viernes, 5 de enero de 2018

¿Quieres una familia unida y saludable? Estas 13 tradiciones católicas pueden ayudar

Imagen referencial. Foto: Pixabay / Dominio Público.

El Arzobispo de Nueva York (Estados Unidos), Cardenal Timothy Dolan, alentó a recuperar una serie de “ricas tradiciones” muchas veces olvidadas por los católicos, y que considera “poderosamente providenciales para mantener a las familias unidas, fuertes, saludables y santas”.
En una publicación en su blog, titulada “Nuestras bellas tradiciones católicas”, el Cardenal Dolan dijo que “nosotros en la Iglesia tenemos un tesoro de actos de oración y devoción, simples, caseros, probados que mantienen fuertes a los matrimonios y las familias, enamorados y cerca de Dios”.
El problema, advirtió, es que hemos olvidado y no ponemos en práctica muchas de estas tradiciones.
“Necesitamos toda la ayuda posible en estos días de tensión, confusión y desafío en la vida matrimonial y en la familia”, señaló.
Estas son las 13 tradiciones que recomienda recuperar el Arzobispo de Nueva York, aunque aseguró que “pueden ciertamente añadir (más) a la lista”:
1. Celebraciones alegres pero sencillas de bautismos, primeras comuniones, confirmaciones, matrimonios y aniversarios de matrimonio.
2. Adorar a Dios fielmente juntos como una familia en la Misa dominical, y preservar los regalos de tiempo de calidad y una comida juntos, al menos en el Día del Señor, si no se puede más a menudo durante la semana.
3. Tener agua bendita, crucifijo, Biblia e imágenes de Jesús, María y los santos en nuestras casas.
4. Una verdadera celebración del Adviento, mientras nos preparamos a celebrar el nacimiento de Jesús.
5. Una atención especial a la preparación del pesebre de Navidad en la casa.
6. El cumplimiento en familia de la Cuaresma, especialmente a través de prácticas penitenciales comunes, mayor compasión por los pobres, enfermos y necesitados, y acercamiento como familia al sacramento de la reconciliación.
7. Dar a los niños nombres bíblicos y cristianos.
8. Tomar con mucha seriedad los deberes de los padrinos en el bautismo y la confirmación.
9. Pedir a un sacerdote que bendiga un nuevo hogar.
10. Peregrinaciones familiares.
11. Reunirse en torno a familiares que están enfermos y moribundos, y unirse en la fe en el momento de la muerte y el entierro.
12. Recordar a los padres y a los miembros de la familia en la Misa, en el aniversario de su muerte.
13. Pedir la bendición de los padres expectantes y la intercesión especial para parejas que luchan por concebir un bebé.

Feria de tiempo de Navidad (5 ene.)



Epístola I de San Juan 3,11-21. 
Hijos míos:
La noticia que oyeron desde el principio es esta: que nos amemos los unos a los otros.
No hagamos como Caín, que era del Maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano, en cambio, eran justas.
No se extrañen, hermanos, si el mundo los aborrece.
Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte.
El que odia a su hermano es un homicida, y ustedes saben que ningún homicida posee la Vida eterna.
En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.
Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios?
Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad.
En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios
aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas.
Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza,

Salmo 100(99),2.3.4.5. 
Sirvan al Señor con alegría,
lleguen hasta él con cantos jubilosos.
Reconozcan que el Señor es Dios:

él nos hizo y a él pertenecemos;
somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entren por sus puertas dando gracias,

entren en sus atrios con himnos de alabanza,
alaben al Señor y bendigan su Nombre.
¡Qué bueno es el Señor!

Su misericordia permanece para siempre,
y su fidelidad por todas las generaciones.




Evangelio según San Juan 1,43-51. 
Jesús resolvió partir hacia Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: "Sígueme".
Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.
Felipe encontró a Natanael y le dijo: "Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret".
Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?". "Ven y verás", le dijo Felipe.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez".
"¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera".
Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel".
Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía".
Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."