Este sábado en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el Papa Francisco manifestó su deseo de que la Virgen María defienda a la Iglesia en este momento de prueba.
“La Santa Madre de Dios, a quien miramos con esperanza y amor de hijos, defienda con su intercesión a la Iglesia en este momento de prueba y vele por la labor del Sínodo de los Jóvenes que acabamos de comenzar”, dijo el Santo Padre en su discurso a los peregrinos llegados desde Eslovaquia para celebrar los 200 años de la eparquía de Presov, jurisdicción de la Iglesia Católica Greco-Eslovaca.
El Papa hizo este pedido algunos días después de invitar a todos los fieles laicos del mundo a rezar el Rosario todos los días del mes mariano de octubre, para defender a la Iglesia de los ataques del demonio.
Francisco también les pidió que lo recuerden a él de manera especial “cuando celebren dentro de poco la Divina Liturgia en la basílica de Santa María la Mayor, un templo tan precioso para la memoria de los Santos Cirilo y Metodio y, por lo tanto, para vuestra historia”.
Tras recordar algunas palabras de San Juan Pablo II pronunciadas en Eslovaquia en 1995 sobre la hermosura de la naturaleza y la de las iglesias orientales, el Santo Padre afirmó que “la Iglesia católica griega en Eslovaquia puede considerarse una expresión de la belleza de la variedad de formas de vida eclesial, de esa variedad que ‘en la Iglesia no solo no daña a su unidad, sino que más bien la explicita’”.
El Pontífice saludó luego a los obispos presentes, como a Mons. Ján Babjak “que va al bosque a recoger hongos y me los trae”, y los alentó a seguir el “luminoso ejemplo de los beatos obispos mártires Peter Pavol Gojdič y Vasiľ Hopko” con bondad y mansedumbre “siguiendo los pasos de Cristo que no vino para ser servido sino para servir”.
El Papa también saludó a los sacerdotes, que en esta tradición oriental católica pueden estar casados, y destacó que “las familias de los sacerdotes viven una misión particular hoy, cuando el mismo ideal de familia se cuestiona, cuando no se ataca explícitamente: ofrezcan un testimonio de vida sana y ejemplar”.
“También ustedes pueden inspirarse en los ejemplos presentes en la historia de vuestra Iglesia durante las décadas de persecución de la segunda mitad del siglo pasado, en las deportaciones y privaciones de todo tipo. (…) Hoy depende de vuestra generación mostrar la misma lealtad, quizás no frente a la persecución directa y violenta, pero sí ante las dificultades y peligros de otro tipo”.
Tras afirmar que los sacerdotes se ven amenazados por el secularismo y el clericalismo, el Papa recordó que los miembros de esta Iglesia oriental son “dignos hijos de la evangelización llevada cabo, en plena fidelidad a la Sede apostólica, por los santos patrones de Europa, Cirilo y Metodio”.
“El continente europeo, en Oriente como en Occidente necesita redescubrir sus raíces y su vocación; y de las raíces cristianas solo pueden crecer árboles sólidos, que producen frutos de pleno respeto por la dignidad del hombre, en cada condición y en cada fase de la vida”, dijo el Pontifice.
Francisco resaltó asimismo que los protagonistas de la evangelización “son los padres y los abuelos, de quienes muchos han aprendido las primeras oraciones y el significado cristiano de la vida. ¡Gracias a los padres, madres, abuelos y todos los educadores presentes aquí por su testimonio indispensable!”.
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