sábado, 8 de octubre de 2016

Vigésimo octavo domingo del tiempo ordinario ( fin de semana 8 y 9 de octubre)


Segundo Libro de los Reyes 5,14-17. 

Entonces bajó y se sumergió siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del hombre de Dios; así su carne se volvió como la de un muchacho joven y quedó limpio.
Luego volvió con toda su comitiva adonde estaba el hombre de Dios. Al llegar, se presentó delante de él y le dijo: "Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra, a no ser en Israel. Acepta, te lo ruego, un presente de tu servidor".
Pero Eliseo replicó: "Por la vida del Señor, a quien sirvo, no aceptaré nada". Naamán le insistió para que aceptara, pero él se negó.
Naamán dijo entonces: "De acuerdo; pero permite al menos que le den a tu servidor un poco de esta tierra, la carga de dos mulas, porque tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses, fuera del Señor.

Salmo 98(97),1.2-3.3-4. 
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y fidelidad
en favor de la casa de Is rael.

Todos, hasta los confines del mundo,
han visto la salvación de nuestro Dios.
se acordó de su amor y fidelidad
en favor de la casa de Is rael.

Todos, hasta los confines del mundo,
han visto la salvación de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.


Segunda Carta de San Pablo a Timoteo 2,8-13. 
Acuérdate de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos y es descendiente de David. Esta es la Buena Noticia que yo predico,
por la cual sufro y estoy encadenado como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada.
Por eso soporto estas pruebas por amor a los elegidos, a fin de que ellos también alcancen la salvación que está en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna.
Esta doctrina es digna de fe: Si hemos muerto con él, viviremos con él.
Si somos constantes, reinaremos con él. Si renegamos de él, él también renegará de nosotros.
Si somos infieles, él es fiel, porque no puede renegar de sí mismo.

Evangelio según San Lucas 17,11-19. 
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea.
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia
y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!".
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta
y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano.
Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?".
Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.







Leer el comentario del Evangelio por : San Bruno de Segni  

¿Cómo obtener indulgencia plenaria durante el Año de la Misericordia?

El Papa Francisco ante la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Foto L'Osservatore Romano
El Papa Francisco ante la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Foto L'Osservatore Romano


En su carta por el Año de la Misericordia, el Papa Francisco explicó las formas en las que los fieles podrán obtener la indulgencia durante este jubileo; ya sea en Roma, en cualquier lugar del mundo e incluso en las cárceles. El Santo Padre también explica el modo en el que deben proceder los enfermos y ancianos para obtener esta gracia.
En cualquiera de los siguientes casos que se mencionan para obtener la indulgencia se debe cumplir primeramente con las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre.
1.- Los fieles “están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión”.
2.- “Igualmente dispongo que se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares. Es importante que este momento esté unido, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la Santa Eucaristía con un reflexión sobre la misericordia”.
El Papa precisa que “será necesario acompañar estas celebraciones con la profesión de fe y con la oración por mí y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo”.
3.- El Papa Francisco señala también que cada vez que un fiel realice personalmente una o más las obras de misericordia corporales y espirituales “obtendrá ciertamente la indulgencia jubilar”.
“De aquí el compromiso a vivir de la misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total por el poder del amor del Padre que no excluye a nadie. Será, por lo tanto, una indulgencia jubilar plena, fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad”, resalta el Papa.
4.- Sobre los enfermos y las personas ancianas que no pueden salir de casa, el Pontífice afirma que para ellos “será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento como experiencia de cercanía al Señorque en el misterio de su pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a la soledad”.
“Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participando en la Santa Misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar”.
5.- Sobre los presos, el Pontífice explica que “en las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”.
6.- Indulgencia para los difuntos: “de igual modo que los recordamos en la celebración eucarística, también podemos, en el gran misterio de la comunión de los santos, rezar por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libere de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin”.
Hay catorce obras de misericordia: siete corporales y siete espirituales.
I.- Obras de misericordia corporales:
En su mayoría salen de una lista hecha por el Señor en su descripción del Juicio Final. Son:
1) Visitar a los enfermos
2) Dar de comer al hambriento
3) Dar de beber al sediento
4) Dar posada al peregrino
5) Vestir al desnudo
6) Visitar a los presos
7) Enterrar a los difuntos

II.- Obras de misericordia espirituales:
Han sido tomadas por la Iglesia de otros textos que están a lo largo de la Biblia y de actitudes y enseñanzas del mismo Cristo: el perdón, la corrección fraterna, el consuelo, soportar el sufrimiento, etc. Son: 
1) Enseñar al que no sabe
2) Dar buen consejo al que lo necesita
3) Corregir al que se equivoca
4) Perdonar al que nos ofende
5) Consolar al triste
6) Sufrir con paciencia los defectos del prójimo
7) Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.

¿Tienes 15 minutos para Dios? La clave es apartar este tiempo todos los días. Como dice el dicho: ¡El que persevera, alcanza!


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Seré honesto y diré que apartar tiempo para una hora de oración diaria puede ser muy difícil. En el seminario era fácil y un hecho básico de la vida diaria. Incluso hace algunos pocos años no tenía problemas para encontrar una hora para mi hora quieta. Sin embargo, cuando metes varios niños en la mezcla, apartar una hora se vuelve un verdadero reto.
Es por eso que esta intrigado por el nuevo libro titulado “La Solución de los 15 minutos de Oración: Como el 1% de tu tiempo puede transformar tu vida” de Gary Jansen. Puede parecer un poco raquítico el pensar en solo 15 minutos al día, pero cuando llevas una vida ocupada o estas comenzando tu vida espiritual, 15 minutos son suficientes. Todos podemos encontrar 15 minutos.
Pero, ¿es eso suficiente? ¿Simplemente necesitamos 15 minutos? ¿Qué hacemos durante este tiempo?
En este libro, Jansen nos provee de instrucciones detalladas sobre como orar por 15 minutos, basados en prácticas antiguas, muchas de las cuales fueron inspiración de San Ignacio de Loyola.
Ejercicios Diarios
Antes que nada, Jansen nos exhorta para que apartemos tiempo para oración de nuestra vida diaria. Este es un pre-requisito de la vida espiritual y es algo que debemos hacer si queremos progresar en nuestra relación con Dios.
Algunos de nosotros podemos ser intimidados con esta tarea, pero eso no debería ser un problema para nosotros. No tenemos que comenzar a dedicar desde un inicio una hora completa. En lugar de eso, podemos comenzar dándole a Dios un porcentaje de esa hora. Jansen, nos explica:
“¿Sabías que hay 1,440 minutos en un día? Es verdad, ya hicimos los números. ¿Sabías también que un uno por ciento de ese tiempo son catorce minutos y veinticuatro segundos? ¿Qué pasaría si tu tomaras la decisión consciente, todos los días, de ejercitar tu alma dándole apenas quince minutos de tu tiempo a Dios? Un pequeño porcentaje de tu vida. ¿Quisieras que tu vida cambie? La mía lo hizo”. (La Solución de Oración de 15 minutos, 3)
La clave es apartar este tiempo todos los días. Como dice el dicho: “El que persevera, alcanza”. La oración perseverante tiene un efecto mucho más grande en nuestra vida diaria que intensas jornadas de oración que se van agotando con el tiempo.
Semillas de mostaza
En conexión con este pensamiento de darle a Dios un porcentaje de nuestro día, está la idea de la fe que tiene el tamaño de una “semilla de mostaza”. Jesús dijo a Sus discípulos:
“El reino de los cielos es como una semilla de mostaza que un hombre siembra en su campo. Es, por cierto, la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, se hace más grande que las otras plantas del huerto, y llega a ser como un árbol, tan grande que las aves van y se posan en sus ramas”. (Mateo 13,31-32)
“Porque ustedes tienen muy poca fe. Les aseguro que si tuvieran fe, aunque sólo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le dirían a este cerro: “Quítate de aquí y vete a otro lugar”, y el cerro se quitaría. Nada les sería imposible.” (Mateo 17,20)
Orar durante quince minutos al día puede parecer un tiempo muy corto, pero cuando se hace con fe puede crear efectos que duren toda la vida. No solo eso, la meta es que quince minutos de oración nos lleven a orar “sin descansar”. Debemos comenzar con poco, tener la fe como una semilla de mostaza y dejar que Dios haga el resto.
La oración de Jesús, La Lectio Divina y El Examen
Jansen no se involucra mucho en la parte teórica antes de comenzar a explicar que hacer durante esos 15 minutos. Él nos da muchas formas diferentes de orar que pueden ser complementadas durante ese marco de tiempo.
Oración de Jesús
Durante la mayor parte Hansen se enfoca en formas antiguas de oración que buscan tranquilizar el alma. El primer tipo de oración que describe es la famosa “Oración de Jesús”, que se popularizó por medio del libro ruso “El Camino del Peregrino” Es una oración muy simple que consiste en repetir las palabras: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy pecador”. Mientras inhalamos y expiramos. La respiración es una parte esencial de la oración y nos ayuda a calmar la mente de la persona y permite que nos enfoquemos en Dios.
Lectio Divina
Luego de decir La Oración de Jesús, Jansen sugiere que meditamos en un corto pasaje de la escritura y que nos involucremos en lo que se llama “Lectio Divina” (Lectura Divina). Éste tipo de oración con la escritura se enfoca en sumergirnos dentro del pasaje de la escritura y escuchar la voz de Dios.
El examen
Otra opción es la oración “El Examen”. Éste tipo de oración apunta a encontrar a Dios en las diferentes personas, cosas y eventos del día. A menudo el examen es hecho al final del día donde meditamos como Dios ha traído diferentes personas a nuestra vida y le agradecemos a Él por su divina Providencia. Es una buena forma de recordarnos a nosotros mismos que Dios está presente en todas las cosas y que nada pasa por casualidad.
Siete días de ejercicios
El libro por sí mismo no es muy largo (lo que hace sentido) en definitiva es una simple guía de oración para siete días. Incluye siete días de Lectio Divina y es una gran forma de comenzar, especialmente para aquellos que no saben por dónde hacerlo. Esta es probablemente una de las más útiles partes del libro y nos permite practicar lo que hemos aprendido.
Para concluir, recomiendo de todo corazón obtener una copia del libro. Jansen tiene un estilo de escritura que es muy fácil de manejar para cualquiera. Él escribe sobre una verdad teológica en una forma en la que una persona que no tiene ninguna educación religiosa puede comprender. Mucho de lo que escribe es de su experiencia y da muchas historias cortas para explicar cómo la oración ha influenciado su vida personal.
Seré honesto, mucho de lo que Jansen escribe te puede retar, a ti y a tu idea de oración. Él se enfoca mucho más en relaciones de tipo relacional que en oraciones basadas en fórmulas. En otras palabras, mientras extrae de la rica tradición de la Iglesia Católica Jansen se enfoca más en calmar tu alma para escuchar al Espíritu Santo que en recitar diferentes oraciones para obtener lo que tú quieres.