miércoles, 5 de abril de 2017

¿Sabías que Martin Luther King apreciaba mucho el Rosario?


El Rosario ha demostrado ser de gran ayuda, escribió este apóstol de la no violencia

Por cortesía del padre Joseph Mary Wolfe, MFVA, Misionero franciscano de la Palabra Eterna (www.franciscanmissionaries.com) y con su permiso, comparto con los lectores de Aleteia una carta escrita el 23 de septiembre de 1964 por Martin Luther King Jr. (1928-1968), quien en aquel momento era el Presidente de la Conferencia del Liderazgo Cristiano del Sur. 
En este documento histórico se revela el espíritu y el corazón de este pastor bautista estadounidense, que inspirado en el ejemplo de Ghandi, utilizó la no violencia como su estrategia de lucha para defender los derechos civiles de sus hermanos norteamericanos de raza negra.
Aquí la carta en cuestión:
Querida Miss. Blackburn:
Gracias por su reciente carta. Siempre es un placer compartir las opiniones de nuestros amigos de buena voluntad. Mi aparente neglicencia fue por mi deseo de darle una atención personal a su carta y al tremendo volumen de correspondencia que tengo frente a mi.
Aprecio muchísimo su consideración por mi persona. El Rosario ha demostrado ser de gran ayuda. Su carta me ha conmovido y me ha dado un nuevo impulso. 
Continuemos trabajando y orando juntos por un mundo mejor.
Sinceramente suyo,
Martin Luther King Jr.

Quien hizo llegar este documento al padre Joseph fue precisamente la señora Murielle Blackburn que se la envió con esta breve carta:
Querido padre Joseph Mary:
Tengo 81 años de edad (joven). La razón por la cual le escrribo es porque recibí una carta de Martin Luther King en 1964. En ella el menciona el "Rosario". Yo le había escrito en el momento de sus "marchas" diciéndole que él quería ganar el corazón de la gente y el Rosario era el mejor camino. Incluso le pedí enseñar a su gente como rezarlo.
Me gustaría darle a usted esta carta antes de morir. ¿Le gustaría a usted recibirla?.
Respetuosamente en Jesús, María y José,
Murielle Blackburn
 
Precisamente este año en que M.L. King escribió esa breve carta a la señora Blackburn (1964) recibió el premio Nobel de la Paz. Y también fue el año que el presidente Lyndon Johson, sucesor de Kennedy, que había sido asesinado, promulgó la ley de derechos civiles que consagraba la igualdad de todos los ciudadanos.

Los principios de M. L. King quedaron expresados en varias de sus obras. Además de la célebre "Carta desde la prisión de Birmingham", hay que mencionar "La fuerza de amar" (Strenth to Love, 1965) y "El clarín de la conciencia" (The Trumpet of Conscience, 1968). Pero el texto que ha causado mayor admiración universal ha sido su más famoso discurso conocido como: "I have a dream (Tengo un sueño) que pronunció el 28 de agosto de 1963 ante los 250,000 integrantees de la marcha sobre Washington, al pie del Monumento a Abraham Lincoln, el presidente que, un siglo antes, había abolido la esclavitud. 
"Hace cien años, un gran americano, bajo cuya sombra simbólica nos encontramos hoy, firmó la Proclamación de la Emancipación. Este trascendental decreto apareció como un gran fanal de esperanza para millones de esclavos que habían sido marcados con el fuego de una flagrante injusticia. Llegó como el amanecer jubiloso de la larga noche de su cautividad. Pero cien años después, la América de color sigue sin ser libre." (…)   "Sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán algún día en una nación donde no se les juzgará por el color de su piel sino por las cualidades de su carácter".

Es realmente inspirador que este gran hombre, un pastor bautista que encarnó el espíritu de las Bienaventuranzas (Mt. 5, 3-12) en su vida y en su lucha pacífica, reconociera la ayuda que representa el Rosario. Hoy debemos preguntarnos los cristianos católicos: le damos al rezo del Rosario un lugar en nuestras vidas, conscientes del valor y la fuerza que tiene esta hermosa oración mariana? Cada cuál debe encontrar su propia respuesta.

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