Peyton lo expresó así: “La familia que reza junta permanece junta”.
9. El Rosario es una honda espiritual para derrotar al Diablo. La lucha, ahora, es como la de David contra Goliat. Con la diferencia de que hoy estamos rodeados de “goliats” por todos lados: relativismo moral, hedonismo, materialismo… Para ganar la batalla tenemos que poner como capitana a la Virgen María y llevar con orgullo su más potente arma: el Santo Rosario, así como David, confiando en Dios, triunfó contra Goliat… con una humilde honda.
10. Tesoros espirituales guardados en el cielo. Muchos santos lo han dicho: la Virgen María es “nuestra moneda” para hacernos millonarios en el cielo. Así las cosas, si quieres ser millonario en el cielo y salvar tu alma, a tus seres queridos y a muchas otras almas, comienza, ahora mismo a rezar, fervientemente, el Rosario. Jesús, por la intercesión de María te guardará un abundante tesoro en el cielo.


Solemnidad de la Ascensión del Señor


Libro de los Hechos de los Apóstoles 1,1-11. 

En mi primer Libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que hizo y enseñó Jesús, desde el comienzo,
hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado, por medio del Espíritu Santo, sus últimas instrucciones a los Apóstoles que había elegido.
Después de su Pasión, Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta días se les apareció y les habló del Reino de Dios.
En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: "La promesa, les dijo, que yo les he anunciado.
Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días".
Los que estaban reunidos le preguntaron: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?".
El les respondió: "No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad.
Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra".
Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos.
Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco,
que les dijeron: "Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir".

Salmo 47(46),2-3.6-9. 
Aplaudan, todos los pueblos,
aclamen al Señor con gritos de alegría;
porque el Señor, el Altísimo, es temible,
es el soberano de toda la tierra.

El Señor asciende entre aclamaciones,
asciende al sonido de trompetas.
Canten, canten a nuestro Dios, canten,
canten a nuestro Rey.

El Señor es el Rey de toda la tierra,
cántenle un hermoso himno.
El Señor reina sobre las naciones
el Señor se sienta en su trono sagrado.


Carta de San Pablo a los Efesios 4,1-13. 
Hermanos:
Yo, que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido.
Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor.
Traten de conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz.
Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida.
hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.
Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos.
Sin embargo, cada uno de nosotros ha recibido su propio don, en la medida que Cristo los ha distribuido.
Por eso dice la Escritura: Cuando subió a lo alto, llevó consigo a los cautivos y repartió dones a los hombres.
Pero si decimos que subió, significa que primero descendió a las regiones inferiores de la tierra.
El que descendió es el mismo que subió más allá de los cielos, para colmar todo el universo.
El comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros.
Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto y a la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo.

Evangelio según San Marcos 16,15-20. 
Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación."
El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas;
podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán".
Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.
Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.