martes, 29 de mayo de 2018

6 curiosidades sobre La Piedad de Miguel Ángel



Descubre detalles únicos que seguramente no conocías de una de las esculturas más famosas del mundo

La Piedad de Miguel Ángel es una de las esculturas más bellas de la historia del arte. El artista era muy joven cuando la creo, y a pesar de ello tiene una gran simbología teológica que al genio renacentista no le pasó por alto.
Llegó a Roma por una falsificación
Miquel Ángel en Florencia, su ciudad natal, en los primeros pasos como artista en la casa de los Medici esculpió “El Cupido dormido”. Viéndola el mismo Lorenzo el magnífico le dijo: “Quizá si la enterraras y la trataras para darle el aspecto de una obra antigua, la enviaría a Roma, donde estoy seguro de que creerían que es una antigüedad y la venderías mucho mejor”. Así la escultura fue vendida como hallazgo arqueológico al cardenal Riario, sobrino del papa Sixto IV.
La noticia del engaño circuló largamente en la ciudad papal, así como la mofa sobre Rafael Riario en los ambientes de la curia y nobleza romana.
El cardenal, resentido, envió a Florencia al banquero y noble romano Jacopo Galli, para descubrir la identidad del escultor del Cupido. Y fue así como Miguel Ángel fue conducido a Roma, donde pidió disculpas al cardenal y comenzó a esculpir para él.
A los 24 años le encargan La Piedad
Ya conocido en el ambiente de la curia, en 1497 a sólo 24 años Miguel Ángel recibe el encargo, del cardenal Jean Bilhères de Lagraulas, de esculpir una “Vírgen María Vestida con un Cristo Muerto en los brazos, a tamaño natural”. El artista era extremadamente exigente con las materias primas, él mismo fue a buscar el bloque de mármol en la cantera de Carrara y tardó nueve meses en elegir el adecuado y transportarlo desde la cantera hasta Roma.
Es su única obra firmada
Cuando la obra fue finalizada y entregada, algunos pusieron en duda que hubiera sido Miguel Ángel el verdadero autor de la misma, dudando de él por su juventud. Decían algunos que era de un artista llamado el Jorobado de Milán. Al enterarse, Buonarroti, en un arranque de furia se escondió a la noche en la iglesia y grabó a cincel su nombre en la escultura, siendo esta la única obra firmada del artista. En la cinta que cruza el pecho de la Virgen puede leerse: «Michael A[n]gelus Bonarotus Florent[inus] Facieba[t]» («Miguel Ángel Buonarroti, florentino, lo hizo»).
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La Virgen conserva el aspecto adolescente
Muchos criticaron el aspecto juvenil del rostro de la Virgen, ya que parecía una adolescente, que tenía en brazos a este Cristo muerto de 33 años. Según biógrafos estudiosos del gran artista explican que esta fue una elección muy estudiada por parte de Miguel Ángel. La Virgen es incorrupta por su Inmaculada Concepción, es el símbolo de una juventud inmutable, que no se marchita. El artista hace referencia a las palabras de Dante en el Paraíso: “Virgen madre, hija de tu hijo”.
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El Cristo posee un diente más
De acuerdo con el simbolismo religioso de la época, de hecho, el quinto incisivo fue definido como ‘diente de pecado’, un atributo que tienen los personajes negativos. Según el historiador del arte Marco Bussagli (quien lo descubrió), en La Piedad, este diente es el símbolo de cómo Cristo, con su muerte, toma consigo todos los pecados del mundo.
La obra recibió un brutal ataque
El 21 de mayo de 1972 la imagen sufrió un atentado cuando un geólogo australiano de origen húngaro, llamado Laszlo Toth, golpeó en apenas unos pocos segundos el rostro y uno de los brazos de la Virgen con un martillo en quince ocasiones, mientras gritaba “¡Yo soy Jesucristo, resucitado de entre los muertos!”; rápidamente fue reducido y detenido. Estuvo recluido en un asilo italiano hasta el 9 de febrero de 1975, cuando fue repatriado a Australia. Desde entonces, La Piedad está protegida por una pared especial de vidrio a prueba de balas.


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