lunes, 3 de abril de 2017

Abuelos: si no existieran habría que inventarlos


Aportan memoria, raíces que podrían aún sostener a una sociedad que amenaza con el colapso

La figura de los abuelos es fundamental en el crecimiento de los jóvenes. Por este motivo Ezio Aceti, experto en psicología de la edad evolutiva, ha decidido titular su libro Nonni oggi. Se non ci fossero bisognerebbe inventarli” (Città Nuova) (Los abuelos hoy. Si no existieran habría que inventarlos) para profundizar la figura de estos “verdaderos y propios centinelas vigilantes no sólo de los nietos, sino también del mundo contemporáneo”.
Los abuelos, subraya “no son para desecharlos”, más aún, sería necesario “tenerlos siempre a mano porque lo que hacen es indispensable”. Demuestran, de hecho, que había un “antes”, “una raíz rica de savia y de experiencia que se puede alcanzar para construir un futuro más humano y vivible”.
En el volumen se subraya cómo en la sociedad compleja de hoy, los abuelos pueden llevar a cabo “una función impagable en términos de confianza y esperanza de sus raíces y valores”, y nos centramos en el lazo especial entre adulto/anciano y el nieto. Es profundizado el aspecto más personal y existencial del abuelo y de la abuela, como personas que luchan contra el envejecimiento del cuerpo.
“La cercanía de la muerte permite vivir lo esencial que, a menudo, significa dejar las frivolidades de la vida para aferrarse sólo a lo que es más humano y, al mismo tiempo, trascendente: pertenecer al Amor”. En la última parte se deja espacio a testimonios concretos sobre cuánto los abuelos pueden estar al servicio de la humanidad y la sociedad.
En una sociedad en donde las tipologías de familia (separadas, divorciadas, numerosas, multiétnicas, monoparentales…) determinan una amplia complejidad de relaciones y que éstas luchan para ser comprendidas en profundidad por los niños, en que las relaciones estables y duraderas se cuestionan continuamente y son amenazadas.
La crisis no es sólo económica, sino especialmente educativa, por lo que es necesario tener “testimonios creíbles capaces de garantizar el paso de una generación tradicional a una postmoderna”, observa Aceti. Las personas más aptas para favorecer este paso son precisamente los abuelos, aunque a menudo son apartados, “como consecuencia de la cultura de lo inmediato y de lo efímero que ha causado el colapso de la sociedad patriarcal”.
Si en el pasado, de hecho, en la familia numerosa los niños vivían inmediatamente en un grupo, el respeto generacional “era de casa, tanto que la obediencia a los padres y a los abuelos no se ponía en discusión”, y los abuelos podían ser más escuchados e imitados, al día de hoy las relaciones están caracterizadas sobre todo por las emociones “vividas hasta las consecuencias extremas, dominando a menudo sobre el buen sentido y la razón”.
En una sociedad que “parece eternamente adolescente, siempre a punto de precipitarse o exaltarse por lo menos”, los ancianos, para ser considerados, “deben parecer o volverse adolescentes”.
Las familias postmodernas son “cada vez más pequeñas, cada vez más diferenciadas y están más solas”, además, “los abuelos son usados en tareas de cuidados, pero con menos autoridad en el plano educativo”. En un contexto social que “corre el riesgo de disgregarse y perderse”, sin embargo, los abuelos pueden ser “aquellas vigas que no se rinden, que sostienen los elementos más importantes, impidiendo el colapso y la destrucción”.
La relación entre abuelos y nietos es, por otra parte, “una díada vencedora”. La relación que se establece entre ellos “no es comparable a ningún otro lazo afectivo” y “puede ser promotor de una afectividad y una alegría inestimables”, “porque los abuelos llevan en ellos todo un mundo. Son memorias lejanas, recuerdos pasados que para el niño tienen los colores del encanto y la fábula”.
Sobre todo, “son quizá los únicos capaces de regalar a los pequeños nietos el don más valioso para el futuro, porque una sociedad se fundamenta principalmente en dos pilares: la memoria de nuestros ancianos y la frescura de nuestros niños”.

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