martes, 26 de septiembre de 2017

¿Por qué los sacerdotes llevan un alzacuellos blanco?


Empezó como algo derivado de la moda popular y después tomó un significado espiritual más profundo

El “cuello romano”, una banda blanca que rodea el cuello de un sacerdote (o miembros del clero de algunas congregaciones protestantes), sigue siendo uno de los elementos más distintivos de la vestimenta clerical. Habla más alto que cualquier palabra e identifica claramente a los miembros del clero entre una multitud de cualquier tamaño.
Sin embargo, es una pieza bastante extraña de ropa. ¿De dónde viene?
No fue sino hasta los siglos XII y XIII que los sacerdotes adoptaron la sotana romana como un traje distintivo que los distinguía visualmente de los laicos. Unos siglos más tarde se estableció que la sotana fuera de color negro y fue durante este período de tiempo cuando empezó a existir el cuello blanco.
La moda de ese momento era usar un cuello de lino sobre la parte superior de la ropa. Según Mateo Bunson, “esto se convirtió en una costumbre aceptada, y en el siglo XVII había muchas formas de este collar de lino, como la variedad romana adornada, el collarino, de encaje adornado y caro, y los franceses adoptaron los collarines usados ​​por clases nobles, de lino y fino encaje”.
Sin embargo, el papa Urbano VIII en 1624 reguló más el uso del collarín y proclamó que cualquier adorno o encaje estaba prohibido.
A medida que pasaron los años se desarrollaron diferentes variaciones del cuello romano, y los protestantes desarrollaron sus propias tradiciones para distanciarse de la Iglesia. Sin embargo, se cree que un ministro protestante en el siglo XIX inventó el collar desmontable moderno y fue popularizado más adelante por el movimiento de Oxford.
Espiritualmente se ha convertido en un signo de la consagración de un sacerdote a Dios y de su función como alguien separado para el servicio sacerdotal. Algunos sacerdotes lo ven como un símbolo de su “esclavitud” a Dios, mostrando al mundo quién es su verdadero Maestro.
Además, debido a que muchos sacerdotes lo encuentran bastante incómodo, el alzacuellos se ha convertido en una manera de llevar a cabo una penitencia diaria a Dios, ofreciendo el sacrificio para el pueblo al que el sacerdote sirve.
El alzacuellos sigue siendo un signo distintivo de la disponibilidad del sacerdote y la naturaleza permanente de las órdenes. El sacerdote “no es suyo” y es una señal visible de Jesucristo, presente en medio de la vida cotidiana, dispuesto a reconciliar a los pecadores y a devolver las almas a Dios.

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