viernes, 12 de mayo de 2017

Francisco llega a Fátima

Francisco llega a la base aérea de Monte Real. Allí lo espera el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. Comienza el viaje relámpago del Papa Francisco por el centenario de las apariciones de Fátima.

Así me habla la Virgen


La oigo con esas palabras que oigo de los hombres y que yo torpemente interpreto

Me gustaría tener siempre la mirada limpia de los niños. Para creer más, con más hondura. Creer en lo imposible en medio de la adversidad. En la claridad del día. Para creer en lo que no veo. Para confiar en la promesa que Dios le hace a mi vida. Cuando parece todo inalcanzable y mi fe me ayuda a ver algo de luz en la oscuridad del túnel.
Quiero tener esa mirada limpia para ser capaz de admirarme de todo lo que veo. Para juzgar la realidad con inocencia, sin malicia, sin pensar mal de nadie, sin ser retorcido, sin juzgar intenciones.
No siempre lo logro, confieso. Y veo deseos ocultos y percibo pensamientos que tal vez no existan. Mi mirada torva me vuelve desconfiado. Mi pensamiento complejo me enturbia el alma.
Quiero tener esa luz que aún no poseo. Me gustaría tener la capacidad de dejar que el mundo quepa en mi alma. Ser más flexible como los niños ante la vida. Disfrutar del presente y descubrir una aventura en cualquier momento. Algo nuevo siempre dentro de lo viejo. Un momento apasionante lejos del aburrimiento. Un descubrimiento inaudito que me devuelva siempre la pasión por la vida.
Esa mirada tan limpia es la que le pido a María. Una mirada transparente como la suya. Quiero aspirar a las más altas cumbres sin vivir con miedo al vacío, atado a lo que me da seguridad.
Es verdad que no pretendo ver a Dios delante de mis ojos. Como vieron los pastorcillos de Fátima al ángel y a María. Pero sí quiero percibir su presencia honda en mi vida.
“¿A ti te habla María? ¿La escuchas?”, me preguntaba una niña con mirada inocente hace unos días. Ella quería oír más y no oía. Y yo respondí que sí, que oía, porque es verdad. María me habla. Tal vez no con las palabras que los hombres me dicen. 
No la oigo como la oían esos pastorcitos que se quedaban asombrados ante su imagen preciosa y conmovidos en su alma de niños. Tal vez son otras sus palabras. Pero me habla. La oigo con esas palabras que oigo de los hombres y que yo torpemente interpreto. 

A veces oigo mal. O no oigo. Pero María me habla. Y lo hace en lo hondo de mi alma. En leves susurros. Lo hace más en el silencio que en los ruidos. Cuando estoy en paz más que cuando vivo en tensión. Cuando callo más que cuando me lleno de voces.

Decía Romano Guardini: En el silencio es donde suceden los grandes acontecimientos. No en el tumultuoso derroche del acontecer externo, sino en la augusta claridad de la visión interior, en el sigiloso movimiento de las decisiones, en el sacrificio oculto y en la abnegación; es decir, cuando el corazón, tocado por el amor, convoca la libertad de espíritu para entrar en acción y su seno es fecundado para dar fruto”[1]
Me habla más cuando guardo silencio. O es que cuando callo puedo oír más su voz. Puede ser. Me habla con palabras y silencios. Me habla cuando me dejo embargar por su presencia que lo llena todo de paz.
También me habla en todo lo que me pasa. Yo medito cuando ya ha pasado. Y veo que tengo que seguir caminando o detener mis pasos un momento para tomar aire. Interpreto esas señales como puedo. No siempre acierto. Tal vez me confundo siguiendo otras rutas.
Pero de repente noto que mi corazón arde con un fuego nuevo que no conocía. Y no tengo explicaciones fáciles para comprender tanto misterio que se esconde entre mis dedos.
Me sorprendo con los susurros de Dios en medio de mi camino. No hay apariciones. Pero sí hay deseos. Pan partido que me conmueve. Miradas que cambian mi forma de mirar. Un abrazo de María por mi espalda que sostiene mis pasos. Lo he vivido. El corazón se ensancha.
Por eso, lo he pensado bien, quiero volver a ser niño. Quiero volver a nacer del vientre de mi madre. Como ese primer día en el que vi la luz. Quiero saber lo que hacer y busco en la noche a Jesús como hacía Nicodemo tratando de entender los misterios. Quiero saber el camino exacto que me permita volver a ser niño.
[1] Romano Guardini, El Señor

Pilar Soto. TESTIMONIO




Pilar Soto -actriz y presentadora- lo tenía todo pero en 2004, en la cumbre del éxito, desapareció del mundo de la pantalla. Una gravísima bulimia ocultaba una terrible soledad y sufrimiento. En un año ingresó 82 veces en el hospital. Cristo fue su medicina y ahora dedica su vida a Él por lo que no duda en dar su testimonio las veces que sea necesario.

Se repite el milagro: Sangre de San Genaro se licuó frente a cientos de fieles


Este 6 de mayo a las 8:04 p.m., cientos de fieles fueron testigos una vez más del llamado “milagro de mayo”, el momento en que la sangre de San Genaro se licua de forma inexplicable dentro de las dos ampollas que la contienen.
El hecho ocurrió en la Basílica de Santa Clara, en Nápoles (Italia), luego que la sangre fuera trasladada en procesión desde la catedral.
La licuefacción fue anunciada por el Cardenal Crescenzio Sepe, Arzobispo de Nápoles. En ese momento se agitó un pañuelo blanco que, según la tradición, indica a los fieles que el milagro se ha realizado.
El milagro de la licuefacción de la sangre de San Genaro sucede tres veces al año. El sábado que precede al primer domingo de mayo, cuando se recuerda el traslado de las reliquias del santo del cementerio de Agro Marciano a las catacumbas de Capodimonte; el 19 de septiembre, cuando se conmemora su martirio; y el 16 de diciembre, fecha en que se le celebra como patrono de la ciudad.
Sin embargo, en diciembre del año pasado no ocurrió el milagro, generando preocupación entre los fieles.
En marzo del 2015 la sangre se licuó delante del Papa Francisco, un hecho inusual pues la última vez que la licuefacción sucedió ante un Pontífice fue en 1848 con Pío IX. No había sucedido cuando San Juan Pablo II y Benedicto XVI visitaron la ciudad en octubre de 1979 y de 2007, respectivamente.
También te puede interesar:

¿Te has consagrado a la Virgen María? Aquí un “método” seguido por grandes santos

¿Te has consagrado a la Virgen María? Aquí un “método” seguido por grandes santos

San Luis María Grignon de Montfort en su “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” propone un método de consagración a María seguido por grandes santos, con el que el Movimiento Lazos de Amor Mariano (LAM) prepara a miles de fieles en diversos países que desean consagrarse a la Madre de Dios.
En declaraciones a ACI Prensa, Wilson Tamayo, Subdirector General de LAM, explicó que en la historia de la Iglesia siempre se han dado actos de consagración a la Virgen, “pero lo que hace San Luis de Montfort es dar un paso más y decir que esta consagración no solamente es un acto devocional, sino que es un acto de entrega verdadera, entrega total”.
En este sentido, los temas de preparación que San Luis propone en su Tratado son desarrollados y profundizados durante 33 semanas en los grupos de consagración de Lazos de Amor Mariano. Esto da providencialmente 9 meses y es entendido simbólicamente como “una especie de gestación en María para nacer en Jesucristo”, señaló Tamayo.
Los contenidos que se trabajan se dividen en cuatro bloques y son en referencia al conocimiento del mundo, de uno mismo, de la Virgen y de Jesucristo. Al final los participantes realizan su consagración, generalmente en una fiesta mariana especial y con una Eucaristía solemne.
Dentro de los Papas y Santos que han destacado la Consagración a la Virgen María por el método de Montfort están el Beato Pío IX, quien afirmó que la verdadera devoción propuesta por San Luis es la mejor y más aceptable, mientras que San Pío X aprobó la fórmula de consagración del Santo.
San Juan Pablo II expresó en la encíclica Redemptoris Mater que le era grato recordar “la figura de San Luis María Grignion de Montfort, el cual proponía a los cristianos la consagración a Cristo por manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente el compromiso del bautismo”.
Más adelante, al final de su vida, en una carta dirigida a la familiamontfortiana (2004), contó que en su juventud la lectura del “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” le ayudó mucho porque allí encontró la respuesta a sus dudas sobre el temor del culto excesivo a María que podría dejar de lado la supremacía del culto a Cristo.
“Bajo la guía sabia de San Luis María comprendí que, si se vive el misterio de María en Cristo, ese peligro no existe. En efecto, el pensamiento mariológico de este santo ‘está basado en el misterio trinitario y en la verdad de la encarnación del Verbo de Dios’", señaló el Pontífice polaco.
Luego explicó que el lema “Totus tuus” que aparecía en su escudo episcopal se inspiraba en las enseñanzas de Montfort. “La doctrina de este Santo ha ejercido un profundo influjo en la devoción mariana de muchos fieles y también en mi vida. Se trata de una doctrina vivida, de notable profundidad ascética y mística, expresada con un estilo vivo y ardiente, que utiliza a menudo imágenes y símbolos”.

¿Cómo acceder a la preparación?
Los interesados en consagrarse a María según el método de San Luis María Grignon de Monfort pueden contactarse con el Movimiento Lazos de Amor Mariano, que actualmente se encuentra en varias ciudades de Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Venezuela, Panamá, Uruguay, Brasil, México y Perú.
Asimismo, con el objetivo de que más personas se consagren, el Movimiento ha creado la consagración online donde los fieles que tal vez tienen dificultades para unirse físicamente a algún grupo, pueden prepararse a través de internet con videos formativos y tutores virtuales, quienes los acompañarán en su proceso.
“No tengan miedo de recibir a María en su casa, de abrirle las puertas de par en par. Ella lo único que sabe hacer es llevarnos a Jesús y esta consagración es un tesoro de la Iglesia”, puntualizó Wilson Tamayo.
Lazos de Amor Mariano es una Asociación Privada de Fieles que nació en Colombia el 16 de julio de 1999, día de la Virgen del Carmen, encabezada por su actual director general Rodrigo Jaramillo. El movimiento se ha expandido rápidamente y a través de sus misioneros promueve el amor a la Virgen María, Jesús Eucaristía y al Papa.

Papa Francisco pidió aceptar los hallazgos científicos con humildad


El Pontífice invita a dejarse maravillar por Dios y el misterio del universo al dirigirse a los participantes en el encuentro organizado por la Specola Vaticana, una de las instituciones de investigación astronómica más antiguas del mundo

Benedicto XVI aseguró que la fe y la razón van de la mano. En esta línea, Francisco calca los pasos de su predecesor y reflexiona sobre el universo asegurando que no es producto del caos, sino de la creatividad de Dios.
“La existencia y la inteligibilidad del universo no son fruto del caos, sino de la Sabiduría divina, presente como “primicia de su camino, antes que sus obras más antiguas” (Pr 8:22)”, dijo en el aula Pablo VI este 12 de mayo 2017.
“Nunca hay que tener miedo de la verdad, ni atrincherarse en posturas cerradas, sino aceptar los nuevos descubrimientos científicos con una actitud de humildad total. Caminando hacia las periferias del conocimiento humano se puede tener, realmente, una experiencia auténtica del Señor, que es capaz de llenar nuestros corazones”, expresó Francisco hoy en la mañana antes de partir a su peregrinación a Fátima.
“Me alegra su trabajo, que aprecio vivamente, y les animo a perseverar en la búsqueda de la verdad”, dijo al personal internacional vaticano que incluye una docena de investigadores astrónomos (la mayoría sacerdotes jesuitas), además de profesores y académicos de varias culturas y nacionalidades convocados en Castel Gandolfo alrededor del tema: “Agujeros negros, ondas gravitaciones y singularidades del espacio-tiempo” (9-12 mayo 2017).
El Papa al inicio de su alocución confirmó que las cuestiones sobre el universo “son particularmente relevantes para la ciencia, la filosofía, la teología e incluso la vida espiritual. Representan un “ruedo”, donde estas diferentes disciplinas se han encontrado y a veces, enfrentado”.
La Specola está dirigida por Guy Consolmagno, quien ha dirigido los trabajos sobre cuestiones tales como el comienzo del universo y su evolución sucesiva, la estructura profunda del espacio y del tiempo, entre otros.
Así, Francisco recordó el trabajo de monseñor Georges Lemaître (padre de la teoría del Big Bang), sacerdote católico y cosmólogo, representante de la “tensión creativa entre ciencia y fe”, anotó.
Lemaître defendió “siempre con lucidez la neta distinción metodológica entre los campos de la ciencia y  de la teología, vistos como ámbitos  de competencias diferentes que,  sin embargo, se unificaron  armoniosamente en su vida”.
“Esta distinción, ya presente en Santo Tomás de Aquino, defiende de generar cortocircuitos que son perjudiciales tanto para la ciencia como para la fe”, añadió.
“En la inmensidad – continuó – espacio-temporal  del universo, nosotros,  los seres humanos podemos sentir  una sensación de asombro y experimentar nuestra pequeñez, mientras surge en  nuestra mente la pregunta del salmista: “¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, el  hijo de Adán para que de él te cuides? “(Sal 8,5)”.
Francisco que hace pocos meses encontró al científico Stephen Hawking en el Vaticano, citó al predecesor más representativo de la teoría de la relatividad, Albert Einstein: “Se podría decir que el eterno misterio del mundo es su comprensibilidad.”
Para luego citar la Biblia: “La existencia y la inteligibilidad del universo no son fruto del caos o del caso, sino de la Sabiduría divina, presente como “primicia de su camino, antes que sus obras más antiguas” (Pr 8:22)”.
En fin, el “Big Bang no contradice la creación”, había dicho el papa Francisco meses antes (27.10.2014) en un discurso en la Sede de la Pontificia Academia de las Ciencias del Vaticano, apoyando la función de la ciencia y definiendo el origen del mundo como un acto de amor de la intervención divina.
©SpecolaVaticana Congreso “Agujeros negros, ondas gravitaciones y singularidades del espacio-

Cómo ayudar a un niño a captar qué significa hacer la Comunión


5 pistas del papa Francisco recogidas en un libro

Desde que el papa Francisco comenzara su pontificado en 2013, ha puesto especial énfasis en varias cuestiones, que no es que no se trataran antes en la Iglesia, más al contrario, sino que, sencillamente, pasaron más desapercibidas. Pues bien, una de estas cuestiones es, sin duda, la de la edad. En la JMJ de Brasil el Papa puso especial énfasis en cuidar de los niños y de los ancianos, en estos porque son la memoria de la sociedad, y en aquellos porque son, ni más ni menos, que el futuro de la misma.
Pues bien, ¿qué momento más importante en la infancia que el de la Primera Comunión? Como festividad que es -pues la Iglesia siempre nos invita a celebrar todos los momentos en los que damos un paso importante en nuestra vida de fe-, queremos organizar muchas cosas y pasarlo en grande.
El problema surge cuando, sin darnos cuenta, desordenamos el orden de los factores, que en este caso sí altera el producto, y damos más importancia a la fiesta y al postín que a abrir nuestro corazón a Cristo.
Para ello el papa Francisco, siempre preocupado por todas y cada una de las ovejas que le han sido encomendadas, ofrece una serie de consejos a los niños para evitar cualquier distracción innecesaria y que sean conscientes del gran regalo que están cercanos a recibir: nada más y nada menos que el regalo del Cuerpo de Cristo, la Vida Eterna.
En el libro El Papa Francisco y la Primera Comunión (Palabra, 2016) encontramos una excelente síntesis de consejos dados por el papa Francisco sobre los sacramentos en general, y sobre la Eucaristía en particular, que ayudarán tanto a mayores como a pequeños a ser conscientes de la importancia que entraña la preparación espiritual ante el recibimiento del sacramento más que todos los elementos accesorios.
Así, encontramos 5 pasos o cuestiones en que profundizar:
  1. Nos encontramos a Jesús en la Comunión. En este primer paso, el papa profundiza en el misterio del encuentro con Jesús en la Eucaristía, donde ha querido quedarse por amor a cada uno de nosotros, convirtiéndose en nuestra fuente de agua viva diaria, único lugar en el que podemos tomar fuerzas y descansar
.
  1. Ediciones Palabra
    1. El poder de los sacramentos y de la luz de Cristo. En este paso, Francisco hace hincapié en la grandeza del Bautismo como puerta a todo lo más grande, entre esto a todos los demás sacramentos, y que enciende en nosotros una luz que no se apaga jamás.
    Ediciones Palabra
    1. La confesión, el encuentro con Cristo que nos ama. Aquí el Papa nos recuerda la inmensa alegría del católico: la confesión. El sabernos perdonados constantemente, mediante la gracia y misericordia de Dios sin medida, quien, además, nos quiere tal y como somos, también con nuestras pobrezas.
    Ediciones Palabra
    1. La Iglesia es como una madre. En este caso se recoge una preciosa catequesis dada por el Papa en una audiencia de 2013 sobre la función maternal de la Iglesia en nuestras vidas, que nos acompaña constantemente, nos trata con paciencia y misericordia y nos llama cada vez que nos equivocamos.
      Ediciones Palabra
    1. Mensajes para andar el camino. En estas últimas páginas se recogen algunas de las palabras de ánimo y confianza a los jóvenes del Papa más bellas de su pontificado, como “¡Apostad por ideales grandes!” o “¡Atreveos a ir contracorriente!”, sin duda un broche de oro para concienciar los niños de que comienzan a seguir un camino de valientes.
    Sería una verdadera pena que ante un acontecimiento tan importante en la vida de los niños, como es la plena participación en la vida de la Iglesia mediante la Comunión, quienes tengamos la responsabilidad de guiarlos demos importancia a elementos vacíos y accesorios que no son de Cristo. Para ello, este genial libro puede ayudarnos a centrarnos en lo importante y concienciarlos a ellos.

Papa Francisco a nuevos sacerdotes: ¡Hagan homilías que salgan del corazón!

El Papa durante las ordenaciones sacerdotales. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa

Francisco recomendó a nuevos sacerdotes a los que ordenó en la Basílica Vaticana estar cerca de los fieles y evitar las homilías intelectuales, advirtiéndoles de que la doble vida es una enfermedad.
Como es tradición cada IV domingo de Pascua, llamado “del Buen Pastor”, día en que la Iglesia celebra la 54º Jornada Mundial de oración por las vocaciones, el Papa Francisco ordenó a 10 nuevos sacerdotes para la diócesis de Roma.
Los nuevos sacerdotes pertenecen al Pontificio Seminario Romano Mayor, el Pontificio Seminario Menor, el Seminario Redemptoris Mater (cuyos seminaristas son del Camino Neocatecumenal), y el Seminario de la Virgen del Divino Amor.
“¡No hagáis homilías intelectuales o elaboradas, hablad al corazón!”. “La doble vida es la enfermedad fea de la Iglesia”, advirtió a los nuevos presbíteros.
Francisco les pidió reconocer “lo que hacéis, imitad aquello que celebréis para que, participando al misterio de la muerte y resurrección del Señor, llevéis la muerte de Cristo y caminéis con Él en novedad de vida”.
“Os pido –continuó el Papa– ser misericordiosos siempre. No carguéis sobre las espaldas de los fieles pesos que no pueden cargar”.
El Papa les aconsejó también que ejerciten “la alegría y la caridad sincera” y “únicamente intentad agradar a Dios y no a vosotros mismos. Sois Pastores, no funcionarios. Sois mediadores, no intermediarios”.
“¡Sed alegres y no seáis señores, cleros de estado, sino pastores del pueblo de Dios!”, recomendó también.
El Pontífice pronunció la homilía ritual prevista en la edición italiana del Pontifical Romano para las Ordenaciones de Presbíteros, añadiendo algunas notas personales.
Francisco señaló que los nuevos sacerdotes “serán configurados a Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, es decir, serán consagrados como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento, y a este título, serán predicadores del Evangelio, Pastores del Pueblo de Dios, y presidirán los actos de culto, especialmente las celebraciones del sacrificio del Señor”.
“Habéis sido elegidos por el Señor no para hacer carrera”, dijo el Papa improvisando. “Haced memoria de vuestra historia, del don de las palabras que el Señor os ha dado a través de vuestra madre, vuestros abuelos, vuestros catequistas y de toda la Iglesia”.

Con esta oración el Papa consagró el mundo a la protección de la Virgen de Fátima

El Papa Francisco junto a una imagen de la Virgen de Fátima en el Vaticano / Crédito: Lauren Cater (ACI Prensa)

Ante unas 100 mil personas presentes en la Plaza de San Pedro el 13 de octubre de 2013, el Papa Francisco consagró el mundo a la protección de la Virgen de Fátima.
Esta es la oración de consagración que rezó el Santo Padre ante la imagen original de la Virgen de Fátima que fue llevada a Roma desde su santuario en Portugal:
Bienaventurada María Virgen de Fátima,
con renovada gratitud por tu presencia maternal
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.

Celebramos en ti las grandes obras de Dios,
que nunca se cansa de inclinarse
con misericordia hacia la humanidad,
afligida por el mal y herida por el pecado,
para curarla y salvarla.

Acoge con benevolencia de Madre
el acto de consagración que hoy hacemos con confianza,
ante esta imagen tuya tan querida por nosotros.

Estamos seguros de que cada uno de nosotros
es precioso a tus ojos y que nada de lo que
habita en nuestros corazones es ajeno a ti.

Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada
y recibimos la consoladora caricia de tu sonrisa.

Custodia nuestra vida entre tus brazos:
bendice y refuerza todo deseo de bien;
reaviva y alimenta la fe;
sostiene e ilumina la esperanza;
suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros por el camino de la santidad.

Enséñanos tu mismo amor de predilección
por los pequeños y los pobres,
por los excluidos y los que sufren,
por los pecadores y los extraviados de corazón:
congrega a todos bajo tu protección
y entrégalos a todos a tu dilecto Hijo,
el Señor nuestro Jesús. Amén.

Esta fue la explicación del Cardenal Ratzinger sobre el tercer secreto de Fátima

Cardenal Joseph Ratzinger y Virgen de Fátima / Paul Badde (EWTN) / Our Lady of Fatima International Pilgrim Statue (CC BY-SA 2.0)

Como respuesta a las malinterpretaciones del “tercer secreto” de Fátima que algunos asocian a un “caos apocalíptico”, el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y luego Papa Benedicto XVI, explicó el sentido del texto y cómo puede servir para comprender y vivir mejor el Evangelio.
La tercera parte del secreto de Fátima fue revelado el 13 de julio de 1917 a los tres pastorcitos en Cova da Iria y transcrito por Sor Lucía el 3 de enero de 1944. Fue hecho público por el Secretario de Estado, Cardenal Angelo Sodano, el 13 de mayo del 2000.
Los mensajes transmitidos por la Virgen María exhortan al arrepentimiento, conversión, oración y penitencia como medios de reparación por los pecados.
Según el Cardenal, el llamado a la penitencia es una exhortación a comprender los signos de los tiempos y a la conversión. La penitencia, además, es la respuesta a un momento histórico determinado que se caracteriza por grandes dificultades.
En el secreto hay un elemento que se refiere a un “ángel con la espada de fuego”. Para el Cardenal este elemento no es fantasía: se refiere a las armas de fuego, que el hombre mismo ha inventado.
Otro elemento de la visión es la fuerza que se opone a la destrucción: el esplendor de la Virgen, que proviene de la penitencia. Esto quiere decir, que la penitencia y la oración tienen el poder de cambiar las predicciones hacia el bien.
El mejor ejemplo, afirma, es que el Papa Juan Pablo II sobrevivió al atentado del 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro, pese a que en el secreto predecía su muerte.
Acerca de los tres elementos que aparecen en el secreto (una montaña escarpada, una gran ciudad medio en ruinas, y una gran cruz de troncos rústicos), Ratzinger señala que la montaña es el costoso camino que el hombre debe atravesar y la ciudad en ruinas representa las desgracias que el propio hombre ocasionó con las guerras.
Sobre la montaña está la cruz, el objetivo final, donde la destrucción se transforma en salvación. Por ello, estos símbolos tienen un sentido de esperanza.                                                 
El Obispo de blanco (el Papa), tendrá que subir por esa montaña y atravesar la ciudad en ruinas. El Papa precede a los demás, cuyo camino también pasa en medio de los cadáveres. Benedicto indica que la travesía del Papa simboliza el camino de la Iglesia en medio de la violencia, las destrucciones y las persecuciones.

"En la visión podemos reconocer el siglo pasado como siglo de los mártires, como siglo de los sufrimientos y de las persecuciones contra la Iglesia, como el siglo de las guerras mundiales y de muchas guerras locales que han llenado toda su segunda mitad y han hecho experimentar nuevas formas de crueldad. En el 'espejo' de esta visión vemos pasar a los testigos de la fe de decenios".                                 

Esta parte del secreto concluye con una señal de esperanza: Que ningún sufrimiento es en vano. Porque la sangre de los mártires purifica y renueva. De ahí se levantará una Iglesia triunfante. También, la sangre derramada sobre la cruz representa la vivencia actual del sufrimiento de Cristo y la promesa de salvación.                  
El Tercer Secreto de Fátima
Este es el Tercer Secreto de Fátima escrito por Sor Lucía:                          
“Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía. Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él» a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre». También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios”.
Si desea leer los secretos y la explicación completa haga clic en el AQUÍ.

Noveno Día de la Novena a la Virgen de Fátima


Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Madre nuestra dulcísima!, que escogiste a los pastorcitos de Fátima para mostrar al mundo las ternuras de vuestro Corazón misericordioso, y les propusiste la devoción al mismo como el medio con el cual Dios quiere dar la paz al mundo, como el camino para llevar las almas a Dios, y como una prenda suprema de salvación. Haced, ¡oh Corazón de la más tierna de las madres!, que sepamos comprender vuestro mensaje de amor y de misericordia, que lo abracemos con filial adhesión y que lo practiquemos siempre con fervor; y así sea vuestro Corazón nuestro refugio, nuestro consuelo y el camino que nos conduzca al amor y a la unión con vuestro Hijo Jesús.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Viernes de la cuarta semana de Pascua


Libro de los Hechos de los Apóstoles 13,26-33. 
Habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:
"Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios.
En efecto, la gente de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, ni entendieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado, pero las cumplieron sin saberlo, condenando a Jesús.
Aunque no encontraron nada en él que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo condenara.
Después de cumplir todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del patíbulo y lo pusieron en el sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de entre los muertos
y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo.
Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo a nuestros padres,
fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo segundo: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy."

Salmo 2,6-7.8-9.10-11. 
«Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña.»
Voy a proclamar el decreto del Señor:
El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy.»

«Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra."
Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla»

Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
Sirvan al Señor con temor


Evangelio según San Juan 14,1-6. 
Jesús dijo a sus discípulos:
"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?".
Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí."