sábado, 2 de diciembre de 2017

Decálogo de la Corona de Adviento



Memoria, símbolo, profecía en cuatro velas y unas ramas

1.- Noción: Se trata de una corona de ramas verdes, en la que se fijan cuatro velas vistosas, generalmente violáceas. Suele colocarse sobre una mesita, o sobre un tronco de árbol, o colgada del techo con una cinta elegante. En principio, no se pone encima del altar, sino junto al ambón o en otro lugar adecuado como, por ejemplo, junto a una imagen o icono de la Virgen Madre, siempre Santa María del Adviento. La corona de Navidad es así el primer anuncio de la Navidad.
 
2.- Orígenes e inculturación: Es una costumbre originaria de los países germánicos y extendida a América del Norte, ya convertida en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos y de las parroquias y comunidades.
 
Durante el frío y la oscuridad del final del otoño, los pueblos germánicos precristianos recolectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida del sol naciente y de la primavera.
 
Ejemplo, pues, de cristianización de la cultura donde lo viejo toma un nuevo y pleno sentido, la Corona de Adviento encuentra un espléndido referente en Jesucristo, la luz del mundo, el vencedor de la oscuridad y de las tinieblas.
 
3.- Los contenidos de la Corona de Adviento: Una corona circular, ramas o follaje verde, cuatro velas y algún adorno sobre ellas como manzanas rojas y el listón rojo.
 
4.- La corona circular: El círculo hace presente la figura perfecta que no tiene principio ni fin, evocando la unidad y eternidad del Señor Jesucristo que es el mismo ayer, hoy y siempre (cfr. Heb 13, 8). Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio ni fin. Es asimismo interpelación para que también nuestro amor a Dios y amor al prójimo tampoco finalice nunca.
 
5.- El follaje verde perenne: Las ramas verdes pueden ser de ramas de pino, abeto, hiedra…. Representan a Cristo eternamente vivo y presente entre nosotros.
 
6.-Los adornos: Son unas manzanas rojas y un listón rojo. Las manzanas representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva. Hablan, pues, del pecado de la expulsión del paraíso y el anhelo permanente del hombre de regresar a él. Por eso el listón rojo significa el amor de Dios que nos envuelve y nuestra respuesta también de amor a ese amor de Dios.
 
7.- Las cuatro velas: Representan los cuatro domingos que jalonan este tiempo de vigilante espera. Nos hacen pensar en la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Y así con cada vela que encendemos, la humanidad se iluminó y sigue iluminando con la llegada de Jesucristo a nuestro mundo.
 
8.- El encendido de las velas: Como expresión de alegre expectación, cada semana, se realiza el rito de encender las velas correspondientes: el primer domingo de Adviento, una, el segundo, dos, el tercero, tres, el cuarto y último, las cuatro.
 
El progresivo encendido de estos cirios nos hace tomar conciencia del paso del tiempo en el que esperamos la última y definitiva venida del Señor. Este itinerario, acompañado de alguna oración o canto, nos marcará los pasos que nos acercan hasta la fiesta de Navidad, y nos ayudará a tener más presente el tiempo en que nos encontramos.
 
9.- El rito del encendido de las velas: El rito encendido de la corona se puede realizar en todas las misas dominicales de la parroquia, incluyendo la vespertina del sábado. En las comunidades religiosas, en cambio, será mejor hacerlo en la celebración que inaugure cada semana: las primeras Vísperas.
 
La Corona que se ha instalado en la iglesia parroquial, se puede bendecir al comienzo de la misa. La bendición se hará después del saludo inicial, en lugar del acto penitencial.
 
10.- La metáfora, el significado global de la Corona de Adviento: Este sencillo lucernario es a la vez memoria, símbolo y profecía.
 
** Es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo.
 
** Es símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera, hasta el amanecer del Sol de justicia.
 
** Es profecía de Cristo, luz del mundo que volverá para iluminar definitivamente al mundo y a quien esperamos con las lámparas encendidas.
 
Artículo originalmente publicado por Revista Ecclesia

¿Quieres protección para tu familia? Reza a Santa Marta


La oración de las madres para pedir protección espiritual

Marta era la hermana de María de Betania y de Lázaro, a quien Cristo resucitó. Sabemos muy poco de ella, sólo lo que está escrito en los evangelios de Lucas y Juan.
Según lo que podemos apreciar de los episodios evangélicos, Jesús amaba a Marta, María y Lázaro. Entre ellos había una especial relación de Jesús hacia esta familia muy devota (Cfr Juan 11,5)
Fue Santa Marta quien amorosamente sirvió y atendió al Señor Jesús y a sus discípulos cuando estuvo de visita en su casa. Así lo narra el Evangelio de Lucas (10,38-42):
Marta estaba preparando la comida para Jesús y sus discípulos a quienes ya los había recibido como huéspedes especiales. Ella se dio cuenta de que la tarea sería más fácil si su hermana le ayudara y observó que María estaba sentada en silencio a los pies de Jesús, escuchándolo. En eso, ella interrumpe a Jesús y le dice: “Señor, dile a mi hermana para que venga a ayudarme“… Jesús estaba muy satisfecho con el servicio amoroso y desprendido que había tenido Marta para con todos ellos, sin embargo, Él quería que ella se diese cuenta de que la escucha de la Palabra de Dios y la oración es aún mucho más importante. Así que Jesús le responde muy cariñosamente,
“Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas. Sin embargo, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”
No es que el servicio no sea importante, por supuesto que lo es, pero para ello, primero debemos asistir a la invitación del Señor, a escuchar su palabra para luego ponerla en práctica, tal como lo diría anteriormente a la multitud que lo seguía llamándolo: «Señor, Señor..»… Él respondería: “todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las practica… se parece al hombre que construyó su casa sobre la roca” (Lc 6,47-48) O como cuando también dijo a su pueblo que “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”… Entonces aquí nos damos cuenta de lo importante que es escuchar al Señor primero, asistir a su llamado.

La oración de las madres de familia a Santa Marta

Oh Santa Marta dichosa, que
tantas veces tuviste el honor y la
alegría de hospedar a Jesús en el
seno de tu familia, de prestarle
personalmente tus servicios domésticos,
y que juntamente con tus santos
hermanos Lázaro y María Magdalena,
gozaste de su divina conversación
y doctrina, ruega por mí y por mi familia,
para que en ella se conserve la paz
y el mutuo amor, para que
todos sus miembros
vivan en la observancia de la
Ley de Dios, y para que sólo Dios,
y no el mundo ni el pecado,
reine en nuestro hogar.

Libra a mi familia de toda
desgracia espiritual y temporal,
ayúdame en el cuidado
de mis hijos y subordinados,
y concédeme la dicha de verlos
unidos bajo la mirada paternal de Dios
en la tierra, para volver a verles reunidos
en las moradas del cielo. Amén


Adviento: una guía de 4 semanas para prepararte intensamente


Tiempo de disponer nuestro corazón para recibir a ese maravilloso Ser quien por puro amor a nosotros se “anonadó”

Sabemos que, como parte de la iglesia que fundó Cristo, celebramos su nacimiento al mundo con una gran fiesta a la que llamamos Navidad. Esta fiesta es sumamente importante, tanto que nos preparamos para recibirla con un periodo de tiempo llamado Adviento y el cual comienza 4 domingos antes de su nacimiento.
La palabra adviento significa “llegada o venida” y es una invitación a vivir en vigilancia, diligencia, sacrificio, penitencia, oración y con un espíritu esperanzador, generoso y agradecido hacia ese ser que siendo todo Dios se hizo hombre y nació por amor a ti y a mí.
Como en todas las tradiciones decembrinas su significado más importante no es el exterior, sino el interior. Es decir, saber, conocer y sobretodo vivir el fin espiritual que cada costumbre trae consigo.
Por ejemplo, la corona de advriento donde las familias se reúnen para hacer oración en torno a ella  la cual está hecha de ramas de hojas perennes y simboliza la alegría del tiempo de preparación a la navidad. Esta se decora con velas las cuales se enciende una cada domingo como símbolo de que estamos en espera del Señor con “la lámpara encendida”, listos para su llegada.
Piensa, ¿cómo preparas tu casa cuando esperas la llegada de ese invitado que para ti es muy especial, o de esa persona a la que amas profundamente y hace tiempo no ves? ¿Cómo te preparas tú personalmente para hacerle sentir bienvenido?
Segura estoy que la limpias hasta dejarla inmaculada, impecable; preparas tus mejores recetas no importando cuanto te canses, gastes o te sacrifiques. Y tú, te bañas, te perfumas, te arreglas con el atuendo que mejor te hace lucir, todo con tal de hacerle sentir que es muy importante para ti.
Imagínate, si eso haces por una persona de carne y hueso como tú y como yo, ¿cuánto más crees que debas preparar la morada de tu alma, alistar tu espíritu para recibir a ese Ser que es el amor y dueño absoluto, y que no sólo viene de visita, sino que si tú se lo permites, puede vivir en tu alma eternamente, hacer de ti su morada eterna?

¿Qué puedes hacer para preparar tu alma este Adviento?

Cada domingo reúnete en familia y vive la tradición de la corona: enciende una vela, lee el evangelio, haz oración y trabaja en algunas virtudes y valores cada semana. Te comparto algunas sugerencias.
Primera semana: a limpiar. Vive la virtud de la pureza, del perdón y de la rectitud de intención. Asea tu interior con un espíritu vigilante, y limpia en ti todo aquello que no te permita vislumbrar con claridad la magnificencia que Dios ha obrado en ti.
Ponte atento a lo que verdaderamente te hace crecer en amor, y lo que no, deséchalo. Limpia tu alma con un profundo examen de conciencia, pensando en las cosas que te separan de Dios. Luego haz una buena confesión y pídele perdón.
Tú también perdona. Saca de tu corazón aquello que te impida experimentar en profundidad su amor, mismo amor que deseas vivir y transmitir en plenitud a tus semejantes. Puedes hacer esta oración:
Padre bueno, humildemente te suplico dame todo eso que no te he sabido pedir y quítame lo que no te he sabido entregar. Aparte de mí lo que me aparte de ti y nunca permitas que ningún amor humano, ningún bien material, ni ninguna circunstancia de mi vida me separe de ti, de la verdad, de tu corazón porque deseo ser solo tuyo, mi Señor, completamente tuyo.
Segunda semana : a ordenar. La verdadera paz comienza teniendo los amores en orden, viviendo la vida en prioridades, la principal: desear la santidad y llevar almas a Dios.
Ordena tus afectos poniendo a Dios como número uno.  Viviendo en obendiencia a sus mandamientos experimentarás orden interior y, por lo tanto, vivirás en verdadera paz. Y esa misma paz será la que transmitas al mundo. Que los demás te vean y digan: “Quiero ser como tu”.
Recuerda que paz no significa ausencia de problemas. Esta es fruto de vivir con la certeza que detrás de cada evento o circunstancia -por muy dolorosos que estos sean- está la mano de Dios y un plan perfecto de salvación para ti y los tuyos.
Tercera semana: a servir. Esta semana vive la caridad y la misericordia hacia tus semejantes con un espíritu por demás alegre. Tu servicio, fruto de un auténtico amor y sacrificio, es alimento para tu alma, motor para tu vida y vehiculo del amor de Dios hacia los demás.
Recuerda que dando es cuando verdaderamente recibimos. Amar y servir a ese que nunca te reta es muy fácil; amar y servir a aquel que te hace desatinar con todo y sus defectos, tratando de ver en él únicamente el rostro de Cristo, eso es misericordia.
Cuarta semana: a gozar. Esta es la gran semana, así que a vivir el gozo y la felicidad con el alma henchida de esperanza. Estas nunca serán fruto de tener, sino de SER… Date cuenta de la magnitud de personaje que eres y vive con tal dignidad haciendo honor a ese nombre que llevas: HIJO DE DIOS.

Vive intensamente el Adviento con estos retos para cada día

Imagen referencial / Foto: Pixabay (Dominio Público)

Por cuarto año consecutivo, Católicos Con Acción, una plataforma que crea contenidos para evangelizar por Internet, presentó “Adviento Con Acción”, una iniciativa que propone 23 desafíos, uno para realizar cada día en este tiempo de preparación para la Navidad.
Entre los retos figura visitar a un enfermo, invitar a comer a un amigo del que uno se ha distanciado, alimentar a una persona hambrienta y hacer un acto servicial.
El calendario inicia el 3 de diciembre, en el Primer Domingo de Adviento, y termina el día 25 en Navidad.
Durante la presentación, Católicos Con Acción explicó que “esta herramienta pretende impulsar nuestro testimonio de fe en esta época para ser discípulos en lo cotidiano, santos de las periferias existenciales y testigos del Evangelio de Jesús, el Salvador encarnado que pronto nacerá”.
“Vivir el Adviento en nuestros días es un reto por sí solo; el consumismo, las prisas y el ruido del mundo alejan a los cristianos del sentido real de esta época y distraen nuestra preparación espiritual hacia la Navidad”, precisaron.
También señalaron que la iniciativa “Adviento con Acción” busca “sintonizar nuestra vivencia cristiana con el camino de la Iglesia que en estos meses se prepara a celebrar la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos cuyo tema será: ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’”.
“El ‘Adviento con Acción’ en este año 2017 nos ayudará a configurarnos con Cristo y reflexionar sobre nuestro rol en el mundo”.
“Es común que la juventud hoy en día se ‘acomode’ en su sofá y disfrute de un entretenimiento virtual a través de las redes sociales y canales multimedia de series y películas; no decimos que esto sea malo, pero hemos sido hechos para un propósito más grande que la comodidad, el aislamiento y el entretenimiento”, expresaron los autores del calendario.
Recordaron durante la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia en el 2016, el Papa Francisco afirmó que “el tiempo que hoy estamos viviendo, no necesita jóvenes-sofá”, sino que el “mundo de hoy les pide que sean protagonistas de la historia porque la vida es linda, siempre y cuando queramos vivirla, siempre y cuando queramos dejar una huella”.
Puede descargar el calendario completo con los desafíos para el Adviento AQUÍ.

Sábado de la trigésima cuarta semana del tiempo ordinario


Libro de Daniel 7,15-27. 

Yo, Daniel, quedé profundamente turbado en mi espíritu, y las visiones de mi imaginación me llenaron de espanto.
Me acerqué a uno de los que estaban de pie y le pregunté la verdad acerca de todo aquello. El me habló y me hizo conocer la interpretación de las cosas.
"Esos cuatro animales enormes son cuatro reyes que se alzarán de la tierra;
y los Santos del Altísimo recibirán la realeza, y la poseerán para siempre, por los siglos de los siglos".
Entonces quise saber la verdad acerca del cuarto animal, que era diferente de todos los demás, extremadamente horrible, y que tenía dientes de hierro y garras de bronce: el que devoraba, trituraba y pisoteaba el resto con las patas;
y también acerca de los diez cuernos de su cabeza, y del otro cuerno que se había elevado y ante el cual habían caído tres; es decir, el cuerno que tenía ojos y una boca que hablaba con insolencia, y que parecía más grande que los otros.
Yo miraba, y este cuerno hacía la guerra a los Santos del Altísimo y prevalecía sobre ellos,
hasta que vino el Anciano, se hizo justicia a los Santos del Altísimo y llegó el momento en que los Santos entraron en posesión de la realeza.
El habló así: "En lo que respecta al cuarto animal, habrá sobre la tierra un cuarto reino, diferente de todos los reinos: él devorará toda la tierra, la pisoteará y la triturará.
En cuanto a los diez cuernos, de este reino surgirán diez reyes, y otro surgirá después de ellos: será diferente de los anteriores y abatirá a tres reyes.
Hablará contra el Altísimo y maltratará a los Santos del Altísimo. Tratará de cambiar los tiempos festivos y la Ley, y los Santos serán puestos en sus manos por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo.
Pero luego se sentará el tribunal, y a ese rey se le quitará el dominio, para que sea destruido y aniquilado definitivamente.
Y la realeza, el dominio y la grandeza de todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los Santos del Altísimo. Su reino es un reino eterno, y todos los imperios lo servirán y le obedecerán".

Libro de Daniel 3,82.83.84.85.86.87. 
Todos los hombres, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Israel, bendice al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!

Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Servidores del Señor, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!

Espíritus y almas de los justos, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Santos y humildes de corazón, bendigan al Señor,
¡alábenlo y glorifíquenlo eternamente!


Evangelio según San Lucas 21,34-36. 
Jesús dijo a sus discípulos:
"Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes
como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".