lunes, 12 de febrero de 2018

7 santos que usaron y recomendaron el escapulario de Nuestra Señora del Carmen




“Revístanse de su santo escapulario y ella los conducirá al puerto de la conversión”

San Simón Stock
Él fue quien tuvo la gracia de recibir el escapulario de las manos de la Reina del Cielo. El mismo día, lo apoyó al cuerpo de un moribundo impenitente y obtuvo el primer milagro del escapulario: la conversión del enfermo.
San Juan de la Cruz
Al fraile que lo asistía en su última enfermedad, el santo le preguntó muchas veces qué día de la semana era. Y explicó: “Pregunto porque me vino a la memoria qué beneficio tan grande es el que hace Nuestra Señora a los religiosos de su orden que han llevado su hábito y han hecho lo que pide ese privilegio”. San Juan falleció en la alborada de un sábado, 14 de diciembre de 1591.
Santa Teresa de Jesús
© MADRID11 CC
Con frecuenta se gloriaba de llevar el escapulario “como indigna carmelita”. Y velaba para que sus religiosas no dejaran de dormir con él puesto. Se dirigía a ellas escribiendo: “Sólo puedo confiar en la misericordia del Señor… y en los merecimientos de su Hijo y la Santísima Virgen María, su Madre, cuyo hábito indignamente traigo y vos traéis”.
San Alfonso María de Ligorio
Public Domain
Usaba el escapulario y lo recomendaba insistentemente a los fieles. El escapulario con el que fue enterrado permaneció incorrupto en el sepulcro y hoy es venerado en un relicario en Marianella, su ciudad natal.
San Pedro Claver
Public Domain
Se sirvió incesantemente del escapulario del Carmen en su apostolado con los esclavos en Colombia. Se conserva una pintura representándolo en el lecho de muerte, con un crucifijo en una de las manos y el escapulario sobre el pecho; alrededor de su cama, los fieles a quienes sirvió también traen el escapulario al cuello.
San Juan Bosco
Public Domain
Lo recibió en la infancia y lo difundió durante toda la vida. Fue enterrado en 1888 con el escapulario. En 1929, el escapulario fue encontrado en perfecto estado de conservación, bajo las ropas podridas y los restos mortales momificados del gran apóstol e incomparable educador de la juventud.
San Buenaventura
© Public Domain
San Buenaventura, por Francisco de Zurbarán
Él decía: “Desahoguen el pecho frente a la Virgen del Carmen los pecadores empedernidos: revístanse de su santo escapulario y ella los conducirá al puerto de la conversión.
Hónrenla con el uso del escapulario y demás obligaciones u obsequios de la cofradía”.

10 cosas sencillas para que hoy seas mejor que ayer



La lista se puede aplicar tanto a una jornada que se presenta del revés como a un día prometedor 

La percepción de nuestros días es variable. Unas veces nos parece que nos hemos levantado, como dicen, con el pie izquierdo y todo va a salir mal porque la primera cosa que hemos hecho ha resultado un desastre. Otras veces creemos que la vida nos sonríe y quizá esa idea nos viene de anoche porque nuestro equipo favorito ganó por goleada al contrincante.
Tratar de moderar nuestras sensaciones siempre es un buen recurso, pero ¿qué tal si le damos un tono positivo a la jornada tanto si estamos exultantes como si la vida se nos hace cuesta arriba?

Mejorarás tu entorno

Si uno no sabe por dónde comenzar o cree que para que la vida sea mejor le hace falta asistir a un congreso internacional, acabamos antes si nos proponemos una lista de 10 cosas sencillas, al alcance de cualquiera. Al aplicarlas lograremos que nuestro entorno sea mejor.
Así no solo nos sentiremos bien sino que habremos contribuido a mejorar la sociedad. El beneficio será real.

1.Levántate en cuanto suene el despertador

Vence la pereza ya en el primer combate de la mañana y tendrás todo un día de “orgullo” como si fueras uno de esos jugadores de Nueva Zelanda con su canción guerrera maorí.


2.Deja la cama bien hecha

Sí. La cama. O sea, saca las sábanas y ventila, mete bien los cuatro puntos de ajuste de la sábana bajera, coloca bien la funda nórdica o la manta… A una amiga mía que sufría depresión, su coach le recomendó durante meses esto: “Será suficiente -le dijo- con que hagas bien la cama cada día”. Para algunos quizás eso ya suponga una batalla épica, así que cuando alguien observa que acaba de hacerse la cama bien, crece en autoestima.
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BATHROOM

3.Deja el baño recogido y listo para la siguiente persona

Que estén limpios después de que tú hayas pasado. Que hoy no necesite nadie de tu familia hacer de coche escoba. Un detalle para nota: pon bien las toallas como si fuera a venir un invitado.
Alejandro Ruhl/Shutterstock

4.Respuesta automática: ¿a qué persona estoy desatendiendo últimamente?  

Envíale un whatsapp de buenos días. Así rompes la cadena de desatención. Ya otro día encontrarás el “momento perfecto” para hablar mucho.
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5.Da las gracias a los “anónimos”

Al que espera a que subas al ascensor, al que te entrega un folleto publicitario en la calle, al conductor del autobús, al que reparte la compra del supermercado…
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6.Pon orden en tu bolso o mochila

Tira a la basura lo que ya no sirve y deja en casa lo que está mareado de tanto viaje innecesario.
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7.Llama a quien más quieres

No hace falta ningún motivo para llamar a alguien y decirle que la quieres. Quizá un día quieras hacerlo y no puedas.
Brooke Lark | CC0

8.Friega la taza de café

No acumules nada en el fregadero ni lo dejes para quien vaya a lavar los platos a la hora de la comida.
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9.Prepara en el bolsillo de tu abrigo un pequeño donativo

Dáselo a la primera persona pobre que encuentres y dedícale una mirada de compañía. Puede que sea la única que reciba en todo el día.
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10. Reza

Por la noche, pregúntate a quién deberías agradecer todo lo bueno que te ha ocurrido en el día.
Y dedícale unas palabras, una sonrisa, unas letras, un guiño, un pensamiento de corazón.

¿Conoces la receta de san Alfonso para ser santo?


uno de esos santos anónimos de los que nadie habla y que están olvidados en la historia. No es algo nuevo. Ni es un anhelo exclusivo para nadie. La santa Biblia nos habla de la santidad y el amor de Dios por nosotros, sus hijos.
“Como hijos obedientes, no os amoldéis a las apetencias de antes, del tiempo de vuestra ignorancia, más bien, así como el que os ha llamado es santo, así también vosotros sed santos en toda vuestra conducta, como dice la Escritura: Seréis santos, porque santo soy yo.” (1 Pedro 1, 14-16)
Es un llamado de Dios para toda la humanidad.
“Santifíquense, pues, y sean santos, porque yo soy Yavé, el Dios de ustedes.” 
(Levítico 230, 7)

Nunca esperé que fuese tan difícil esto de la santidad.  Y lo es cuando desconoces el camino. Una cosa es la voluntad para serlo y otra lograrlo. Sé perfectamente que con mis pobres fuerzas nunca podré, por eso acudo con frecuencia a los pies de nuestra Madre del cielo y visito a Jesús Sacramentado en el sagrario.
En esa búsqueda me di cuenta que debía acudir a los que ya habían recorrido el camino y lo conocían bien y podrían describirlo, mostrarnos por dónde andar: los santos de nuestra Iglesia.
Acudí a san Alfonso y encontré en su libro “Práctica del Amor a Jesucristo” una receta de espiritualidad para la santidad. Me encantó. Es bellísima y no pierde actualidad.  Reflejaba mis errores de forma contundente y me ayudó a encontrar el sendero que lleva al Paraíso, si nos esforzamos. Te la comparto:
Hay quienes sí desean amar a Jesús y ser santos, pero a su antojo. Y si uno es melancólico quiere tener santidad, pero alejándose de todos y con pesimismo y melancolía. Y si uno es de carácter muy activo trata de querer ser santo sólo con obras exteriores, sin dedicar tiempo suficiente a la meditación y al silencio y a las buenas lecturas.
Otros creen que para ser santos basta con ayunos y penitencias,aunque no sean amables ni comprensivos, ni serviciales ni alegres. Y muchos se imaginas que serán santos porque se decían a muchas obras de caridad, aunque sus oraciones sean descuidadas y sin fervor. Y no faltan quienes quieren ser santos visitando muchos santuarios y haciendo frecuentes peregrinaciones, pero sin dedicarse seriamente a negarse a sí mismos y a tratar de agradar a Dios con sus palabras obras de cada día.
Para todos ellos hay que recordar que lo primero que hay que buscar en todo es cumplir la santa voluntad de Dios y esmerarse día por día, hora por hora en agradarle a nuestro Señor con nuestro modo de comportarnos”.

D. Damián. 102 años viviendo “como el último de todos y el servidor de todos”

Mons. Da­mián Igua­cen Bo­rau cum­ple 102 años este lunes 12 de fe­bre­ro.Le felicitamos desde los medios digitales de la Diócesis Nivariense. 
Vayan desde estas líneas nuestra sincera felicitación de las Parroquias de San Nicolás de Bari en Las Manchas, San Isidro Labrador en la Laguna de Aridane, San Pío X en Todoque. Nuestra oración por su vida, entregada y generosa. Un hombre bueno. Un hombre de Dios.
Conocemos algo más de su realidad, a través de la entrevista que recientemente le hicieron nuestros compañeros de “Iglesia en Aragón”.
Obis­po emé­ri­to de Te­ne­ri­fe, es el pre­la­do de más edad de Es­pa­ña y uno de los más lon­ge­vos de toda la Igle­sia ca­tó­li­ca. Re­si­de en Hues­ca, don­de se for­mó como sa­cer­do­te, con­ser­va su lu­ci­dez y si­gue re­ci­bien­do nu­me­ro­sas vi­si­tas a dia­rio mien­tras hace ho­nor a su lema: “Creer en Dios, es­pe­rar en Dios y amar a Dios”.
Duran­te la en­tre­vis­ta pide dis­cul­pas por “no oír bien y ha­ber­me ol­vi­da­do de mu­chas co­sas”, aun­que sus fa­cul­ta­des fí­si­cas y men­ta­les se en­cuen­tran en una si­tua­ción for­mi­da­ble. Su amor a Dios es con­ta­gio­so y lo trans­mi­te a tra­vés de su mi­ra­da azul, pro­fun­da y be­né­vo­la. Una eu­ca­ris­tía, el lu­nes 12 de fe­bre­ro a las 10.00 h. en la ca­pi­lla del Ho­gar, ser­vi­rá para ce­le­brar su cum­plea­ños.
¿Cómo se en­cuen­tra, don Da­mián?
Me en­cuen­tro bien, nor­mal para la edad que ten­go. Es­toy con­ten­to. No sien­to nin­gún do­lor ex­plí­ci­to. Me veo algo aplas­ta­di­to, eso sí. Mi rit­mo de vida en la re­si­den­cia es nor­mal. La me­mo­ria sí que me fa­lla un poco.
No se cum­plen 102 años to­dos los días. ¿Has­ta qué pun­to se es cons­cien­te del va­lor de al­can­zar una edad tan avan­za­da?
Doy gra­cias al Se­ñor. No sien­to do­lor en nin­gún si­tio. En­fer­mo no es­toy y he pa­sa­do mo­men­tos muy di­fí­ci­les, pero cla­ro, los años pe­san. Soy un poco in­di­fe­ren­te en eso. Que sea lo que Dios quie­ra y se aca­bó.
En esta par­te fi­nal de su vida, ¿cómo es su re­la­ción dia­ria con Dios?
Una re­la­ción de con­fian­za. Él es mi Pa­dre. Es el amor. Le en­co­mien­do todo y es­pe­ro de Él todo. Creer en Dios, es­pe­rar en Dios y amar a Dios es algo que no tie­ne duda.
Re­ci­be mu­chas vi­si­tas en la re­si­den­cia…
Hay mu­cha gen­te que vie­ne a ver­me y de­mues­tra que me quie­re. Yo tam­bién la he que­ri­do mu­cho, de ver­dad, por don­de quie­ra que he pa­sa­do. Mu­chos sa­ben co­rres­pon­der. To­dos los días vie­nen tan­tas per­so­nas…
¿Por qué de­ci­dió to­mar el ca­mino del Se­ñor y de­ci­dió con­sa­grar su vida a Él?
Es el apo­yo de mi vida. Creo en Él, es­pe­ro en Él y le amo. Po­dría con­tar ver­da­de­ros mi­la­gros, in­ter­ven­cio­nes de Dios que he to­ca­do, pero eso me lo que­do para mí.
Es­tu­dió en el Se­mi­na­rio Con­ci­liar de la San­ta Cruz de Hues­ca, ¿qué re­cuer­da?
Re­cuer­do todo con afec­to y ca­ri­ño por­que todo fue bueno para mí.
Con ape­nas 20 años es­ta­lló la Gue­rra Ci­vil y le tocó ir al fren­te como te­le­gra­fis­ta, don­de re­sul­tó he­ri­do.
En la gue­rra me de­di­qué a las trans­mi­sio­nes. Lle­va­ba un apa­ra­to de ra­dio, no ha­bía te­le­vi­sión pero ya ha­cía­mos prue­bas de ima­gen. Hice bas­tan­te bien a mu­cha gen­te con esas fun­cio­nes.
Ha sido obis­po en Bar­bas­tro, Te­ruel y Te­ne­ri­fe. Or­de­na­do sa­cer­do­te el 7 de ju­nio de 1941, co­men­zó ejer­cien­do en las lo­ca­li­da­des de Ibie­ca y Tor­la. Des­pués con­ti­nuó con su mi­nis­te­rio en la igle­sia pa­rro­quial de San­ta En­gra­cia en Za­ra­go­za, en Tar­dien­ta y en el Se­mi­na­rio, la pa­rro­quia de San Lino, la ba­sí­li­ca de San Lo­ren­zo, la ca­te­dral y el obis­pa­do de Hues­ca… ¿Qué ba­lan­ce rea­li­za?
Los re­cuer­dos son to­dos po­si­ti­vos y bue­nos. Si hay algo ne­ga­ti­vo, con el tiem­po le he sa­ca­do lo bueno. Doy gra­cias al Se­ñor por lo bueno que ha sido con­mi­go. He es­ta­do con­de­na­do a muer­te y me han odia­do en tiem­pos di­fí­ci­les, pero de todo he sa­li­do. La lec­ción es que hay que per­do­nar. Todo lo que ocu­rría en mi vida me lo ha pues­to el Se­ñor para que yo lo in­ter­pre­ta­ra como sa­cer­do­te en mi san­ti­fi­ca­ción. He he­cho todo el bien que he po­di­do y me he en­tre­ga­do a los de­más y al Se­ñor, o mi vida no ha­bría te­ni­do sen­ti­do.
Du­ran­te su vida, la Igle­sia ca­tó­li­ca ha con­ta­do con nue­ve pa­pas: Be­ne­dic­to XV, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pa­blo VI, Juan Pa­blo I, Juan Pa­blo II, Be­ne­dic­to XVI y Fran­cis­co. ¿Ha man­te­ni­do con­tac­to con al­gu­nos de ellos?
Con al­gu­nos sí, de ma­ne­ra per­so­nal, y doy gra­cias al Se­ñor.
Su ac­ti­vi­dad no ha ce­sa­do en los úl­ti­mos tiem­pos. De he­cho se edi­ta­ron en un li­bro las ho­mi­lías que cada año, en for­ma de fe­li­ci­ta­ción na­vi­de­ña, de­di­ca­ba a la Vir­gen Ma­ría. Tam­bién ha de­di­ca­do nu­me­ro­sos tex­tos al pa­tri­mo­nio cul­tu­ral de la Igle­sia.
No por pu­bli­car, sino al ser­vi­cio de la co­mu­ni­dad, para los de­más. To­dos te­nían ese des­tino.
¿Qué le hace avan­zar en esta eta­pa fi­nal?
El amor de Dios, soy de Él y me ha co­rres­pon­di­do dán­do­me co­sas que no me­re­cía y es­toy muy agra­de­ci­do.
¿Cómo va a ce­le­brar el 102 cum­plea­ños?
Sin más, nun­ca me han gus­ta­do las fies­tas ni he que­ri­do nin­gún pri­vi­le­gio. Yo soy uno de tan­tos, el úl­ti­mo de to­dos y el ser­vi­dor de to­dos, ese es mi lema. Es­toy en la cola para ayu­dar a quie­nes van ca­yen­do en su ca­mi­nar. Lo quie­re el Se­ñor, ¡ben­di­to sea!
(Mi­guel Bar­lueh­ga – Igle­sia en Ara­gón)

Lo que debes saber sobre el Miércoles de Ceniza

Lo que debes saber sobre el Miércoles de Ceniza

A pocos días del inicio de la Cuaresma, que sirve de preparación para la Pascua y que comienza este miércoles 14 de febrero, recordamos algunas cosas esenciales que todo católico debe saber para poder vivir intensamente este tiempo litúrgico.
1. Es el primer día de la Cuaresma
Con el Miércoles de Ceniza inician los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles a la conversión y a prepararse verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.
El Miércoles de Ceniza es una celebración contenida en el Misal Romano. En este se explica que en la Misa, se bendice e impone en la frente de los fieles la ceniza hecha de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.
2. La imposición de las cenizas surge en los primeros siglos del cristianismo
La tradición de imponer la ceniza se remonta a la Iglesia primitiva. Por aquel entonces las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo.
La Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos casi 400 años D.C. y a partir del siglo XI, la Iglesia en Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo.
3. La ceniza recuerda la necesidad de la misericordia de Dios
La ceniza es un símbolo. Su función está descrita en un importante documento de la Iglesia, más precisamente en el artículo 125 del Directorio sobre la piedad popular y la liturgia:
“El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”.
4. Las cenizas tienen varios significados
La palabra ceniza, que proviene del latín "cinis", representa el producto de la combustión de algo por el fuego. Esta adoptó tempranamente un sentido simbólico de muerte, caducidad, pero también de humildad y penitencia.
La ceniza, como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin: "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gn 2,7); "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).
5. Las cenizas se producen de las palmas del Domingo de Ramos
Para la ceremonia se deben quemar los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas son rociadas con agua bendita y luego aromatizadas con incienso.
6. Las cenizas se imponen en la frente al término de la homilía
Este acto tiene lugar en la Misa al término de la homilía y está permitido que los laicos ayuden al sacerdote. Las cenizas son impuestas en la frente, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice las palabras bíblicas: «Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás», o «Conviértete y cree en el Evangelio».
Luego, quien recibe las cenizas debe retirarse en silencio meditando la frase o invitación que la acaban de hacer.
7. Las cenizas también pueden imponerse sin Misa
Cuando no hay sacerdote la imposición de cenizas puede realizarse sin Misa, de forma extraordinaria. Sin embargo, es recomendable que al acto se preceda con una liturgia de la palabra.
Es importante recordar que la bendición de las cenizas, como todo sacramental, solo puede realizarla un sacerdote o diácono.
8. Las cenizas pueden ser recibidas por no católicos
Puede recibir este sacramental cualquier persona, inclusive no católica. Como especifica el Catecismo (1670 y siguientes) los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia estos «preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella».
9. No es obligatorio recibir las cenizas
El Miércoles de Ceniza no es día de precepto y por lo tanto la imposición de ceniza no es obligatoria. No obstante, ese día concurre una gran cantidad de personas a la Santa Misa, algo que siempre es recomendable.
10. No existe tiempo exacto para llevar las cenizas en la frente
Cuanto uno desee. No existe un tiempo determinado.
11. En Miércoles de Ceniza es obligatorio el ayuno y la abstinencia 
El Miércoles de Ceniza es obligatorio el ayuno y la abstinencia, como en el Viernes Santo, para los mayores de 18 años y menores de 60. Fuera de esos límites es opcional. Ese día los fieles pueden tener una comida “fuerte” una sola vez al día.
La abstinencia de comer carne es obligatoria desde los 14 años. Todos los viernes de Cuaresma también son de abstinencia obligatoria. Los demás viernes del año también, aunque según el país puede sustituirse por otro tipo de mortificación u ofrecimiento como el rezo del rosario.

La incorruptibilidad del manto de Guadalupe: la ciencia no encuentra explicaciones


Su extraordinario estado de conservación “está completamente fuera de todo tipo de explicación científica”

El investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México Adolfo Orozco, señaló que el extraordinario estado de conservación del manto de la Virgen de Guadalupe “está completamente fuera de todo tipo de explicación científica”.
Orozco, que también es especialista en el manto de la Virgen, habló en Phoenix, EUA, en el 1º Congreso Internacional Mariano sobre la Virgen de Guadalupe, en agosto de 2009.
El especialista dijo que “todos los tejidos similares a los del manto que fueron colocados en ambientes húmedos y salinos como el que rodea a la Basílica, no duraron más de diez años”.
En 1789 fue pintada una copia de la imagen de Guadalupe.
“Esa imagen fue realizada con las mejores técnicas de su tiempo, era hermosa y estaba hecha con un tejido bastante similar al del manto original. Además de eso, también estaba protegida con un vidrio desde que fue expuesta”, señaló.
La imagen del santuario
Sin embargo, “ocho años después, esa copia tuvo que ser relegada porque estaba perdiendo sus colores y las fibras se estaban rompiendo.
En contraste – subrayó Orozco – el manto original viene exponiéndose desde hace 116 años sin ningún tipo de amparo, recibiendo los rayos infrarrojo y ultravioleta de decenas de miles de velas que han estado cerca de él”.
Una de las características más interesantes del manto, prosiguió, “es quela parte de detrás del tejido es rugoso y poco liso; mientras que la parte de adelante (donde está la imagen de Guadalupe) es ‘tan suave como la seda’ como señalaban los pintores y científicos en 1666; y confirmó casi cien años después, en 1751, el pintor mexicano Miguel Cabrera”.
El manto de san Juan Diego está hecho de fibras de agave (de la misma familia botánica que produce el sisal y la yuca, foto de abajo).
El doctor Orozco contó otros dos hechos sin explicación científica relacionados con la conservación de la imagen.
El primero tuvo lugar en 1785 cuando un trabajador accidentalmente derramó un líquido que contenía un 50% de ácido nítrico en la parte derecha del tejido.
“Está fuera de la comprensión natural el hecho que el ácido no haya destruido la malla; y que además no dañara las partes coloridas de la imagen”, precisó.
Agave: de un pie semejante al de la foto fue sacada la fibra del manto de san Juan Diego
El segundo se relaciona con la explosión de una bomba cerca del manto en 1921. La bomba explotó a 150 metros de la imagen y destruyó todos los vidrios en ese radio.
Sin embargo, explicó el perito, “ni el manto ni el vidrio común y corriente que lo protege fueron dañados o rotos”. El único afectado fue un Cristo de hierro que se dobló.
“No existe explicación para el hecho de que las ondas expansivas que rompieron los vidrios a 150 metros a su alrededor no destruyeran el que cubría al manto.
Algunos dicen que el Hijo, con el crucifijo que fue afectado, protegió la imagen de su Madre. Lo cierto es que no tenemos una explicación natural para ese hecho”, concluyó.

Lunes de la sexta semana del tiempo ordinario


Epístola de Santiago 1,1-11. 

Santiago, servidor de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de la Dispersión.
Hermanos, alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas,
sabiendo que la fe, al ser probada, produce la paciencia.
Y la paciencia debe ir acompañada de obras perfectas, a fin de que ustedes lleguen a la perfección y a la madurez, sin que les falte nada.
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que la pida a Dios, y la recibirá, porque él la da a todos generosamente, sin exigir nada en cambio.
Pero que pida con fe, sin vacilar, porque el que vacila se parece a las olas del mar levantadas y agitadas por el viento.
El que es así no espere recibir nada del Señor,
ya que es un hombre interiormente dividido e inconstante en su manera de proceder.
Que el hermano de condición humilde se gloríe cuando es exaltado,
y el rico se alegre cuando es humillado, porque pasará como una flor del campo:
apenas sale el sol y calienta con fuerza, la hierba se seca, su flor se marchita y desaparece su hermosura. Lo mismo sucederá con el rico en sus empresas.

Salmo 119(118),67.68.71.72.75.76. 
Antes de ser afligido, estaba descarriado;
pero ahora cumplo tu palabra.
Tú eres bueno y haces el bien:
enséñame tus mandamientos.

Me hizo bien sufrir la humillación,
porque así aprendí tus preceptos.
Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata.

Yo sé que tus juicios son justos, Señor,
y que me has humillado con razón.
Que tu misericordia me consuele,
de acuerdo con la promesa que me hiciste.


Evangelio según San Marcos 8,11-13. 
Entonces llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con él; y, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo.
Jesús, suspirando profundamente, dijo: "¿Por qué esta generación pide un signo? Les aseguro que no se le dará ningún signo".
Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla.