lunes, 18 de julio de 2016

Los cistercienses vuelven a las ruinas de una abadía destruida por Enrique VIII Las ruinas de la Abadía de Rievaulx están en proceso de convertirse en museo

A través de dos resoluciones del Parlamento, Thomas Cromwell traspasó la propiedad de abadías, iglesias, monasterios y otras posesiones de la Iglesia católica en Inglaterra a manos de la corona inglesa.
Entre estas, incontables manuscritos, bibliotecas y obras de arte, pero también –más aún, especialmente- granjas y edificios pasaron a manos del Gobierno. Los que no, fueron bien destruidos, clausurados o repartidos entre los aliados políticos de Enrique VIII.
Aproximadamente 500 años después, una serie de fotografías publicadas en el DailyMail, muestra a dos monjes cistercienses, el Padre Joseph y el hermano Bernard, visitando las ruinas de una de estas grandes abadías expropiadas y destruidas.
Aproximadamente 500 años después, una serie de fotografías publicadas en el DailyMail, muestra a dos monjes cistercienses, el Padre Joseph y el hermano Bernard, visitando las ruinas de una de estas grandes abadías expropiadas y destruidas.
¿Por qué Enrique VIII quiso hacerse, precisamente, con los monasterios del norte de Inglaterra?
De acuerdo a la historiadora Stephanie Mann –en una entrevista con el portal ChurchMilitant, básicamente por dos razones: dinero y poder.
Estas expropiaciones le concederían a Enrique VIII un ingreso extraordinario sin necesidad de recurrir al aumento de los impuestos, mientras que, además, eliminaba la influencia del Papado romano sobre la corona inglesa.
Rievaulx había sido fundada en 1132 por doce monjes procedentes de la abadía de Clairvaux (la misma de San Bernardo), y en poco tiempo ya era considerada uno de los centros de mayor influencia espiritual en toda la Gran Bretaña.
Rievaulx había sido fundada en 1132 por doce monjes procedentes de la abadía de Clairvaux (la misma de San Bernardo), y en poco tiempo ya era considerada uno de los centros de mayor influencia espiritual en toda la Gran Bretaña.
Ahora, aproximadamente 500 años después, una serie de fotografías publicadas en el DailyMail, muestra a dos monjes cistercienses, el Padre Joseph y el hermano Bernard, visitando las ruinas de una de estas grandes abadías expropiadas y destruidas: la Abadía de Rievaulx.
Rievaulx había sido fundada en 1132 por doce monjes procedentes de la abadía de Clairvaux (la misma de San Bernardo), y en poco tiempo ya era considerada uno de los centros de mayor influencia espiritual en toda la Gran Bretaña.
Incluso, en su momento cumbre, llegó a tener 650 personas activamente viviendo y trabajando en ella, entre monjes, empleados directos e indirectos y otros funcionarios asociados al mantenimiento de las actividades monásticas, hasta que el 3 de diciembre de 1538 Enrique VIII ordenó abandonar el edificio, apropiándose de todos los objetos de valor del mismo.
Hoy día, un museo se levanta en la abadía, dirigido por English Heritage, una sociedad que se encarga de la preservación de más de 400 lugares históricos en toda Inglaterra
Hoy día, un museo se levanta en la abadía, dirigido por English Heritage, una sociedad que se encarga de la preservación de más de 400 lugares históricos en toda Inglaterra
Hoy día, un museo se levanta en la abadía, dirigido por English Heritage, una sociedad que se encarga de la preservación de más de 400 lugares históricos en toda Inglaterra, exponiendo algunos de los artefactos que los monjes alguna vez utilizaron en la Abadía, y crónicas de la historia de la Orden Cisterciense en Inglaterra.

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