jueves, 5 de mayo de 2016

Abortista es visitado por un santo católico y lo que sucede después es increíble Conoce la historia de Stojan Adasevic, el médico de la antigua Yugoslavia que, después de realizar más de 50 mil abortos, descubrió la verdad sobre lo que hacía

El serbio Stojan Adasevic jamás olvidará el día en que, aún como joven estudiante de medicina, estaba organizando algunos archivos en la sala de los médicos, y algunos ginecólogos entraron a la sala.
Sin prestar atención al estudiante agachado tras una pila de papeles en el rincón de la habitación, comenzaron a contar historias de su práctica médica.
El doctor Rado Ignatovic recordó a una paciente que lo había buscado para un aborto, y el procedimiento falló porque el médico no había sido capaz de alinear el cuello del útero. 
Mientras los médicos continuaron discutiendo la historia de la mujer, Stojan, que estaba escuchando, repentinamente se tensionó.
Se dio cuenta que la mujer sobre la que estaban discutiendo, una antigua dentista que trabajaba en una clínica cercana, era nada menos que su madre.
“Ella ya murió –dijo uno de los médicos-, pero yo me pregunto qué sucedió con el hijo no deseado”.
Stojan no pudo resistir. “¡Yo soy ese niño!”, dijo él, levantándose. El silencio se apoderó de la sala. Segundos después, los médicos comenzaron a retirarse.
Durante muchos años, el doctor Adasevic se acordó varias veces de ese evento. Le quedaba perfectamente claro el hecho de que debía su vida a un aborto fallido. Él, por su parte, jamás cometería ese error. Muchas mujeres eran enviadas a él por la dificultad de alinear el cuello del útero.
Ese nunca fue un problema para Stojan. Él se volvió el mayor abortista de Belgrado y, en poco tiempo, superó a su maestro en la profesión, el Dr. Ignatovic, a cuya incompetencia le debía su vida.
“El secreto está en acostumbrar la mano a través de procedimientos frecuentes”, decía él, citando el proverbio alemán, Übung macht Meister, es decir, la práctica hace al maestro.
Fiel a esa máxima, él realizó de 20 a 30 abortos al día. Su récord fue 35 abortos en un solo día. A día de hoy, ha perdido la cuenta de la cantidad de abortos que realizó en sus 26 años de práctica.
Él calcula que entre 48 y 62 mil abortos.
Durante años estuvo convencido de que el aborto –como se enseñaba en las facultades y libros de medicina– era un procedimiento quirúrgico no muy distinto a la extirpación del apéndice.
La única diferencia estaba en el órgano a extirpar: un pedazo de intestino en un caso, un tejido embrionario en el otro.
Las dudas comenzaron a surgir sólo en los años 80, cuando la tecnología del ultrasonido llegó a los hospitales de la antigua Yugoslavia.
Fue entonces cuando Adasevic vio por primera vez en el monitor del ultrasonido lo que hasta ese momento era invisible para él: el interior del vientre de una mujer, un bebé vivo, chupándose el dedo, moviendo sus bracitos y piernitas.
Con relativa frecuencia, fragmentos de aquellos niños luego estarían sobre la mesa que quedaba a su lado.
Yo veía sin ver –recuerda hoy-, pero todo cambió cuando comenzaron los sueños”.
Los sueños de Adasevic
Los sueños, en realidad, eran versiones diferentes de una sola escena, que lo atormentaba cada noche, día tras día, semana tras semana, mes tras mes.
Él soñaba que estaba paseando en un campo soleado, con bellas flores creciendo alrededor, y con el ambiente lleno de mariposas coloridas. Aunque parecía todo muy agradable, una sensación de ansiedad lo oprimía.
Repentinamente, el campo se llenaba de niños riendo, corriendo y jugando a la pelota. La edad de ellos variaba entre los tres o cuatro hasta alrededor de los veinte años. Todos eran increíblemente bellos.
Un niño en particular, y dos niñas, le parecían extrañamente familiares, pero él no lograba recordar dónde los había visto.
Cuando intentaba hablar con ellos, salían corriendo aterrados, gritando. Todo el cuadro estaba presidido por un hombre vestido de hábito negro que asistía atentamente a todo, en silencio.
Todas las noches Adasevic despertaba aterrado y quedaba despierto hasta la mañana. Las pastillas y medicinas de hierbas medicinales eran inútiles.
Una noche, se quedó perturbado durante el sueño y comenzó a perseguir a los niños, que huían. Agarró a uno de ellos, pero el niño lloraba de miedo: “¡Socorro! ¡Asesino! ¡Sálvenme del asesino!”.
En ese momento, el hombre vestido de negro se transformó en una águila, se acercó y le quitó al niño de sus manos.
El médico se despertó con el corazón latiendo como un martillo en sus costillas. El cuarto estaba frío, pero él estaba caliente y cubierto de sudor. A la mañana siguiente, decidió buscar a un psiquiatra. Como no había espacio disponible de inmediato, reservó una cita.
La noche de ese mismo día, sin embargo, decidió que pediría al hombre de sus sueños que se identificara. Fue lo que hizo. El extraño le dijo: “Aunque te lo dijera, mi nombre no significaría nada para ti”. Como el médico insistió, el hombre finalmente respondió: “Me llamo Tomás de Aquino”.
De hecho, el nombre no significaba nada para Adasevic. Era la primera vez que él lo oía. El hombre de negro continuó:
– ¿Por qué no preguntas quiénes son los niños? ¿No los reconoces?
Cuando el médico dijo que no, él respondió:
– Mentira. Tú los conoces muy bien. Estos son los niños que mataste mientras realizabas abortos.
 ¿Cómo es posible? –contestó él– Esos son niños grandes. Yo nunca maté niños ya nacidos. Yo nunca maté a un chico de veinte años.
Tomás contestó:
– Tú lo mataste hace veinte años –respondió el monje-, cuando él tenía tres meses de vida.
Fue entonces cuando Adasevic reconoció los rasgos del chico de veinte años y de las dos niñas.
Ellas se parecían a personas de su círculo cercano, personas a quienes les había realizado abortos a lo largo de los años. El chico se parecía a un amigo cercano de Adasevic. Stojan había realizado un aborto a su mujer hacía veinte años. En las dos niñas el médico reconoció a sus madres, una de las cuales resultó ser su sobrina.
Después de despertar, decidió nunca más practicar un aborto en su vida.
“Sujeté un corazón latiendo en mi mano”
Esa mañana en el hospital lo estaba esperando un sobrino suyo, acompañado de su novia. Ellos habían agendado un aborto con él.
Embarazada de cuatro meses, la mujer estaba lista para deshacerse de su noveno hijo consecutivo.
Adasevic se rehusó, pero su sobrino lo presionó tanto que él cedió, pero aquella sería, de hecho, la última vez.
En el monitor del ultrasonido él veía claramente al niño chupándose su dedo. Al abrir el útero, él introdujo los fórceps, aseguró algo y jaló. En las garras del instrumento estaba un bracito.
Él lo colocó sobre la mesa, pero una de las terminaciones nerviosas del miembro tocó una gota del yodo que estaba derramado ahí. De repente, el brazo comenzó a contraerse. La enfermera que estaba de pie a su lado casi soltó un grito.
Adasevic se estremeció, pero continuó con el aborto. Nuevamente él introdujo los fórceps, agarró algo y jaló. Esta vez, era una pierna. Él pensó para sí, “Mejor no la pondré en esa gota de alcohol”.
Una enfermera que estaba detrás de él dejó caer una bandeja de instrumentos quirúrgicos. Asustado por el ruido, el médico soltó los fórceps y el pie cayó al lado del brazo, y también comenzó a moverse.
El equipo jamás había visto algo así: miembros humanos contorsionándose en la mesa. Adasevic decidió moler lo que aún estaba en el útero y sacar todo en una masa amorfa. Comenzó a moler, aplastar, triturar.
Después de retirar los fórceps, seguro de que había reducido todo a una pasta, sacó un corazón humano. El órgano aún estaba latiendo, cada vez más débil, hasta que paró completamente. 
Entonces se dio cuenta de que había matado a un ser humano.
Todo se oscureció a su alrededor. No logra recordar cuánto tiempo estuvo así. De repente, sintió un tirón en su brazo. La voz atemorizada de una enfermera gritaba: “¡Dr. Adasevic! ¡Dr. Adasevic!”.
La paciente sangrabaPor primera vez en años, el médico empezó a rezar de verdad: “¡Señor, no me salves a mí, sino a esta mujer!”.
Normalmente, el médico tardaba más de diez minutos en limpiar todos los restos del embrión que quedaban en el interior del útero. Esta vez, dos inserciones del instrumento por la vagina fueron suficientes para completar el servicio.
Cuando Adasevic se sacó los guantes, él sabía que aquél había sido el último aborto de su vida.
Un balde, instrumento de aborto
Cuando Stojan le informó al jefe del hospital de su decisión, hubo un tumulto considerable. Nunca antes en un hospital de Belgrado un ginecólogo se había rehusado a realizar abortos. 
Comenzó, entonces, la presión. Su salario fue reducido a la mitad. Su hija fue despedida de su empleo. Su hijo fue reprobado de la selectividad. Adasevic fue atacado por la prensa y la televisión.
El estado socialista –decían– había educado a Adasevic para que él realizara abortos, y ahora él saboteaba al estado.
Dos años de persecución lo llevaron al borde de un colapso nervioso. Él estuvo a punto de pedir al administrador que lo recolocara nuevamente a hacer abortos, cuando Tomás de Aquino se le volvió a aparecer en sueños, tocando su hombro le dijo: “Tú eres mi buen amigo. Sigue luchando”.
Adasevic, entonces, comenzó a participar en el movimiento provida, viajando por toda Yugoslavia dando conferencias y charlas sobre el aborto. Logró exhibir dos veces en la emisora estatal del país el video El grito silencioso, del Dr. Bernard Nathanson:

Al inicio de los años 90, en gran parte gracias al activismo de Adasevic, el parlamento yugoslavo aprobó un decreto protegiendo los derechos del feto. 
El decreto fue presentado al entonces presidente Slobodan Milosevic, que se rehusó a firmarlo. Con los conflictos en la región de los Balcanes, el decreto cayó en el olvido.
En cuanto a la guerra, Adasevic estaba convencido de que el genocidio que aconteció en la región no se debía a otra cosa sino a la alienación de Dios y a la falta de respeto por la vida humana.
Para probar su punto de vista, Adasevic describió una práctica común en la Yugoslavia socialista.
Como sus leyes protegían la vida del bebé sólo a partir del momento de su primera respiración, es decir, cuando llora por primera vez, los abortos eran legales en el séptimo, octavo y hasta en el noveno mes de gestación.
Al lado de la silla de partos había siempre un balde de agua. Antes de que el niño tuviese la oportunidad de llorar, el médico le tapaba la boca y lo sumergía en el agua. Oficialmente eso era un aborto, y era todo perfectamente legal, ya que el niño nunca respiraba por primera vez.
A ese respecto, a Adasevic le gustaba citar a Madre Teresa de Calcuta: “¿Si una madre puede matar a su propio hijo, cómo les decimos a las personas que no maten a otras?”.
Actualmente, la mayor parte de los abortos se realiza en clínicas privadas, las cuales no divulgan estadísticas sobre el procedimiento.
Incluso así, Adasevic calcula que un número muy alto de abortos sucede en la región:
“Lo que complica un análisis en esa área es el uso de abortivos como el DIU y la píldora RU-486, oficialmente clasificados como anticonceptivos. Los ancianos del Monte Athos, con los cuales hablé, clasifican los anticonceptivos entre pecaminosos y satánicos. Los primeros son los que previenen la unión del espermatozoide y el óvulo. Los segundos son los que matan al niño ya concebido – precisamente lo que el DIU y la píldora del día después hacen. El dispositivo intrauterino actúa como una espada, que separa al pequeño ser humano de su fuente de alimento en el útero. Es una muerte terrible. Un ser humano muere de hambre en un lugar lleno de nutrientes”.
Ahora que, gracias a la intervención de santo Tomás de Aquino, Adasevic es capaz de mirar la humanidad del feto, él está convencido de que existe una “guerra real” que se lleva a cabo, “trabada por los que ya nacieron contra los que no han nacido”.
“En esa guerra, ya crucé la frontera varias veces: primero, como feto condenado a la muerte, después cuando me volví abortista, y ahora como apóstol provida”.

Fuente: Os Peregrinos de São Miguel | Traducción y adaptación al portugués: Equipe Christo Nihil Praeponere

5 poderosas oraciones de acción de gracias para la Sagrada Eucaristía Líbrame por medio de tu sagrado Cuerpo, que yo mismo he presumido recibir indignamente


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Fr Lawrence Lew, O.P.




1. Oración de Santo Tomás de Aquino
Gracias te doy, Señor, Padre Santo, omnipotente y eterno Dios, porque te has dignado saciarme a mí, pecador e indigno siervo tuyo, sin mérito alguno, sino por tu sola misericordia, con la participación del sacratísimo Cuerpo y Sangre de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Te suplico que esta sagrada comunión no sea para mí motivo de castigo, sino que me auxilie para conseguir el perdón. Sea armadura de mi fe, escudo de mi buena voluntad, muerte de todos los vicios, exterminio de todos mis carnales apetitos, aumento de caridad, de paciencia, humildad, obediencia y de todas las virtudes. Sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu, firme defensa contra todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo, único y verdadero Dios, y sello feliz de mi dichosa muerte. Te ruego que tengas por bien llevar a este pecador a aquel convite inefable, donde Tú con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres para tus santos luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo perdurable, dicha consumada y felicidad perfecta. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.
2. Oración de San Juan Crisóstomo
Te damos gracias, clementísimo Dueño y Redentor de nuestras almas, porque también en el presente día nos has hecho dignos de los misterios celestes e inmortales. Dirige Tú nuestro camino; consérvanos en tu temor; defiende nuestra vida; asegura nuestros pasos con las oraciones y la intercesión de la Santa y Gloriosa Madre de Dios y siempre Virgen, María. Oh Dios, seas exaltado en los cielos y permanezca tu gloria sobre toda la tierra, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
3. Domine Iesu Christe
Oh Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, quien de acuerdo a la voluntad del Padre, en cooperación con el Espíritu Santo, has traído vida a este mundo por medio de Tu muerte, líbrame por medio de tu sacratísimo Cuerpo, mismo que yo he presumido recibir indignamente, de todas mis iniquidades y de todo mal, haz que me aferre a tus mandamientos y no permitas que me separe de Ti. Amén.
4. El Anima Christi
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.

5. Oración a la Virgen María
Oh María, Virgen y Madre Santísima, he recibido a tu Hijo amadísimo, que concebiste en tus inmaculadas entrañas, criándolo y alimentándolo con tu pecho, y lo abrazaste amorosamente en tus brazos. Al mismo que te alegraba contemplar y te llenaba de gozo, con amor y humildad te lo presento y te lo ofrezco, para que lo abraces, lo ames con tu corazón y lo ofrezcas a la Santísima Trinidad en culto supremo de adoración, por tu honor y por tu gloria, y por mis necesidades y por las de todo el mundo. Te ruego, piadosísima Madre, que me alcances el perdón de mis pecados y gracia abundante para servirte, desde ahora, con mayor fidelidad; y por último, la gracia de la perseverancia final, para que pueda alabarle contigo por los siglos de los siglos. Amén.

Lo que dice el Papa sobre el papel de la mujer en la Iglesia

El Papa Francisco lo dijo en la improvisada rueda de prensa durante el vuelo de regreso de la JMJ de Brasil: La mujer en la Iglesia es muy importante.

FRANCISCO 28 julio 2013
"La Virgen María era más importante que los Apóstoles, los obispos, los diáconos y los sacerdotes. La mujer, en la Iglesia, es más importante que los obispos y los sacerdotes; el cómo es lo que debemos intentar explicitar mejor”.

También dijo que le "preocupa mucho” potenciar el papel de la mujer en la Iglesia, en el 25 aniversario de la carta Mulieris Dignitatem. Reconoció que sufría al ver que en ocasiones "la función de servicio de la mujer se transforma en un papel de servidumbre”.

Para el Papa es importante la presencia del "genio femenino” en la sociedad y en la vida pública. Ante las mujeres del Centro Italiano Femminile reivindicó el papel insustituible de la mujer en estos ámbitos.

FRANCISCO 
25 enero 2014
"En las últimas décadas, junto a otras transformaciones culturales y sociales, también la identidad y el papel de la mujer en la familia, la sociedad y la Iglesia, han experimentado cambios significativos. En general, la participación y responsabilidad de la mujer han aumentado”. 

Francisco quiere una Iglesia con una "presencia femenina más incisiva”. Así lo dijo en la entrevista a Civiltà Cattólica.  Pero dice que reducirla al sacerdocio femenino es clericalizarla.


El poder del amor

En estos tiempos de tecnologías... qué nos pasa? 
Nos sentamos a la mesa y todos con los smartphone, o tablets. Nadie conversa.
En el viaje en coche, nuestros menores van viendo el blue ray...
Dónde queda el consuelo de una palabra amable, una caricia, el roce piel con piel?.
Observa el vídeo y reflexiona.



MONS. XAVIER NOVELL VALORA LAS III JORNADAS NUEVA EVANGELIZACIÓN

Después de algo más de una semana tras la finalización de las III Jornadas Nueva Evangelización, hemos querido palpar el parecer de Monseñor Xavier Novell, obispo de Solsona, a quien tuvimos el gusto de escuchar en las referidas jornadas.
P.- ¿Qué valoración hace de las jornadas y de lo experimentado y compartido?
R.- Quedé maravillado de la experiencia. Bien organizado, mucha gente, mucha representación de las parroquias de la diócesis, muchos sacerdotes, la presencia paterna de vuestro obispo, ambiente fraterno y de apertura de corazón a lo que el Señor quería regalar a vuestra Iglesia en ese fin de semana... ¡Felicidades!

P.- Una sugerencia para empezar el camino tras este "brainstorming" pastoral.
R.- Empezar una reunión semanal de lectio divina sobre los Hechos de los Apóstoles.

P.- ¿Cómo cambiar las estructuras del "siempre se ha hecho así" al "atrevámonos a primerear. Hagámoslo posible"?
R.- Al principio, es mejor no cambiar nada, sino añadir algo nuevo. Lentamente lo nuevo no sólo va a pedir más tiempo, sino que además manifestará su prioridad. No tardará el momento para plantearse la necesidad de cambios, también de aquello que “siempre se ha hecho así”.

100 refugiados llegan a Europa a través de corredores humanitarios Ecumenismo de la caridad aplicado por San Egidio y las Iglesias evangélicas para salvar familias y niños refugiados de traficantes sin escrúpulos

El papa Francisco ha pedido en varias ocasiones que los cristianos se unan para hacer obras de caridad. En esta línea, 101 refugiados sirios se han beneficiado de la iniciativa ecuménica de los “corredores humanitarios” organizados por la comunidad de San Egidio y las Iglesias evangélicas.
Este martes 3 de mayo en la mañana fue fiesta en la sala del Terminal 5 del aeropuerto de Fiumicino para varias familias sirias procedentes desde Beirut (Líbano), las cuales llegaron a Roma sin necesidad de pagar miles de euros a traficantes sin escrúpulos con el riesgo de perder la vida en viajes de fortuna.
“Un ambiente conmovedor” hecho de dignidad y solidaridad. Llegar en avión, y no en una chalupa, es posible.
“Ellos se sentían seguros y acogidos. Un señor de 83 años armenio con su mejor vestido manifestaba una gratitud rebosante y contagiosa”, dijo Gaëlle Courtens, de la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia (FCEI), a Aleteia, comentado el ambiente de esta jornada que calificó como “histórica” para la caridad ecuménica.
El frenético aeropuerto se convirtió en un lugar de esperanza para 94 personas y 34 niños nacidos en Homs, Alepo, Hama, Hassaka, entre ellos una familia de refugiados de Irak. “El 30% son cristianos de varias confesiones”, confirmó Courtens.
Después del gesto de Francisco cuando trasladó a tres familias de refugiados desde la isla griega de Lesbos al Vaticano, un segundo grupo de familias sirias se encuentra sana y salvo en el bel paese gracias a un acuerdo alcanzado a mediados de diciembre entre el gobierno italiano (ministerios de Exteriores y de Interior), la Comunidad de San Egidio, la FCEI y la Mesa Valdés.
San Egidio informó que este proyecto prevé que lleguen mil personas en dos años, y no sólo del Líbano, sino también de Marruecos y de Etiopía.
Se trata de un importante ejemplo de acogida e integración para toda Europa, un modelo replicable en otros países de la Unión.
Las familias que llegaron hoy a Roma fueron acogidas por el equipo ecuménico integrado por los agentes de “Mediterranean Hope-FCEI” y de San Egidio, además del pastor Luca Maria Negro, presidente de la FCEI; y Andrea Riccardi, fundador de San Egidio, entre otras personalidades.
Acojamos con alegría y brazos abiertos a estos nuevos europeos, gracias a los cuales construimos puentes”, subrayó Andrea Ricardi, que habló contra la “Europa de los muros”.
Solidaridad y legalidad se pueden combinar con transparencia“, reafirmó, “la colaboración entre Estado y sociedad civil es un valor agregado”.
La iniciativa ecuménica está dirigida a familias y personas, víctimas de persecuciones, torturas y violencia, núcleos con niños, mujeres solas, ancianos, enfermos, personas discapacitadas.
El objetivo fundamental es hacer llegar a estas personas vulnerables de manera segura y legal a Europa sin poner en peligro su vida atravesando el Mediterráneo, o por vía más tortuosas como la de los Balcanes.
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Los corredores humanitarios son producto de una colaboración ecuménica entre cristianos católicos y protestantes; signo de un ecumenismo de la sangre que se convierte en ecumenismo de la caridad, parafraseando al papa Francisco.
Las familias con sus criaturas serán huéspedes de una red de casas y estructuras de acogida situadas en diversas regiones de Italia: Lombardia, Piemonte, Umbria, Lazio, Toscana y Basilicata.
Esta no es la primera vez: ya en el mes de febrero, 97 adultos y 43 niños refugiados habían realizado la misma ruta salvadora. En suma, hasta el momento son 200 las personas beneficiadas del proyecto.

¿Por qué mayo es el Mes de María?

Virgen María / Pixabay (Dominio Público)

REDACCIÓN CENTRAL, (ACI).- Durante siglos la Iglesia Católica ha dedicado todo el mes de mayo para honrar a la Virgen María, la Madre de Dios. Aquí te explicamos por qué.
La costumbre nació en la antigua Grecia. El mes mayo era dedicado a Artemisa, la diosa de la fecundidad. Algo similar sucedía en la antigua Roma pues mayo era dedicado a Flora, la diosa de la vegetación. En aquella época celebraban los ludi florals o los juegos florales a finales de abril y pedían su intercesión.
En la época medieval abundaron costumbres similares, todo centrado en la llegada del buen tiempo y el alejamiento del invierno. El 1 de mayo era considerado como el apogeo de la primavera.
Durante este período, antes del siglo XII (doce), entró en vigor la tradición de Tricesimum o "La devoción de treinta días a María". Estas celebraciones se llevaban a cabo del 15 de agosto al 14 de septiembre y todavía puede observarse en algunas áreas.
La idea de un mes dedicado específicamente a María se remonta a los tiempos barrocos - siglo XVII (diecisiete)-. A pesar de que no siempre se llevó a cabo en mayo, el mes de María incluía treinta ejercicios espirituales diarios en honor a la Madre de Dios.
Fue en esta época que el mes de mayo y de María se combinaron, haciendo que esta celebración cuente con devociones especiales organizadas cada día durante todo el mes. Esta costumbre se extendió sobre todo durante el siglo XIX (diecinueve) y se practica hasta hoy.
Las formas en que María es honrada en mayo son tan variadas como las personas que la honran.
Es común que las parroquias tengan en mayo un rezo diario del Rosario y muchas erijan un altar especial con una estatua o imagen de María. Además, se trata de una larga tradición el coronar su estatua, una costumbre conocida como Coronación de Mayo.
A menudo, la corona está hecha de hermosas flores que representan la belleza y la virtud de María, y también es un recordatorio a los fieles para esforzarse en imitar sus virtudes. Esta coronación es en algunas áreas una gran celebración, y por lo general, se lleva a cabo fuera de la Misa.
Sin embargo, los altares y coronaciones en este mes no son solo cosas "de la parroquia". Podemos y debemos hacer lo mismo en nuestros hogares para participar más plenamente en la vida de la Iglesia.
Debemos darle un lugar especial a María no porque sea una tradición de larga data en la Iglesia o por las gracias especiales que se pueden obtener, sino porque María es nuestra Madre, la madre de todo el mundo y porque se preocupa por todos nosotros, intercediendo incluso en los asuntos más pequeños.
Por eso se merece todo un mes en su honor.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.

Jueves de la sexta semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 18,1-8. 
Pablo dejó Atenas y fue a Corinto.
Allí encontró a un judío llamado Aquila, originario del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer Priscila, a raíz de un edicto de Claudio que obligaba a todos los judíos a salir de Roma. Pablo fue a verlos,
y como ejercía el mismo oficio, se alojó en su casa y trabajaba con ellos haciendo tiendas de campaña.
Todos los sábados, Pablo discutía en la sinagoga y trataba de persuadir tanto a los judíos como a los paganos.
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por entero a la predicación de la Palabra, dando testimonio a los judíos de que Jesús es el Mesías.
Pero como ellos lo contradecían y lo injuriaban, sacudió su manto en señal de protesta, diciendo: "Que la sangre de ustedes caiga sobre sus cabezas. Yo soy inocente de eso; en adelante me dedicaré a los paganos".
Entonces, alejándose de allí, fue a lo de un tal Ticio Justo, uno de los que adoraban a Dios y cuya casa lindaba con la sinagoga.
Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su familia. También muchos habitantes de Corinto, que habían escuchado a Pablo, abrazaron la fe y se hicieron bautizar.



Salmo 98(97),1.2-3ab.3cd-4. 
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.





Evangelio según San Juan 16,16-20. 
Jesús dijo a sus discípulos:
"Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver".
Entonces algunos de sus discípulos comentaban entre sí: "¿Qué significa esto que nos dice: 'Dentro de poco ya no me verán, y poco después, me volverán a ver'?. ¿Y que significa: 'Yo me voy al Padre'?".
Decían: "¿Qué es este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir".
Jesús se dio cuenta de que deseaban interrogarlo y les dijo: "Ustedes se preguntan entre sí qué significan mis palabras: 'Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver'.
Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo."



Leer el comentario del Evangelio por : San Juan Crisóstomo 
«Ahora estáis tristes, pero volveré..., y vuestra alegría, nadie os la quitará»