miércoles, 28 de febrero de 2018

Una poderosa oración para recordar y rezar toda la vida



"Espíritu Santo, háblame, muéveme, motívame para siempre hacer lo que Dios quiere de mí"

Espíritu Santo, que habitas en mí desde mi bautismo, 
ilumina mi inteligencia para conocer y valorar más a Jesús. 
Lléname de tu amor para llevarlo a quienes me rodean, 
muéstrame la verdad para identificar los verdaderos valores, 
libérame de toda opresión para seguirte consciente y libremente. 
Hazme profeta del reino para promover la esperanza y la justicia. 
Fortifícame ante mis debilidades para vencer la tentación y evitar el pecado, 
nutre mi espiritualidad para crecer en mi intimidad con Dios, 
inspírame y corrígeme para seguir mejor a Jesús, 
háblame, muéveme, motívame para siempre hacer lo que Dios quiere de mí. 
Amén.

Miércoles de la segunda semana de Cuaresma


Libro de Jeremías 18,18-20. 

Ellos dijeron: "¡Vengan, tramemos un plan contra Jeremías, porque no le faltará la instrucción al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta! Vengan, inventemos algún cargo contra él, y no prestemos atención a sus palabras".
¡Préstame atención, Señor, y oye la voz de los que me acusan!
¿Acaso se devuelve mal por bien para que me hayan cavado una fosa? Recuerda que yo me presenté delante de ti para hablar en favor de ellos, para apartar de ellos tu furor.

Salmo 31(30),5-6.14.15-16. 
Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi refugio.
Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.

Oigo los rumores de la gente
y amenazas por todas partes,
mientras se confabulan contra mí
y traman quitarme la vida.

Pero yo confío en ti, Señor,
y te digo: «Tú eres mi Dios,
mi destino está en tus manos.»
Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.



Evangelio según San Mateo 20,17-28. 
Cuando Jesús se dispuso a subir a Jerusalén, llevó consigo sólo a los Doce, y en el camino les dijo:
"Ahora subimos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Ellos lo condenarán a muerte
y lo entregarán a los paganos para que sea maltratado, azotado y crucificado, pero al tercer día resucitará".
Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
"¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda".
"No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron.
"Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre".
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo:
como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud". 

martes, 27 de febrero de 2018

Normas de comportamiento para la Misa, según el Papa



“Jesús no abre una consultoría espiritual con un cartel: El profeta recibe los lunes, los miércoles y los viernes de las 3 a las 6". 

Jesús no tenía horarios, estaba en medio de la gente; cercanía, sin “lista de precios” y puertas siempre abiertas quiere el papa Francisco en los templos católicos. En su casi quinto año de pontificado, ha reiterado los comportamientos que se deben tener en las parroquias, dirigiéndose a los sacerdotes y a los fieles que participan en las celebraciones. A continuación, presentamos algunos puntos clave:
Párrocos disponibles:  “Jesús no abre una consultoría espiritual con un cartel. ‘El profeta recibe los lunes, los miércoles y los viernes de las 3 a las 6. La entrada cuesta tanto o, si quieren, pueden dejar un donativo’. No, no hace así Jesús. Tampoco abrió una consulta médica con el cartel “Los enfermos vengan tal día, tal otro, y serán curados”. Jesús se mete en medio del pueblo” (Homilía de Santa Marta 30.01.2018).
Servicio gratuito. “Cuántas veces con tristeza entramos en un templo; pensemos en una parroquia – pensemos – y no sabemos si estamos en la casa de Dios o en un supermercado. Hay comercios, incluso una lista de los precios para los sacramentos. Falta la gratuidad. Y Dios nos ha salvado gratuitamente, no nos hizo pagar nada”.
Sin horarios. “El siervo rebasa los horarios. A mí me parte el corazón cuando veo un horario en las parroquias: ‘de tal hora a tal otra’. Y después, la puerta está cerrada, no está el sacerdote, no está el diácono, no está el laico que recibe a la gente… Esto hace mal. Ir más allá de los horarios: hay que tener la valentía de rebasar los horarios. Así, queridos diáconos, viviendo en la disponibilidad, vuestro servicio estará exento de cualquier tipo de provecho y será evangélicamente fecundo”. (29.05.2016- Jubileo de los diáconos).
© Mazur-catholicnews.org.uk-(CC BY-NC-SA 2.0)
Misa sin prisa: “Cuando celebréis la misa, reconozcan por tanto lo que hacen. ¡No lo hagan de prisa! Imitad lo que celebran —no es un rito artificial, un ritual artificial— para que de esta manera, al participar en el misterio de la muerte y resurrección del Señor, lleven en ustedes la muerte de Cristo y caminen con Él en una nueva vida” (26. 04. 2015 – Homilía ordenaciones sacerdotales)
No homilías aburridas. “Que sus homilías no sean aburridas; que sus homilías lleguen precisamente al corazón de la gente porque brotan de su corazón, porque lo que ustedes les digan es lo que tienen en su corazón. Así se da la Palabra de Dios y así su doctrina será alegría y sostén para los fieles de Cristo”. (26. 04. 2015 – Homilía ordenaciones sacerdotales).
Silencio. “Y cuando nosotros vamos a misa, quizá llegamos cinco minutos antes y empezamos a hablar con este que está a nuestro lado. Pero no es el momento de hablar: es el momento del silencio para prepararnos al diálogo. Es el momento de recogerse en el corazón para prepararse al encuentro con Jesús. ¡El silencio es muy importante!” (Audiencia General 15.11.2017).
Nada de teléfonos. “El sacerdote que preside la celebración dice: ‘levantemos el corazón’. No dice: «¡Levantemos nuestro móviles para hacer una fotografía!». ¡No, es algo feo! Y les digo que a mí me da mucha pena cuando celebro aquí en la plaza o en la basílica y veo muchos teléfonos levantados, no solo de los fieles, también de algunos sacerdotes y también obispos. ¡Pero por favor! La misa no es un espectáculo: es ir a encontrar la pasión y la resurrección del Señor” (Audiencia General 8.11. 2017).
Alegría. Nada de cara de ‘vinagre’ o de ‘funeral’ en la iglesia y en el mundo. “ ‘Levántate’. Ese ‘levántate’ de Jesús a los enfermos: ‘Levántate, ve, grita de alegría, alégrate, exulta y aclama con todo el corazón”. Y recuerda: “Por favor seamos cristianos gozosos, hagamos todos los esfuerzos para hacer ver que creemos que hemos sido redimidos, que el Señor nos ha perdonado todo” (21.12.2017 – Homilía de Santa Marta).
Nada de cotilleo.“¡Mira el sombrero rojo que lleva ella, es ridículo! ¡Eh! ¿Es verdad esto? ¿Se deben hacer comentarios mientras se lee la palabra de Dios? – ¡No! – Porque si tu chismorreas con la gente no escuchas la palabra de Dios”. “Cuando se lee la palabra de Dios en la Biblia, […] debemos escuchar; abrir el corazón porque es Dios mismo quien nos habla. Y no pensar o hablar de otras cosas. ¿Entendido?” (Audiencia General 31.01.2018).
© Mazur/catholicchurch.org.uk
Orar, no como papagayos. “En nuestra relación con el Señor,  en la oración, ¿estamos asombrados o pensamos que orar es hablar a Dios como hacen los papagayos? ¡No, es confiarse, abrir el corazón para dejarse maravillar!”. “Rezar es ante todo un diálogo, una relación personal. El hombre ha sido creado para este encuentro con Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, relación perfecta de amor y unidad” (Audiencia General 15.11.2017).
Participar en la Eucaristía. “Para el cristiano es vital participar en la Eucaristía, especialmente el domingo, puesto que nos permite unirnos a Cristo, tomando parte de su victoria sobre la muerte y gozar de los bienes de la resurrección”. (Audiencia General 22.11.2017).
La Misa como alimento. El Papa enseña que la Eucaristía es también alimento para las relaciones interpersonales y sociales: “El Señor Jesús nos quiere comunicar en la Eucaristía su amor pascual para que podamos amar a Dios y a nuestro prójimo como él nos ha amado, entregando su propia vida”. (Audiencia General 22.11.2017).
Antoine Mekary | ALETEIA | I.MEDIA
Palabra. En la Misa, el Papa pide no sustituir los textos bíblicos con otros. “He escuchado que se lee el periódico”. Francisco amonestó esa decisión que está prohibida por la Iglesia: “La palabra de Dios es la palabra de Dios. El periódico lo podemos escuchar después, pero ahí se lee la palabra de Dios. El Señor es quien nos habla”. “Sustituir esa palabra con otras cosas, empobrece y compromete el diálogo de Dios con su pueblo en oración” (Audiencia General 31.01.2018).
Buenos lectores. Instó a buscar buenos lectores para la Eucaristía. “No esos que leen “ñeñeñe” y no se entiende nada […] Ellos deben hacer pruebas antes de la Misa”. Y esto crea “un clima de silencio receptivo, sabemos que esto favorece la experiencia del diálogo” con Dios.
Poner en práctica. “La Palabra de Dios hace un camino dentro de nosotros, la escuchamos con los oídos, pasa al corazón, no se queda en los oídos, deber ir al corazón, y del corazón pasa a las manos, pasa a las obras buenas” (Audiencia General 31.01.2018).
Misa del domingo. “Por desgracia, para muchos la Misa del domingo ha perdido sentido, piensan que basta ser buenos y amarse. Esto es necesario, pero no es posible sin la ayuda del Señor, sin obtener de Él la fuerza para conseguirlo” (Audiencia General 13.12.2017).

Martes de la segunda semana de Cuaresma


Libro de Isaías 1,10.16-20. 

¡Escuchen la palabra del Señor, jefes de Sodoma! ¡Presten atención a la instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra!
¡Lávense, purifíquense, aparten de mi vista la maldad de sus acciones! ¡Cesen de hacer el mal,
aprendan a hacer el bien! ¡Busquen el derecho, socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan a la viuda!
Vengan, y discutamos -dice el Señor-: Aunque sus pecados sean como la escarlata, se volverán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la púrpura, serán como la lana.
Si están dispuestos a escuchar, comerán los bienes del país;
pero si rehúsan hacerlo y se rebelan, serán devorados por la espada, porque ha hablado la boca del Señor.

Salmo 50(49),8-9.16bc-17.21.23. 
No te acuso por tus sacrificios:
¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Pero yo no necesito los novillos de tu casa
ni los cabritos de tus corrales.

"¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras?

Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara.
El que ofrece sacrificios de alabanza,
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios."



Evangelio según San Mateo 23,1-12. 
Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
"Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés;
ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.
Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos;
les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,
ser saludados en las plazas y oírse llamar 'mi maestro' por la gente.
En cuanto a ustedes, no se hagan llamar 'maestro', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos.
A nadie en el mundo llamen 'padre', porque no tienen sino uno, el Padre celestial.
No se dejen llamar tampoco 'doctores', porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros,
porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado". 

lunes, 26 de febrero de 2018

¿Estresado? Reza esta oración para liberarte de la innecesaria ansiedad y las preocupaciones




¡San Francisca Javiera Cabrini tiene la oración perfecta para ti!

Según la asociación estadounidense sobre ansiedad y depresión ADAA, los trastornos de ansiedad son el tipo de enfermedad mental más común en EE.UU., y afectan a 40 millones de adultos en Estados Unidos con 18 años o más, o el 18’1 por ciento de la población, cada año”. Algunos de nosotros sufrimos uno o más de estos incapacitantes trastornos de ansiedad, aunque quizás muchos nos sintamos simplemente “estresados” por todo lo que sucede en nuestras vidas. Sea como fuere, es una realidad que enfrentamos todos los días y a menudo una muy difícil de superar.
Además de recurrir a una atención médica apropiada, la oración también puede ser una gran ayuda contra el estrés y la ansiedad. A continuación tenéis una poderosa oración de san Francisca Javiera Cabrini que invoca la ayuda de Dios para liberarnos de “toda esa ansiedad y preocupación innecesarias”. ¡Algo que todos nuestros corazones desean y ansían!
Fortaléceme con la gracia de Tu Espíritu Santo y da Tu paz a mi alma para que pueda ser libre de toda ansiedad y preocupación innecesarias. Ayúdame a desear siempre lo que es agradable y aceptable para Ti, para que Tu voluntad sea mi voluntad. Concédeme que pueda librarme de todos los deseos impíos, y que por tu amor pueda permanecer oculto y desconocido en este mundo y ser conocido solo por Ti. No permitas que me atribuya el bien que realizas en mí y a través de mí, sino que, refiriendo todo honor a tu majestad, me gloríe solo en mi debilidad, para que renuncie sinceramente a toda vanagloria que venga del mundo, y pueda aspirar a la gloria verdadera y duradera que proviene de Ti. Amén.

Lunes de la segunda semana de Cuaresma


Libro de Daniel 9,4b-10. 

¡Ah, Señor, Dios, el Grande, el Temible, el que mantiene la alianza y la fidelidad con aquellos que lo aman y observan sus mandamientos!
Nosotros hemos pecado, hemos faltado, hemos hecho el mal, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y tus preceptos.
No hemos escuchado a tus servidores los profetas, que hablaron en tu Nombre a nuestros reyes, a nuestros jefes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país.
¡A ti, Señor, la justicia! A nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro, como les sucede en este día a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los que están cerca y a los que están lejos, en todos los países adonde tú los expulsaste, a causa de la infidelidad que cometieron contra ti.
¡A nosotros, Señor, la vergüenza reflejada en el rostro, y también a nuestros reyes, a nuestros jefes y a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti!
¡Al Señor, nuestro Dios, la misericordia y el perdón, porque nos hemos rebelado contra él!
Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, para seguir sus leyes, que él puso delante de nosotros por medio de sus servidores los profetas.

Salmo 79(78),8.9.11.13. 
No recuerdes para nuestro mal
las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos totalmente abatidos.

Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu Nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu Nombre.

Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos,
preserva con tu brazo poderoso
a los que están condenados a muerte.
Y nosotros, que somos tu pueblo

y las ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias para siempre,
y cantaremos tus alabanzas
por todas las generaciones.


Evangelio según San Lucas 6,36-38. 
Jesús dijo a sus discípulos:
«Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes». 

domingo, 25 de febrero de 2018

Domingo de la segunda semana de Cuaresma


Libro de Génesis 22,1-2.9a.10-13.15-18. 

Después de estos acontecimientos, "Dios puso a prueba a Abraham "¡Abraham!", le dijo. El respondió: "Aquí estoy".
Entonces Dios le siguió diciendo: "Toma a tu hijo único, el que tanto amas, a Isaac; ve a la región de Moria, y ofrécelo en holocausto sobre la montaña que yo te indicaré".
Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abraham erigió un altar, dispuso la leña, ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar encima de la leña.
Luego extendió su mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo.
Pero el Angel del Señor lo llamó desde el cielo: "¡Abraham, Abraham!". "Aquí estoy", respondió él.
Y el Angel le dijo: "No pongas tu mano sobre el muchacho ni le hagas ningún daño. Ahora sé que temes a Dios, porque no me has negado ni siquiera a tu hijo único".
Al levantar la vista, Abraham vio un carnero que tenía los cuernos enredados en una zarza. Entonces fue a tomar el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
Luego el Angel del Señor llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo,
y le dijo: "Juro por mí mismo - oráculo del Señor - : porque has obrado de esa manera y no me has negado a tu hijo único,
yo te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos,
y por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, ya que has obedecido mi voz".

Salmo 116(115),10.15.16-17.18-19. 
Tenía confianza, incluso cuando dije:
“¡Qué grande es mi desgracia!”.
¡Qué penosa es para el Señor
la muerte de sus amigos! 

Yo, Señor, soy tu servidor,
tu servidor, lo mismo que mi madre:
por eso rompiste mis cadenas. 
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,

e invocaré el nombre del Señor. 
Cumpliré mis votos al Señor,
en presencia de todo su pueblo.
en los atrios de la casa del Señor,

en medio de ti, Jerusalén.
¡Aleluya!

Carta de San Pablo a los Romanos 8,31b-34. 
¿Qué diremos después de todo esto? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos concederá con él toda clase de favores?
¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica.
¿Quién se atreverá a condenarlos? ¿Será acaso Jesucristo, el que murió, más aún, el que resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros?

Evangelio según San Marcos 9,2-10. 
Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos.
Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas.
Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de temor.
Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: "Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo".
De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos.
Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría "resucitar de entre los muertos". 

sábado, 24 de febrero de 2018

Sábado de la primera semana de Cuaresma


Deuteronomio 26,16-19. 

Moisés habló al pueblo diciendo:
Hoy el Señor, tu Dios, te ordena practicar estos preceptos y estas leyes. Obsérvalas y practícalas con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy tú le has hecho declarar al Señor que él será tu Dios, y que tú, por tu parte, seguirás sus caminos, observarás sus preceptos, sus mandamientos y sus leyes, y escucharás su voz.
Y el Señor hoy te ha hecho declarar que tu serás el pueblo de su propiedad exclusiva, como él te lo ha prometido, y que tú observarás todos sus mandamientos;
que te hará superior - en estima, en renombre y en gloria - a todas las naciones que hizo; y que serás un pueblo consagrado al Señor, como él te lo ha prometido.

Salmo 119(118),1-2.4-5.7-8. 
Felices los que van por un camino intachable,
los que siguen la ley del Señor,
Felices los que cumplen sus prescripciones
y lo buscan de todo corazón,

Tú promulgaste tus mandamientos
para que se cumplieran íntegramente.
¡Ojalá yo me mantenga firme
en la observancia de tus preceptos!

Te alabaré con un corazón recto,
cuando aprenda tus justas decisiones.
Quiero cumplir fielmente tus preceptos:
no me abandones del todo.


Evangelio según San Mateo 5,43-48. 
Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores;
así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo. 

viernes, 23 de febrero de 2018

Viernes de la primera semana de Cuaresma


Libro de Ezequiel 18,21-28. 

Así habla el Señor Dios:
Si el malvado se convierte de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, seguramente vivirá, y no morirá.
Ninguna de las ofensas que haya cometido le será recordada: a causa de la justicia que ha practicado, vivirá.
¿Acaso deseo yo la muerte del pecador -oráculo del Señor- y no que se convierta de su mala conducta y viva?
Pero si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, ¿acaso vivirá? Ninguna de las obras justas que haya hecho será recordada: a causa de la infidelidad y del pecado que ha cometido, morirá.
Ustedes dirán: "El proceder del Señor no es correcto". Escucha, casa de Israel: ¿Acaso no es el proceder de ustedes, y no el mío, el que no es correcto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, muere por el mal que ha cometido.
Y cuando el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, él mismo preserva su vida.
El ha abierto los ojos y se ha convertido de todas las ofensas que había cometido: por eso, seguramente vivirá, y no morirá.

Salmo 130(129),1-2.3-4.5-6.7-8. 
Desde lo más profundo te invoco, Señor.
¡Señor, oye mi voz!
Estén tus oídos atentos
al clamor de mi plegaria.
Si tienes en cuenta las culpas, Señor,
¿quién podrá subsistir?

Pero en ti se encuentra el perdón,
para que seas temido.
Mi alma espera en el Señor,
y yo confío en su palabra.
Mi alma espera al Señor,
más que el centinela la aurora.

Como el centinela espera la aurora
espere Israel al Señor,
porque en él se encuentra la misericordia
y la redención en abundancia:
Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.


Evangelio según San Mateo 5,20-26. 
Jesús dijo a sus discípulos:
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,
deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo. 

jueves, 22 de febrero de 2018

Fiesta de la cátedra del apóstol san Pedro


Epístola I de San Pedro 5,1-4. 

Queridos hermanos:
Exhorto a los presbíteros que están entre ustedes, siendo yo presbítero como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo y copartícipe de la gloria que va a ser revelada.
Apacienten el Rebaño de Dios, que les ha sido confiado; velen por él, no forzada, sino espontáneamente, como lo quiere Dios; no por un interés mezquino, sino con abnegación;
no pretendiendo dominar a los que les han sido encomendados, sino siendo de corazón ejemplo para el Rebaño.
Y cuando llegue el Jefe de los pastores, recibirán la corona imperecedera de gloria.

Salmo 23(22),1-3a.3b-4.5.6. 
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,

Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;

unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.


Evangelio según San Mateo 16,13-19. 
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?".
Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas".
"Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo". 

miércoles, 21 de febrero de 2018

Miércoles de la primera semana de Cuaresma


Libro de Jonás 3,1-10. 

La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos:
"Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré".
Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla.
Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: "Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida".
Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño.
Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza.
Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: "Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua;
vístanse con ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos.
Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera que no perezcamos".
Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.

Salmo 51(50),3-4.12-13.18-19. 
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia
ni retires de mí tu santo espíritu.

Los sacrificios no te satisfacen;
si ofrezco un holocausto, no lo aceptas:
mi sacrificio es un espíritu contrito,
tú no desprecias el corazón contrito y humillado.


Evangelio según San Lucas 11,29-32. 
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás.
Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás. 

martes, 20 de febrero de 2018

Oraciones eficaces que cuestan un segundo


Es preciso convencerse de que Dios está junto a nosotros de continuo. Vivimos como si el Señor estuviera allá lejos, y no consideramos que también está siempre a nuestro lado.

Aunque es esencial dedicar un rato todos los días específicamente a la oración, también es importante evitar encasillar nuestra vida espiritual a un hueco fijo de 15 o 20 minutos diarios. Tenemos que asegurarnos de que no rezamos con la actitud de quien tacha una tarea de la lista de deberes: Bien, ya he hecho lo de la oración, ahora a seguir con la vida “real”.
Del mismo modo que las relaciones con nuestros prójimos necesitan más que unos ratos de 15 minutos, también nuestra relación con Dios necesita un “hola” espontáneo y un “qué tal te va” y un “te quiero”.
San Josemaría Escrivá lo expresó de esta forma:
Es preciso convencerse de que Dios está junto a nosotros de continuo. —Vivimos como si el Señor estuviera allá lejos, donde brillan las estrellas, y no consideramos que también está siempre a nuestro lado.
Y está como un Padre amoroso —a cada uno de nosotros nos quiere más que todas las madres del mundo pueden querer a sus hijos—, ayudándonos, inspirándonos, bendiciendo… y perdonando.
Cuando tenemos una fe viva en la presencia de Dios, recurrimos a Él o a Su madre de forma natural con pequeños pensamientos y frases, algo que exige menos de un segundo de oración mental. Al igual que amantes que siempre están en la mente del otro, escribiéndose y llamándose a lo largo del día, estas aspiraciones contribuyen mucho a mantener nuestro amor con vida o a reavivarlo si se ha enfriado.
Aquí tenéis algunas ideas para esos pequeños “mensajes de texto” que podéis elevar a Dios durante el día:
  • Jesús, confío en ti. (de santa Faustina)
  • Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti. (de la Medalla de la Milagrosa)
  • Jesus, recuérdame. (de la oración del “buen ladrón” en la cruz)
  • Dios proveerá. (lo que Abraham dijo a Isaac cuando le preguntó qué animal sacrificarían)
  • Permite que te alabe, oh Virgen Santísima, y dame fuerza contra los enemigos. (del beato Duns Scoto)
  • Jesús, María, José. Mi familia vuestra es. Guardadla en vuestro corazón.
  • Jesús mío, gracias.
  • Jesús en el Santo Sacramento del altar, te entrego mi corazón.
  • Jesús es mío, yo soy de Jesús.
  • Esperaré a mi Señor y Salvador.
  • Señor, a ti elevo mi corazón.
Una forma de profundizar en la liturgia es usar una frase de la Colecta o una de las demás oraciones de la misa como aspiración de la semana. Muchas de las antífonas de la Liturgia de las Horas también servirán como hermosas aspiraciones.
Pero lo importante es no limitarse a seguir algún tipo de fórmula, ya que eso conlleva el peligro de caer en una espiritualidad tediosa o mecánica. Permite que las aspiraciones surjan del corazón, tan breves y dulces como quieras.
De nuevo, en palabras de san Josemaría:
Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al día. —Porque te da esto y lo otro. —Porque te han despreciado. —Porque no tienes lo que necesitas o porque lo tienes.
Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. —Porque creó el Sol y la Luna y aquel animal y aquella otra planta. —Porque hizo a aquel hombre elocuente y a ti te hizo premioso…
Dale gracias por todo, porque todo es bueno.
Camino, 268

Martes de la primera semana de Cuaresma


Libro de Isaías 55,10-11. 

Así habla el Señor:
Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo
y no vuelven a él sin haber empapado la tierra,
sin haberla fecundado y hecho germinar,
para que dé la semilla al sembrador
y el pan al que come,
así sucede con la palabra que sale de mi boca:
ella no vuelve a mí estéril,
sino que realiza todo lo que yo quiero
y cumple la misión que yo le encomendé.

Salmo 34(33),4-5.6-7.16-17.18-19. 
Glorifiquen conmigo al Señor,
alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: El me respondió
y me libró de todos mis temores.

Miren hacia El y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
El lo escuchó y lo salvó de sus angustias.

Los ojos del Señor miran al justo
y sus oídos escuchan su clamor;
pero el Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.

Cuando ellos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.


Evangelio según San Mateo 6,7-15. 
Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados.
No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido.
No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes.
Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes. 

lunes, 19 de febrero de 2018

Una oración para entregar tus cargas al Señor


Déjame descansar y ser refrescado para que mi corazón no sea tan pesado por la mañana

Padre, mi corazón está pesado. Siento que tengo que cargar con todo este peso solo.
Palabras como: Abrumado, angustiado y agotado parecen describir donde estoy.
No estoy seguro de cómo dejar de llevar esta pesada carga, así que por favor muéstrame cómo puedo lograrlo.
Cárgalo por mí. Déjame descansar y ser refrescado para que mi corazón no sea tan pesado por la mañana.
En el nombre de Jesús.
Amén.

Lunes de la primera semana de Cuaresma


Libro del Levítico 19,1-2.11-18. 

El Señor dijo a Moisés:
Habla en estos términos a toda la comunidad de Israel: Ustedes serán santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo.
Ustedes no robarán, no mentirán ni se engañarán unos a otros.
No jurarán en falso por mi Nombre, porque profanarían el nombre de su Dios. Yo soy el Señor.
No oprimirás a tu prójimo ni lo despojarás; y no retendrás hasta la mañana siguiente el salario del jornalero.
No insultarás a un ciego, sino que temerás a tu Dios. Yo soy el Señor.
No cometerás ninguna injusticia en los juicios. No favorecerás arbitrariamente al pobre ni te mostrarás complaciente con el rico: juzgarás a tu prójimo con justicia.
No difamarás a tus compatriotas, ni pondrás en peligro la vida de tu prójimo. Yo soy el señor.
No odiarás a tu hermano en tu corazón: deberás reprenderlo convenientemente, para no cargar con un pecado a causa de él.
No serás vengativo con tus compatriotas ni les guardarás rencor. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.

Salmo 19(18),8.9.10.15. 
La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple.

Los preceptos del Señor son rectos,
alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros,
iluminan los ojos.

La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos.

¡Ojalá sean de tu agrado
las palabras de mi boca,
y lleguen hasta ti mis pensamientos,
Señor, mi Roca y mi redentor!



Evangelio según San Mateo 25,31-46. 
Jesús dijo a sus discípulos:
"Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso.
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos,
y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo,
porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;
desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'.
Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'.
Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'.
Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles,
porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber;
estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron'.
Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'.
Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'.
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna". 

domingo, 18 de febrero de 2018

Reza esta poderosa oración para la sanación del cáncer


La intercesión celestial de san Peregrino le ha dado reputación de obrar maravillas

Cuando el cáncer golpea, puede ser un golpe demoledor no solo físicamente, sino también espiritualmente. Es una cruz difícil de cargar, una que Dios permite misteriosamente en nuestro mundo caído.
Sin embargo, durante Su corta vida en la tierra, Jesús sanó a muchas personas que acudieron a Él con fe sincera. Aunque siempre debemos buscar una atención médica adecuada para todo lo que nos aflija a nosotros o a nuestros seres queridos, Dios también quiere que nos acerquemos a Él. Una forma de hacerlo es a través de la intercesión de los santos.
En particular, hay un santo famoso por su poderosa intercesión y por curar a quienes sufren de cáncer: san Peregrino. Santo italiano del siglo XIV, Peregrino sufría de una infección cancerosa en su pierna, que fue milagrosamente curada en vida. Después de su muerte, Peregrino fue conocido como el santo patrón de los enfermos de cáncer y se le han atribuido innumerables milagros a su intercesión.
Pamla J. Eisenberg CC BY-SA 2.0
A continuación se encuentra una oración a san Peregrino para pedir su intercesión para uno mismo o para un ser querido que padezca cáncer.
Oh, san Peregrino, a quien llaman “El hacedor de maravillas”, por los numerosos milagros que obtienes de Dios para todos los que recurren a ti. Tú que por muchos años padeciste una cancerosa enfermedad que carcomió tus tejidos y destruyó las fibras de tu ser, que tuviste alivio cuando todos los recursos humanos no te daban esperanza. Tú que fuiste favorecido viendo a Jesús bajar de la cruz para sanar tu enfermedad, pide a Dios y a la Santísima Virgen la cura para estas personas a quienes ahora te encomiendo:
(Pausa para evocar silenciosamente los nombres de las personas por quienes se reza)
Ayudados así por tu poderosa intercesión, cantaremos a Dios, ahora y por toda la eternidad, una canción de gratitud por su bondad y misericordia.
Amén.

Primer Domingo de Cuaresma


Libro de Génesis 9,8-15. 

Y Dios siguió diciendo a Noé y a sus hijos:
"Además, yo establezco mi alianza con ustedes, con sus descendientes,
y con todos los seres vivientes que están con ustedes: con los pájaros, el ganado y las fieras salvajes; con todos los animales que salieron del arca, en una palabra, con todos los seres vivientes que hay en la tierra.
Yo estableceré mi alianza con ustedes: los mortales ya no volverán a ser exterminados por las aguas del Diluvio, ni habrá otro Diluvio para devastar la tierra".
Dios añadió: "Este será el signo de la alianza que establezco con ustedes, y con todos los seres vivientes que los acompañan, para todos los tiempos futuros:
yo pongo mi arco en las nubes, como un signo de mi alianza con la tierra.
Cuando cubra de nubes la tierra y aparezca mi arco entre ellas,
me acordaré de mi alianza con ustedes y con todos los seres vivientes, y no volverán a precipitarse las aguas del Diluvio para destruir a los mortales.

Salmo 25(24),4-5.6-7.8-9. 
Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador,

Yo espero en ti todo el día,
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor,
porque son eternos.
No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud:

por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad.
El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;
él guía a los humildes para que obren rectamente

y enseña su camino a los pobres.

Epístola I de San Pedro 3,18-22. 
Cristo murió una vez por nuestros pecados -siendo justo, padeció por los injustos- para llevarnos a Dios. Entregado a la muerte en su carne, fue vivificado en el Espíritu.
Y entonces fue a hacer su anuncio a los espíritus que estaban prisioneros,
a los que se resistieron a creer cuando Dios esperaba pacientemente, en los días en que Noé construía el arca. En ella, unos pocos -ocho en total- se salvaron a través del agua.
Todo esto es figura del bautismo, por el que ahora ustedes son salvados, el cual no consiste en la supresión de una mancha corporal, sino que es el compromiso con Dios de una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo,
que está a la derecha de Dios, después de subir al cielo y de habérsele sometido los Angeles, las Dominaciones y las Potestades.

Evangelio según San Marcos 1,12-15. 
En seguida el Espíritu lo llevó al desierto,
donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían.
Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:
"El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia". 

sábado, 17 de febrero de 2018

Sábado después de Ceniza


Libro de Isaías 58,9b-14. 

Así habla el Señor:
Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna;
si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía.
El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan.
Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos seculares, y te llamarán "Reparador de brechas", "Restaurador de moradas en ruinas".
Si dejas de pisotear el sábado, de hacer tus negocios en mi día santo; si llamas al sábado "Delicioso" y al día santo del Señor "Honorable"; si lo honras absteniéndote de traficar, de entregarte a tus negocios y de hablar ociosamente,
entonces te deleitarás en el Señor; yo te haré cabalgar sobre las alturas del país y te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob, porque ha hablado la boca del Señor.

Salmo 86(85),1-2.3-4.5-6. 
Inclina tu oído, Señor, respóndeme,
porque soy pobre y miserable;
protégeme, porque soy uno de tus fieles,
salva a tu servidor que en ti confía.

Tú eres mi Dios: ten piedad de mí, Señor,
porque te invoco todo el día;
reconforta el ánimo de tu servidor,
porque a ti, Señor, elevo mi alma.

Tú, Señor, eres bueno e indulgente,
rico en misericordia con aquellos que te invocan:
¡atiende, Señor, a mi plegaria,
escucha la voz de mi súplica!


Evangelio según San Lucas 5,27-32. 
Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme".
El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos.
Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?".
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.
Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan". 

viernes, 16 de febrero de 2018

Oración a Nuestra Señora del Destierro por una causa imposible


María conoce tus necesidades, penas, tristezas, miserias y esperanzas: confía en ella 

“María conoce todas nuestras necesidades, penas, tristezas, miserias y esperanzas. Se interesa por cada uno de sus hijos, ruega por cada uno con tanto ardor como si no tuviera otro”. (Sierva de Dios Madre María José de Jesús)
* * *
Nuestra Señora del Destierro, Madre de Dios y nuestra, que sufriste las angustias e incertidumbres de la huída y el exilio en el lejano y desconocido Egipto, llevando contigo a tu Hijo amenazado de muerte por Herodes, escucha nuestra súplica.
Aquí estamos, confiando en tu amor de Madre bondadosa y comprensiva. A ti, que ya estás en la Patria definitiva, suplicamos pidiendo protección para nosotros, peregrinos de este mundo, que caminamos al encuentro del Padre, en el Reino celestial.
Pedimos tu intercesión por todas las familias que buscan la acogida de un hogar, la seguridad de un trabajo, el pan de cada día. Bendice este lugar y a este pueblo que en ti confía.
Intercede por los que sufren, dale salud a los enfermos, reaviva a los desanimados, restituye la esperanza a los desamparados de esta tierra.
Acompaña a los migrantes, a los refugiados y a todos los que se encuentran lejos de su patria y su familia.
Ampara a los niños, da fortaleza a la juventud, bendice a las familias, anima a los ancianos.
Danos fuerza para construir una Iglesia viva y santa y para trabajar por un mundo justo y fraterno. Y tras nuestro caminar por el mundo, muéstranos a Jesús, bendito fruto de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh siempre dulce Virgen, María!
Señora nuestra, ruega por nosotros.
Amén.

Viernes despúes de Ceniza


Libro de Isaías 58,1-9a. 

Así habla el Señor Dios:
¡Grita a voz en cuello, no te contengas, alza tu voz como una trompeta: denúnciale a mi pueblo su rebeldía y sus pecados a la casa de Jacob!
Ellos me consultan día tras día y quieren conocer mis caminos, como lo haría una nación que practica la justicia y no abandona el derecho de su Dios; reclaman de mí sentencias justas, les gusta estar cerca de Dios:
"¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos afligimos y tú no lo reconoces?". Porque ustedes, el mismo día en que ayunan, se ocupan de negocios y maltratan a su servidumbre.
Ayunan para entregarse a pleitos y querellas y para golpear perversamente con el puño. No ayunen como en esos días, si quieren hacer oír su voz en las alturas.
¿Es este acaso el ayuno que yo amo, el día en que el hombre se aflige a sí mismo? Doblar la cabeza como un junco, tenderse sobre el cilicio y la ceniza: ¿a eso lo llamas ayuno y día aceptable al Señor?
Este es el ayuno que yo amo -oráculo del Señor-: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos;
compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne.
Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor.
Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: "¡Aquí estoy!".

Salmo 51(50),3-4.5-6a.18-19. 
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!

Porque yo reconozco mis faltas
y mi pecado está siempre ante mí.
Contra ti, contra ti sólo pequé
Los sacrificios no te satisfacen;

si ofrezco un holocausto, no lo aceptas:
mi sacrificio es un espíritu contrito,
tú no desprecias el corazón contrito y humillado.


Evangelio según San Mateo 9,14-15. 
Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?".
Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. 

jueves, 15 de febrero de 2018

Oración para cuando tienes problemas financieros




Todo lo entrego en Tus manos, y por eso proclamo: ¡Confio y espero en Ti, Señor!

Señor Jesús, vengo a ponerme en tu presencia en este momento y a ofrecerte mi vida con todo lo que traigo en mi corazón. Mis angustias, mis tristezas, mi soledad y sobre todo, Jesús, la preocupación que tengo por mi vida financiera.
Quiero pedir desde ya que derrames Tu Sangre sobre mí y sobre toda la realidad que envuelve mi vida financiera, y de la forma que afecta a mi familia, a mi trabajo y a las personas con las que me relaciono.
He vivido momentos de mucha aflicción, porque mi vida financiera está completamente desorganizada, hoy tengo muchas deudas y realmente ya no sé qué hacer. Tengo cuentas que pagar, alquiler atrasado, debo a otras personas, y esto está comprometiendo a mi familia y toda nuestra armonía familiar.
Por esto hoy, en este momento, te suplico: ¡Derrama sobre todo eso, Jesús, Tu Sangre, para que si hubiera algún tipo de problema espiritual ligado directamente a mi vida financiera, sea cortado en el poder de Tu Sangre!
Tu palabra dice: “No se inquieten entonces, diciendo: “¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?”. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción” (Mt 6, 31-34)
Por eso, Jesús, se hasta hoy no viví de acuerdo con Tu voluntad, hoy quiero comprometerme a vivir de acuerdo con ella. Si hasta hoy te busqué sólo por lo que Tu podías darme, hoy Te busco porque entendí que necesito en todo de Tu presencia.
Pero te pido, Señor Jesús, líbrame de todos los problemas que tengo en mi vida financiera. Pues creo en Tu Palabra, y creo que Tú me miras y también te preocupas por la realidad financiera que hoy vivo.
Clamo el poder de Tu nombre, Jesús, sobre todo mi árbol genealógico, sobre todos mis antepasados. Si en mis antepasados hubo peleas por cuestiones financieras, robos o traiciones entre nuestra familia, y se lanzaron palabras de maldiciones, palabras dichas con odio, rabia, envidia, ¡corta todo eso en el poder de Tu nombre, Jesús! Que nada de eso tenga ya poder sobre mí o sobre mi vida financiera.
Si en mis antepasados hubo situaciones de personas apegadas al dinero, situaciones de asesinatos por causa del dinero, ambición, dinero de la familia gastado en cosas ilícitas, drogas, prostitución, sexo, adulterio, mentira,… que en todo eso ahora, Jesús, te hagas presente y que Tu nombre lo cure y lo libere.
Si mis antepasados o yo mismo gastamos dinero en cosas equivocadas o para alimentar situaciones de pecado, hoy pido perdón, porque sé que el dinero malgastado se puede convertir en maldición para nosotros, por eso, líbranos.
Que Tu Sangre redentora también pueda ser derramada sobre mí y sobre mis antepasados si buscamos soluciones en las que Tú no estabas: si buscamos ayuda en hechizos, en el ocultismo, en la Macumba, en la quiromancia, en la nigromancia;  en todo eso, proclamo Tu poder y Tu liberación, Señor Jesús.
Si busqué ayuda financiera por medio de la brujería, si busqué magos, si hice trabajos contra otras personas, si mi casa fue usada para estos fines, mi trabajo, mi escritorio, ¡RENUNCIO a todo eso ahora, Jesús, por el poder de Tu Nombre! ¡Renuncio a todo eso!
¡Te pido perdón si yo o mis antepasados buscamos todas estas cosas, que hoy sé que no son de tu agrado!
¡Te pido perdón, Jesús, si dudé de que Tú cuidas de mí y de mi familia! ¡Perdóname si Te ofendí con malas palabras, si te culpé por esta dificultad financiera, perdón, Señor!
¡Perdóname si maldije mi mi vida financiera, diciendo que lo que gano es una miseria, que paso hambre, que mi salario es una “porquería”, que no da para nada!
¡Perdóname si maldije mi empleo, a mis jefes, si hablé mal de ellos deseándoles la miseria y el dolor!
Quiero también perdonar a aquellos que algún día fueron injustos conmigo, cuando atrasaron el pago de mi sueldo o cuando no me pagaron lo que me correspondía, los perdono ahora en tu Nombre, Jesús. ¡Doy mi perdón a cada uno de ellos!
Y que a partir de hoy, Señor Jesús, pueda coger los frutos de la liberación de todos los problemas y deudas en mi vida financiera.
Derrama tu Espíritu Santo sobre mí y ayuda a mis capacidades naturales, para que encuentre una forma de saldar mis deudas, porque sé que el dinero no cae del cielo. Capacita mis conocimientos, dame sabiduría, organización y capacidad de administrar estas deudas.
Te pido que abras las puertas de nuevas oportunidades de empleo, que las situaciones laborales y financieras vayan adelante por la fuerza de tu Nombre, Jesús.
Que el Espíritu Santo me dé la tranquilidad y la calma necesarias en mi casa, con mis familiares, ¡y que el Espíritu Santo no permita la desesperación y la impaciencia!
¡Quiero proclamar que a partir de hoy soy una nueva persona, y que mi vida financiera se resolverá pronto, y que te buscaré con fidelidad de corazón!
Todo lo entrego en Tus manos, y por eso proclamo: ¡Confio y espero en Ti, Señor!
¡Amén!

¿Sabes quién le habla a Jesús de ti?




Esta mañana me he levantado temprano para escribirte. En ocasiones me da tanta alegría poder compartir contigo lo que estoy viviendo en esta búsqueda de Dios. Lo sé está llena de altibajos. A veces subo la cuesta y de pronto ¡Zas! ¡Allá va Claudio cuesta abajo!
He llegado a pensar que esta batalla espiritual se basa en la oración, la confianza en Dios, la humildad para aceptar su santa voluntad y la perseverancia en la fe.
Debemos perseverar porque Dios merece todo lo que hagamos por Él.
Cuando era niño mi mayor ilusión era llegar a ser un santo. No para ser señalado: “Mírenlo” sino para agradar a Dios y tenerlo contento. Quería ser un santo invisible, que sólo Dios lo supiera. Los años me han enseñado que no es tan fácil. Tenemos un enemigo grande que busca hundirnos en la desesperación y el pecado. Y hace lo que está a su alcance para que caigamos.
Busqué muchos caminos de santidad y terminaban en una calle sin salida. Entonces decidí buscar los mejores maestros en el tema, aquellos en los que podemos fiarnos porque fueron como nosotros, orgullosos, pecadores, y a base de su esfuerzo lograron ser santos.  Así empecé a leer sus biografías, y no quedé decepcionado. La santidad es el designio de Dios para nosotros: “Sean santos”.
Curiosamente todos los santos tuvieron algo en común:
“Un gran amor y devoción por nuestra Madre Santísima”.
Le confiaban a la Virgen sus pesares y acudían a ella en los momentos de angustia. La Virgen María nunca los abandonó.
Qué alegría tenerla por Madre.



“GRACIAS POR SER NUESTRA MADRE, la llena de gracia y por estar pendiente de nuestras necesidades terrenales”.
Mi mamá desde pequeño nos aconsejó acudir a ella en los momentos de dificultad, porque tenía el corazón de una madre y siempre acogería a sus hijos y porque es la Madre de nuestro Salvador.
Él no le negará lo que ella le pida para nuestra salvación eterna.
Acude a María. Ella te escuchará y le dirá a su Hijo: “¿Por qué no le ayudas Jesús?  Dale las gracias que necesita para salir adelante y no pecar más”.
Aquellos que te digan que hay un solo intercesor ante Dios respóndeles:
“Es verdad. Y a los oídos de ese gran intercesor le habla su Madre de nosotros”.