miércoles, 13 de abril de 2016

Papa Francisco: ‘Yo no doy limosna porque ese se emborracha’ ¿Eres juez del pobre? En la audiencia jubilar, el Pontífice predicó sobre la limosna y la misericordia. La parábola de la madre argentina y el pobre

Pope Francis Blessing a child



Un día después de la presentación en el Vaticano de la exhortación apostólica, Amoris laetitia (AL), La alegría del amor: Sobre el amor en la familia, el Papa Francisco predicó sobre la limosna y la misericordiadurante la audiencia especial jubilar de este sábado 9 de abril en la Plaza de San Pedro.
El Pontífice pidió a los fieles de no identificar “la limosna con la simple moneda ofrecida de afán”. “¿Yo soy capaz de detenerme a mirar a los ojos de la persona que me está pidiendo ayuda?”.
Entonces, exhortó a “mirar a los ojos del pobre”, así “Dios no les ocultará su rostro”. De manera que, también solicitó saber distinguir de las diferentes formas de mendicidad “que no prestan un buen servicio a los verdaderos pobres”.
La limosna como un gesto de ‘atención sincera’ hecho en secreto, en línea con la lectura del Evangelio según San Mateo 6. Asimismo, invitó a los padres a educar a los hijos a dar la limosna con sacrificio propio. No dar lo que nos sobra.
A continuación, en la predicación en el marco del Año Santo, el Pontífice sostuvo que “la limosna debería llevar consigo toda la riqueza de la misericordia”, un acto de amor que tiene mil caminos pero que confluye en “aliviar la vida” de aquellos necesitados.
Antes de la audiencia, el Papa fue recibido por miles de fieles y una música de ‘banda alegre’ en una jornada soleada y, en medio de especiales medidas de seguridad.
La limosna atención por los más pobres
En su predicación, expresó que la limosna es un “deber antiguo” que tiene raíces en la Biblia. “Hay páginas importantes en el antiguo Testamento donde Dios exige una atención especial hacía los pobres”. En especial atención a los “extranjeros, los huérfanos y las viudas”.
Dios reitera – según el Papa – la necesidad de los más débiles. “Dios quiere que el pueblo cuide estos nuestros hermanos…yo diría que están al centro del mensaje, adorar a Dios con el sacrificio, es adorar a Dios con la limosna”, insistió.
La enseñanza: “Da generosamente y mientras dones qué tu corazón no se entristezca”. “Esto significa que la caridad necesita una actitud de alegría interior, ofrecer misericordia no puede ser un peso, del cuál liberarse rápidamente”
Los que se justifican para no dar limosna
Dejando las hojas de lado, el Papa Francisco se refirió a las personas que se justifican para no dar limosna a los mendicantes.
“Esto que yo le doy, él se va a comprar vino para emborracharse, pero sí él se emborracha es porque no tiene otro camino…¿Y tú cuantas cosas haces escondido que nadie ve?. Luego cuestión: ¿Tu eres el juez de ese pobre hombre que te pide una moneda para un vaso de vino?”
Dar caridad sin alardes
El Papa dijo que le gustaba recordar el episodio bíblico del anciano Tobías que después de recibir una jugosa herencia llamó a su hijo y lo instruyó para que no dejará de dar limosna a los pobres y no quitar sus ojos de ellos, porque de esta manera “Dios no quitará su mirada de ti”.
Sucesivamente, al recordar la enseñanza de Jesús referida a “lo que haga tu mano derecha no lo sepa la izquierda” y pidió de no hacer caridad para demostrar a los demás cuánto somos generosos.
“No son las apariencias lo que cuenta, sino la capacidad de detenerse a mirar a la persona que pide ayuda”.
Mirar a los ojos del pobre
“¿Yo soy capaz de detenerme a mirar a los ojos la persona que me está pidiendo ayuda? ¿Soy capaz?”, inquirió.
Por ende, explicó que no se debe identificar “la limosna con la simple moneda ofrecida de afán, sin mirar las personas, sin detenernos a mirar la persona para entender lo qué necesita de verdad”.
El Papa es pragmática y también pide de saber distinguir las diferentes formas de mendicidad “que no prestan un buen servicio a los verdaderos pobres”.
En suma, “la limosna es un gesto de atención sincera a quien se acerca a nosotros y pide nuestra ayuda, hecho en el secreto amor, donde sólo Dios ve y comprende el valor del acto”.
No dar sólo lo que nos sobra: La parábola de la madre argentina y el filete
“Hacer la limosna debe ser para nosotros un acto de sacrificio”, constató.
El Papa contó la historia de una madre argentina que tenía tres hijos. “Estaban en la mesa comiendo un filete a la milanés – como se dice en mi tierra- y tocan a la puerta- ‘mamá hay un pobre que pide de comer, ¿qué hacemos?’ – ¡le damos algo’, se esmeraron los tres”.
Sucesivamente, el Papa explicó el sacrificio de la limosna, continuando la historia: La mamá pidió ‘corta la mitad de tu filete, tu también, cada uno parte un pedazo y hacemos dos bocadillos’ – ¡no, mamá, no!
“No tu das de lo tuyo, tu das lo que te cuesta. Eso es involucrarse con el pobre. Yo me privo de algo mío”, agregó.
Asimismo, invitó a los padres a educar a los hijos a dar la limosna con sacrificio propio. “Ser generosos con lo que se tiene”.
“Sé es más feliz en el dar que en recibir”, concluyó al recordar la enseñanza del apóstol Pablo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario