domingo, 31 de julio de 2016

JMJ: CAMBIAR EL SOFÁ POR UN PAR DE ZAPATOS CON LOS QUE CAMINAR JUNTOS

La profundidad de lo experimentado por los participantes en la JMJ no es sencilla de transmitir. Vamos recurriendo a los testimonios de los jóvenes de la diócesis nivariense que allí están. En esta ocasión, llevan horas y estarán toda la noche en el campo de la misericordia. Están haciendo una experiencia de lo que el Papa les ha pedido en su mensaje: Abandonar el sofá, ponerse zapatos para transitar por caminos no recorridos.
Desde la tarde y hasta después de la Misa del Domingo en ese campus se encuentran Alba y Alejandro, catequistas postcomunión y miembros del coro de la parroquia de la Candelaria, en la Cuesta. Son, además, miembros del grupo FOC del colegio de la Pureza también de la Cuesta. Para Ale es la primera experiencia. Alba ya ha participado en la anterior JMJ.
"Nos llama la atención encontrar a miles de personas de distintos países y culturas unidas por una sola causa, Jesucristo. En estos días hemos visto encarnada la misericordia de Dios en el ser humano con acciones tan simples como sonreir, ofrecer agua, alentar al cansado, acoger a los peregrinos en las casa de las familias Polacas"- subrayan. Estos jóvenes aprovecharon los medios de la diócesis para "agradecer de modo especial a las familias que los han acogido en su casa y en su corazón". En la Vigilia de este sábado han podido sentir como todos los jóvenes se unían unos minutos a Jesucristo, como una gran familia. A ambos les gustaría volver a otra JMJ, e invitan a todos a "atreverse a vivir esta hermosa e inolvidable experiencia".
Los testimonios de vida y de fe escuchados han sido "tremendos". Natalia Wrzesien es una joven polaca que conmovió al Papa Francisco y a los jóvenes participantes de la Vigilia con su especial testimonio de conversión y experiencia personal del gran amor y misericordia del Señor. El miedo a morir cualquier día a causa de la guerra o a perder su hogar o su familia es una constante en la vida de la joven siria Rand Mittri. Por último, Miguel es un paraguayo de 34 años de edad que durante muchos años estuvo inmerso en el mundo de las drogas. Con mucho esfuerzo y con la fuerza de la fe en Dios pudo salir adelante y hoy ayuda a otros que atraviesan por el mismo problema.
Atenta a ellos, al Papa y a cientos de miles de jóvenes estaba la Hermana Natalia, religiosa de la Pureza en laCuesta. Para ella es un privilegio estar y sentirse "tan unida a la Iglesia y reconocerla y vivirla como un alimento que nutre y me siento orgullosísima". Como religiosa siente el privilegio de la llamada de Cristo y ha renovado esa vocación a "incendiar corazones, a pasar el ardor de  la amistad con Jesús. Pienso, nos comenta, "que el Señor me ha traído a esta JMJ para decirme que me quiere". "Es impresionante estar en este campo de la misericordia" y ver a tantos jóvenes abiertos a escuchar palabras de misericordia y ser uno con Jesucristo, la Iglesia y el papa Francisco.
Por último, el profundo y vitalista mensaje del obispo de Roma ha vuelto a resonar en los corazones de los presentes: "Para seguir a Jesús, hay que tener una cuota de valentía, hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos horizontes, capaces de contagiar alegría, esa alegría que nace del amor de Dios, la alegría que deja en tu corazón cada gesto, cada actitud de misericordia. Ir por los caminos siguiendo la «locura» de nuestro Dios que nos enseña a encontrarlo en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el enfermo, en el amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el prófugo y el emigrante, en el vecino que está solo. Ir por los caminos de nuestro Dios que nos invita a ser actores políticos, pensadores, movilizadores sociales. Que nos incita a pensar una economía más solidaria. En todos los ámbitos en los que ustedes se encuentren, ese amor de Dios nos invita llevar la buena nueva, haciendo de la propia vida un homenaje a él y a los demás".
El Pontífice, en su emocionante intervención, recordaba a los que le escuchaban que "no vinimos a este mundo a «vegetar», a pasarla cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca; al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella. Es muy triste pasar por la vida sin dejar una huella"
Hoy Jesús, que es el camino, a ti, a ti, a ti, te llama a dejar tu huella en la historia. Él, que es la vida, te invita a dejar una huella que llene de vida tu historia y la de tantos otros. Él, que es la verdad, te invita a desandar los caminos del desencuentro, la división y el sinsentido. ¿Te animas? ¿Qué responden ahora, quiero ver tus manos y tus pies al Señor, que es camino, verdad y vida? Que el Señor bendiga sus sueños, gracias- concluía.

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