martes, 19 de junio de 2018

Los trece martes de san Antonio

ST ANTHONY OF PADUA

Oraciones llenas de historia y poder

Todos los 13 de junio más de 5 millones de peregrinos visitan la tumba del gran santo taumaturgo en la ciudad de Padua, pidiendo su prodigiosa intercesión e invocando oraciones muy antiguas que tradicionalmente han llegado a nuestros días.
Son tres las oraciones más importantes:
El “Breve”: La tradición dice que una mujer que quería suicidarse se durmió en la iglesia franciscana de Santarem, Portugal, y soñó con el santo que le decía: “Levántate, hija, ten esta hoja y estarás libre de las incursiones del maligno”. Cuando despertó, encontró en sus manos un pedazo de papel con un texto en latín, que decía: “¡Aquí está la cruz del Señor! Huyan, enemigos. El león de la tribu de Judá, la simiente de David, ha ganado. Aleluya” Esta misma frase el papa franciscano Sixto V la hizo grabar en 1590 en el obelisco de la Plaza de San Pedro.
La “Trecena” o novena de los Trece Martes, que se reza en preparación a la fiesta del santo. El origen se encuentra en la gran cantidad de milagros que obró san Antonio de Padua el martes siguiente al día de su muerte, 13 de junio de 1231.
En 1898 León XIII concedió indulgencia plenaria para cada uno de los Trece Martes, en los que los devotos reciban los sacramentos y practiquen algún piadoso ejercicio en honor al santo.
También puedes hacer la trecena en otros martes durante el año, aquí te proponemos una versión breve:
Puedes terminar la trecena con la que probablemente es la oración más conocida en honor a san Antonio el “Si quaeris”:
Si buscas milagros, he aquí que son expulsados la muerte, el error, las calamidades y el demonio; he aquí que los enfermos son sanados.
El mar se calma, las cadenas se rompen; los jóvenes y los viejos piden y encuentran la salud y las cosas perdidas.
Se alejan los peligros, desaparecen las necesidades: da fe de ello quien ha experimentado la protección del Santo de Padua.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.

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